29 diciembre, 2012

EL COMERCIO 28-12-12 Fernando Castañón, un «líder humilde»

 
El Salvador, Nicaragua, Ruanda, la República Democrática del Congo, Haití... El salense Fernando Castañón, fallecido el año pasado, dedicó gran parte de su vida a luchar contra las violaciones de derechos humanos como asesor de Naciones Unidas. Su labor no ha pasado inadvertida en la organización y tampoco en su villa natal. Por eso, fueron muchos los compañeros y amigos que ayer, bajo el auspicio del Aula Valdés-Salas, se reunieron en Salas para recordar y homenajear su figura.
Sensible, sincero, tímido, buen jefe y gran compañero y, sobre todo, un apasionado de su trabajo. Así describieron a Castañón quienes trabajaron con él. Y es que, a pesar de las dificultades, dejó su impronta: «Es un mérito llegar a ser un líder en su ámbito de trabajo con una personalidad tan humilde», anotó George Edward Scheibner, quien apuntó que en Haití, donde Castañón coordinó el programa de Estado de Derecho de la ONU, «era la persona de más alto cargo, por debajo solo del secretario general».
No obstante, «hablaba con todo el mundo», anotó Scheibner, quien recordó que en Haití compartieron penurias por la escasez de recursos y también «por el inadecuado reconocimiento que se nos tiene por ser pocos españoles en este trabajo».
Marta Balbín, actual representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Sierra Leona, destacó los logros conseguidos en el Congo por la sección que dirigía Castañón: «La misión era investigar y documentar violaciones graves de derechos humanos, cometidas por fuerzas estatales o grupos armados, y algunas de las investigaciones que hicimos sirvieron para fundamentar y documentar casos que se han llevado a la Corte Penal Internacional».
Además, señaló que «bajo la dirección de Fernando, en lugar de limitarnos a hacer un informe, se implicó a las autoridades nacionales, lo que nos permitía hacer un seguimiento judicial de los casos y contribuyó a crear capacidades al margen de la presencia de la ONU».
Otro de los éxitos que Balbín atribuye por entero a Fernando Castañón es la creación de una unidad de protección para quienes trabajan en favor de los derechos humanos, que pueden verse en peligro: «Él creó esa iniciativa y consiguió fondos de la Unión Europea para ponerla en marcha».
Durante el encuentro, al que asistieron también el Fiscal de Medio Ambiente de Asturias, Joaquín de la Riva, y el director médico del Hospital Central, Martín Caicoya, también se habló sobre el efecto de la crisis en la labor de la ONU en favor de los derechos humanos.
Marta Balbín señaló que los países en los que se centra su actividad no han sufrido más, ya que la violencia, el desempleo o los niveles de analfabetismo son anteriores. En cambio, «sí tenemos menor apoyo financiero, ya que los países tradicionalmente donantes han reducido sus aportaciones al presupuesto del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos».
En este sentido, sugirió también que los países europeos deben estudiar el impacto que pueden tener los recortes sobre los colectivos más desfavorecidos antes de aplicarlos: «Es algo que se hace en los países en desarrollo que trabajamos. Cualquier tipo de proyecto lleva un análisis de impacto en los derechos humanos. Lo mismo debería hacerse aquí».

Fernando Castañón, un «líder humilde»
Sonia Bakar, George Edward Scheibner, Ignacio Balbín, Marta Balbín y Beatriz Karosttki, colaboradores de Fernando Castañón en Naciones Unidas, antes del homenaje que se le rindió ayer en Salas. :: I. G.
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