CELSA DÍAZ Inevitable referencia a lo ocurrido el pasado domingo. El discurso de Asturias como nación orgullosa, las promesas de regeneracionismo, la irrupción de candidatos no profesionales de la política calaron en una población harta de que la vida pública se desarrolle entre cárceles y juzgados, imputaciones y actuaciones de dudosa legalidad, que se justifican una y otra vez con el cansino «y tú más». Y aunque la noticia se centra en los mayores núcleos de población, están especialmente de enhorabuena los pequeños concejos secuestrados por un régimen de décadas que había vuelto irrespirable la vida municipal, presidida por métodos caciquiles y sobrada prepotencia, que ha sido testigo de su propia derrota. No sabemos qué va a pasar -a veces las buenas intenciones se quedan en eso, en intenciones- y si los vientos regeneracionistas llegarán a estos confines occidentales pero, mientras tanto, la esperanza, tan necia que nunca se rinde por mucho que la maltraten, se cuela por los resquicios y nos da un respiro. Ojalá sea por mucho tiempo.
http://www.lne.es/occidente/2011/05/24/nuevos-aires/1079180.html
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