LA NUEVA ESPAÑA 16-10-09 Autovías del Occidente
Entre los retrasos y los silencios
LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES
Según informó recientemente en este periódico Vicente Díaz Peñas, el viaducto de Artedo, llamado a ser el puente más largo y alto de Asturias, ya tiene en pie 5 de sus dieciséis pilastras. Y lo cierto es que, al transitar por sus alrededores, la impresión que se lleva el visitante es muy fuerte. No deja de ser curioso que, por otra parte, se haya hablado de la enorme profundidad del mar muy cerca de la playa de la Concha de Artedo, con sus leyendas bélicas de submarinos. Nos encontraríamos, pues, con una cita entre lo más alto y lo más hondo. Hablamos del techo artificial de Asturias en uno de los parajes más bellos de nuestras rutas costeras.
Lo que uno se pregunta, en todo caso, no sólo al tener noticia de la construcción de este viaducto, sino también al observar el aspecto que presenta en pleno estado de obras, es por la falta de previsión que muchas veces se manifiesta en las grandes obras de infraestructuras. No es fácil evitar, al menos, la sospecha de que se ha derrochado dinero con la construcción de un viaducto, el que actualmente está en servicio, que, al cabo de pocos años, va a dejar de ser transitado, o, incluso, va a ser derruido.
Y, ya que de alturas vertiginosas hablamos, si usted se acerca a Salas también le resultará impresionante contemplar la altura que alcanza con respecto a la villa el tramo de autovía que discurre entre la capital del concejo y La Espina. No será el techo de Asturias como el programado viaducto de Artedo, pero desde luego es algo que a nadie le pasa desapercibido.
Y, ya que de autovías hablamos, en el occidente de Asturias, lo que tampoco no podemos dejar de preguntarnos es por los continuos retrasos.
Hasta lo más desmemoriados pueden comprobarlo, tan sólo con escribir en un buscador de internet «Autovía del Cantábrico», o «Autovía de La Espina», se toparán, tan pronto se despliegue, con declaraciones de políticos que afirmaban con rotundidad un fin de obras que estará muy lejos de cumplirse. Y no estamos hablando de meses, estamos calculando los retrasos en años.
Tras largos años de tremendos atascos en Soto del Barco, ahora el embotellamiento se encuentra en Muros de Nalón. De hecho, en la operación retorno del pasado puente del Pilar, la retención en ese lugar fue de varios kilómetros.
Y, por lo que se vino publicando, queda mucho tiempo aún para que se ponga fin a los tramos pendientes en la Autovía del Cantábrico.
Si de la costa pasamos al interior, la cosa no mejora en absoluto. No sólo se acumulan retrasos en el tramo de autovía entre Salas y La Espina, sino que además, a día de hoy, desconocemos oficialmente qué sucederá con uno de los tramos más importantes de esta autovía, el que va desde Grao hasta Doriga, que ya tiene prórroga y retraso, del que se dijo que estaría listo para finales del presente mes, pero en este momento no sólo no disponemos de información oficial que confirme lo anunciado, sino que se desconoce por dónde se habilitará la salida y si se pondrá en servicio el tramo que concluye en el pueblo de Doriga que no parece reunir las mejores condiciones para soportar todo el tráfico que actualmente discurre por la Cabruñana.
Añádase a esto último otro dato nada baladí: en el mes de julio de 2008 se cerró al tráfico la carretera entre Doriga y Lloureda, afirmándose que tal medida sería por seis meses. Ha pasado ya más de un año y la referida carretera sigue sin abrirse.
¿Habrá que concluir que, especialmente en Asturias, los plazos de las infraestructuras son como los programas de los partidos políticos en período electoral, es decir, están ahí fundamentalmente para ser incumplidos?
Dicho todo esto, no podemos dejar de tener en cuenta que, a veces la climatología y el terreno juegan malas pasadas y hacen inevitables los retrasos. Cierto e incuestionable.
Ahora bien, eso no justifica que los retrasos sean de años, que no de meses. Eso tampoco justifica que se tenga desinformada a la ciudadanía en un momento como éste en que no sólo vencen los plazos, sino también las prórrogas.
Con respecto a la autovía de La Espina, se hablaba del horizonte de 2009. Claro, un horizonte que abría otro de dos o tres años más. ¿Realmente es esto serio?
¿Realmente es serio tener a dos pueblos incomunicados, en este caso, Doriga y Lloureda, un tiempo que triplica lo estipulado sin dar las explicaciones a esos ciudadanos que merecen ser tratados con respeto?
Autovías del Occidente. De retraso en retraso, de atasco en atasco.
Y, mientras tanto, largos e inexplicable silencios.
No es serio, señores, no es serio.
http://www.lne.es/opinion/2009/10/16/autovias-occidente/821724.html
1 Comments:
Todavía quedan algunos que piden el libro de reclamaciones.
¡Qué alivio!
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