LA NUEVA ESPAÑA 13-12-05 El Salas Club de Fútbol, un proyecto consolidado
El Salas Club de Fútbol es una de las asociaciones de nuestro concejo, deportiva en este caso, con mayor mérito. Comenzó con poquísimos medios y, creemos, que sin las suficientes ayudas. Amigos del Paisaje de Salas, que cuenta con bastantes socios de este equipo de fútbol entre los suyos propios, felicita a todos los que han contribuidos a que, durante nada menos que quince años, muchos niños y jóvenes del concejo tuviesen un medio extraordinario para encauzar sus intereses deportivos y vitales. Animamos a todos los salenses y no salenses a seguir apoyando a este nuestro club y a que surjan personas que den el merecido relevo a los actuales directivos que tanto han hecho por él.
El Salas, que arrancó en 1990 con solo un equipo, cuenta en la actualidad con conjuntos en todas las categorías del fútbol regional
En 1990 algunos padres de la localidad de Salas decidieron fundar un club en el que sus hijos pudieran jugar y entrenarse. Aquella aventura comenzó hace quince años con un solo equipo infantil y a día de hoy es ya un proyecto totalmente consolidado que cuenta con equipos en todas las categorías de fútbol en campo, incluyendo, además, un equipo en Regional Preferente y en sala uno de benjamines. Desde su fundación, Miguel Pertierra ha coordinado la estructura deportiva del club y recuerda aquellos duros comienzos: “Fue difícil entonces porque empezamos con un solo equipo, pero también es muy difícil hoy en día, cada vez nos cuesta más trabajo encontrar críos que quieran jugar al fútbol, con los años van perdiendo afición, tienen menos paciencia y acban dejándolo, así que nuestra idea de tener el Regional con gente de casa es completamente imposible”. Pertierra señala las categorías cadete y juvenil como el punto de inflexión: “Cuando son más críos, los padres les pueden obligar a entrenar, pero cuando crecen eso se acaba”.
Al Salas le está costando mantener la categoría en Regional Preferente, el techo al que aspira este modesto club que no puede permitirse pagar los sueldos que llegan a pedir jugadores de Avilés, Gijón u Oviedo, “y máxime cuando Tineo y Pravia están haciendo una apuesta muy fuerte en la zona, así que para nosotros es muy complicado”, asegura el coordinador del club.En total son ochenta los chavales que visten cada fin de semana los colores del Salas, casi todos provienen del núcleo de población del propio Salas, pero también llegan jugadores procedentes de Belmonte o Cornellana. Cuidar una cantera que han creado con sus propias manos es para este club el principal objetivo, aunque no siempre es fácil, y algunas temporadas con el cambio de categoría de un grupo importante de chavales, se han llegado a encontrar sin un número suficiente de jugadores para salir a competir con un equipo alevín o infantil. Para el Salas es utópico pensar en armar equipos A y B, cuando apenas tienen críos para competir con un solo conjunto.
La del Salas es una dinámica muy dura, incluso a la hora de encontrar técnicos y monitores: “básicamente vamos tirando con jugadores del Regional y gente del pueblo que por su trabajo se puede permitir el lujo de entrenar a los críos”, comenta Pertierra. El horario condiciona en la mayor parte de las ocasiones estos entrenamientos: “Aquí no es como en una gran ciudad, a las siete o a las ocho de la tarde es muy difícil que nadie te acerque un crío a entrenar dos horas, o tan siquiera ir a buscarlos, es muy tarde y la mayor parte de la temporada te encuentras con que es de noche y hace mucho frío. Nosotros tenemos que entrenar mucho antes, cuando los críos no tienen problemas, pero eso nos condiciona enormemente a ala hora de encontrar entrenadores”.
Sin embargo, en el Salas se enfrentan a tres problemáticas, la que afecta al terreno de juego del Zaguán es la primera. Se trata de un campo de hierba natural y en el club anhelan que algún día pueda convertirse en sintética, pero no es ese el problema. Todos los equipos juegan en ese campo, y el anexo, de tierra, no se puede utilizar más que para los entrenamientos, al no tener las dimensiones reglamentarias. Agrandar el campo de tierra para que albergue partidos oficiales es la primera gran demanda. La segunda tiene que ver con los desplazamientos de los equipos. El Salas, como muchos otros equipos de la zona del occidente asturiano destina gran parte de su presupuesto a financiar los desplazamientos de sus equipos. Encuadrados en los grupos del Occidente, los equipos del Salas se encuentran con un problema: “Para nosotros viajar a Luarca o a Navia, con los autocares por La Espina, nos supone mareos y malestar garantizados para los críos, por eso nos vemos obligados a ir hasta Soto del Barco y de ahí al Occidente, con lo que damos un rodeo enorme”, comenta Pertierra;“Hemos solicitado muchas veces a la federación que se nos encuadre algún equipo con los grupos de Gijón, Avilés u Oviedo, pues, una vez en Soto del Barco, son las poblaciones que encontramos más a mano”
Pese a que el equipo cuenta con un número fiel de socios-situado en torno a los cuatrocientos cincuenta-, con el apoyo municipal y también con el de muchos anunciantes de la zona, el último problema al que se enfrenta el Salas es el de la continuidad. La actual directiva es la misma que fundó el club hace quince años y muchos de sus miembros ven esta temporada como el final de un ciclo. El problema surge porque nadie asume la responsabilidad del relevo, de ahí que los directivos se sientan atrapados entre la espada y la pared; quieren que el Salas siga adelante, pero temen que sin ellos el equipo pueda llegar a desaparecer.
