07 enero, 2010

LA NUEVA ESPAÑA 07-01-10 El día después

Otra de deseos incumplidos





CELSA DÍAZ ALONSO
Otro nuevo año que comienza y, una vez más, buenas intenciones y propósitos de enmienda (hasta cierto punto y con la boca pequeña) trufan el orbe político. Paraxes, como no podía ser menos, también ha tenido su ración de discursos finianuales. Fermín, al igual que cualquier mandatario mundial, pistonudo y fachendoso, recitó las consabidas peroratas sobre un hipotético porvenir de riqueza y bienestar que se presenta ante aquellos que estén dispuestos a trabajar hombro con hombro y no se dejen amedrentar por el oscuro panorama de la crisis que azota las economías mundiales que, por supuesto, no están tan preparadas como la de la pequeña República (por tamaño, que no por importancia estratégica) que desde hace tantos años él gestiona con mano firme y mente abierta.
Mientras se colocaba insistentemente la pajarita, gesto que delataba cierto nerviosismo por no tener todas consigo de que algún disidente malintencionado le reventara la intervención, el resto de animales y vegetales que habitan Paraxes dormitaban el discurso o permanecían totalmente ajenos a su persona. No se daba cuenta el Gallito de la Quintana de que a estas alturas nadie que no fuera su equipo habitual o sumisos deudores de sus favores, directos o sobrevenidos, hacía caso a unas palabras que por manidas y repetidas perdían cualquier atisbo de interés. Sabían los sufridos parajeños de buena tinta y por experiencia que la mentira más descarada y la prepotencia desmedida campaban por sus anchas en la vida política de Paraxes, así que casi todos estaban más pendientes de sus cartas a los Reyes Magos, que en forma de pavos reales visitaban esos lares.
Aunque no soltaba prenda, todos sabían que Osgual pedía año tras año la caída en desgracia de su enemigo político para poder demostrar a izquierda, e incluso a derecha, su carisma, dado que hasta la fecha, por uno u otro motivo, imponderables siempre ajenos a su persona habían impedido revelar su faceta de genuino gestor y su natural capacidad de liderazgo.
Ramiro, embelesado, soñaba con que este año los pavos reales le trajesen desde la sede general de su formación la acuciante llamada de su grupo para formar parte de los pocos privilegiados que colaboraban activamente en las tareas de gobierno y cuyos picos, cacareando día sí y día también la oposición a decisiones gubernamentales, no chistaban a la hora de plantar real cara. Lógico, pues bien sabía él lo difícil que resultaba acceder a tan apetitosa canonjía y, sin embargo, ¡qué fácil era perderla por un pequeño desliz!
Hoy, día de resaca de la mágica noche, muchas caras largas pasean por el gallinero. Otro año más no se han cumplido sus más íntimos deseos, y las corbatas y los perfumes de diseño vuelven a ser los nada originales protagonistas. A punto están algunos de dejar de creer en tan misteriosos personajes, cuya real voluntad parece no coincidir jamás con los anhelos más perentorios de los simples mortales.
La más cariacontecida es la gallina Elvira, que había pedido, una vez más, que un rayo fulminara a toda la clase política.

http://www.lne.es/opinion/2010/01/07/dia-despuesbr/856554.html