LA NUEVA ESPAÑA 02-02-11 Aportación a las reflexiones del alcalde de Salas

Cartas de los lectores

Manuel de la Fuente (La Haya (Holanda))

Leí con cierta sorpresa la carta de mi alcalde, José Manuel Menéndez, hace unas semanas en su periódico haciendo una feroz crítica a la OCDE. Los alcaldes son, en general, el eslabón del entramado político más en contacto con la realidad de sus conciudadanos y las administraciones locales las más próximas a éstos, aunque bien es cierto que no todos se paran a hacer reflexiones similares. La del alcalde socialista no sólo era una crítica a la OCDE, en última instancia uno de tantos organismos al servicio de los poderosos, de los mercados o, para evitar los eufemismos habituales, de los bancos y de las multinacionales que toman las decisiones que hoy nos afectan y que están haciendo, con la complicidad de muchos gobiernos, recaer la crisis económica sobre las espaldas de los trabajadores y los jóvenes. Era también una crítica a este sistema tal y como actualmente está concebido. Me gustaría, no obstante, ampliar la reflexión del alcalde.
Recuerdo a un viejo profesor que siempre decía que quien comienza diciendo a, luego b y luego c, acaba por recitar el abecedario completo. El Gobierno actual, en el poder gracias al voto de tantos jóvenes y trabajadores hartos de la época de Aznar, empezó diciendo que había que hacer reformas, siguió aprobando una reforma laboral que tuvo una huelga general, y el abecedario lo ha completado recientemente retrasando la edad de jubilación. Medidas, todas ellas, aplaudidas por la OCDE.
Y entre mucha gente hoy queda una sensación de escepticismo, de que todos los políticos son lo mismo, de que dan igual unos que otros y, realmente, los hechos citados no ayudan a romper esa idea tan peligrosa. Ánimo, pues, a quienes como José Manuel Menéndez parecen defender dentro de su propio partido propuestas consecuentes con la tradición de la izquierda. Sin embargo, soy más escéptico en cuanto al éxito de su empresa, pues sin necesidad de irse hasta la OCDE, los ciudadanos oyen cada día justificar algunas de esas barbaridades que la organización internacional esgrime, y que el Alcalde critica, por boca de muchos miembros del gobierno.
Bienvenidas sean, no obstante, reflexiones como ésas, aunque hoy el problema es que el panorama no es muy optimista para una izquierda que ve con desánimo cómo las medidas que hoy aplica un gobierno del PSOE, aludiendo a la responsabilidad, son la alfombra roja que llevará a la derecha al Gobierno. No conozco irresponsabilidad mayor, porque entonces sí tendremos a la OCDE y a todos los demás haciendo una fiesta en nuestra propia casa.

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