El Salas, que arrancó en 1990 con solo un equipo, cuenta en la actualidad con conjuntos en todas las categorías del fútbol regional
En 1990 algunos padres de la localidad de Salas decidieron fundar un club en el que sus hijos pudieran jugar y entrenarse. Aquella aventura comenzó hace quince años con un solo equipo infantil y a día de hoy es ya un proyecto totalmente consolidado que cuenta con equipos en todas las categorías de fútbol en campo, incluyendo, además, un equipo en Regional Preferente y en sala uno de benjamines. Desde su fundación, Miguel Pertierra ha coordinado la estructura deportiva del club y recuerda aquellos duros comienzos: “Fue difícil entonces porque empezamos con un solo equipo, pero también es muy difícil hoy en día, cada vez nos cuesta más trabajo encontrar críos que quieran jugar al fútbol, con los años van perdiendo afición, tienen menos paciencia y acban dejándolo, así que nuestra idea de tener el Regional con gente de casa es completamente imposible”. Pertierra señala las categorías cadete y juvenil como el punto de inflexión: “Cuando son más críos, los padres les pueden obligar a entrenar, pero cuando crecen eso se acaba”.
Al Salas le está costando mantener la categoría en Regional Preferente, el techo al que aspira este modesto club que no puede permitirse pagar los sueldos que llegan a pedir jugadores de Avilés, Gijón u Oviedo, “y máxime cuando Tineo y Pravia están haciendo una apuesta muy fuerte en la zona, así que para nosotros es muy complicado”, asegura el coordinador del club.En total son ochenta los chavales que visten cada fin de semana los colores del Salas, casi todos provienen del núcleo de población del propio Salas, pero también llegan jugadores procedentes de Belmonte o Cornellana. Cuidar una cantera que han creado con sus propias manos es para este club el principal objetivo, aunque no siempre es fácil, y algunas temporadas con el cambio de categoría de un grupo importante de chavales, se han llegado a encontrar sin un número suficiente de jugadores para salir a competir con un equipo alevín o infantil. Para el Salas es utópico pensar en armar equipos A y B, cuando apenas tienen críos para competir con un solo conjunto.
La del Salas es una dinámica muy dura, incluso a la hora de encontrar técnicos y monitores: “básicamente vamos tirando con jugadores del Regional y gente del pueblo que por su trabajo se puede permitir el lujo de entrenar a los críos”, comenta Pertierra. El horario condiciona en la mayor parte de las ocasiones estos entrenamientos: “Aquí no es como en una gran ciudad, a las siete o a las ocho de la tarde es muy difícil que nadie te acerque un crío a entrenar dos horas, o tan siquiera ir a buscarlos, es muy tarde y la mayor parte de la temporada te encuentras con que es de noche y hace mucho frío. Nosotros tenemos que entrenar mucho antes, cuando los críos no tienen problemas, pero eso nos condiciona enormemente a ala hora de encontrar entrenadores”.
Sin embargo, en el Salas se enfrentan a tres problemáticas, la que afecta al terreno de juego del Zaguán es la primera. Se trata de un campo de hierba natural y en el club anhelan que algún día pueda convertirse en sintética, pero no es ese el problema. Todos los equipos juegan en ese campo, y el anexo, de tierra, no se puede utilizar más que para los entrenamientos, al no tener las dimensiones reglamentarias. Agrandar el campo de tierra para que albergue partidos oficiales es la primera gran demanda. La segunda tiene que ver con los desplazamientos de los equipos. El Salas, como muchos otros equipos de la zona del occidente asturiano destina gran parte de su presupuesto a financiar los desplazamientos de sus equipos. Encuadrados en los grupos del Occidente, los equipos del Salas se encuentran con un problema: “Para nosotros viajar a Luarca o a Navia, con los autocares por La Espina, nos supone mareos y malestar garantizados para los críos, por eso nos vemos obligados a ir hasta Soto del Barco y de ahí al Occidente, con lo que damos un rodeo enorme”, comenta Pertierra;“Hemos solicitado muchas veces a la federación que se nos encuadre algún equipo con los grupos de Gijón, Avilés u Oviedo, pues, una vez en Soto del Barco, son las poblaciones que encontramos más a mano”
Pese a que el equipo cuenta con un número fiel de socios-situado en torno a los cuatrocientos cincuenta-, con el apoyo municipal y también con el de muchos anunciantes de la zona, el último problema al que se enfrenta el Salas es el de la continuidad. La actual directiva es la misma que fundó el club hace quince años y muchos de sus miembros ven esta temporada como el final de un ciclo. El problema surge porque nadie asume la responsabilidad del relevo, de ahí que los directivos se sientan atrapados entre la espada y la pared; quieren que el Salas siga adelante, pero temen que sin ellos el equipo pueda llegar a desaparecer.
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