EL COMERCIO 05-12-06 Despedida con lágrimas de oro
Los trabajadores de Río Narcea Gold Mines, que cerrará sus minas de oro de Belmonte y Salas este mismo mes, celebraron la festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros
DANIEL FERNÁNDEZ/OVIEDO
ADIÓS. Trabajadores de Gold Mines durante la fiesta de ayer, a la que acudieron más de 200 empleados y que sirvió de despedida anticipada antes de que cierre la mina. / MARIO ROJAS
«Si no seguimos es porque no nos dejaron»
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Santa Bárbara bendita...» Pocas canciones despiertan más emociones, por su melancolía, por lo que representa. Pero ayer hubo un lugar en el que el himno minero por excelencia sonó con más tristeza que nunca. Fue en Oviedo, en el Hotel Monumental Naranco, donde se reunieron los más de 200 empleados de Río Narcea Gold Mines -propietaria de las minas de oro de Belmonte y Carlés (Salas)- para celebrar el día de su patrona: Santa Bárbara.
Aunque el acto no fue la fiesta que se esperaba, sino una despedida. La mina cerrará, tras diez años de actividad, este mismo mes. Con ella se van las esperanzas de sus trabajadores y, como ayer decían algunos, «el futuro y la esperanza» de los dos municipios en los que se asientan las dos explotaciones auríferas.
Ayer, los empleados, trataban por todos los medios dejar de pensar en el futuro. «Hoy es un día de fiesta y a eso venimos, a celebrarlo», comentaba Helma González Medio, que entró a trabajar en las oficinas de El Valle-Boinás hace siete años. Sin embargo, no pudieron alejarse del sentimiento de incertidumbre sobre el futuro. «¿Qué haremos? Buscar trabajo, pero viendo como están las cosas...», comentaba esta empleada.
Junto a ella conversaban Violeta Riesgo, Azucena Berdesco, Sandra Alba y Ana Alonso. Fueron las primeras mujeres que entraron a trabajar en la mina de oro de Belmonte, en la planta de tratamiento. Ellas, como la mayor parte de los empleados de Gold Mines, tienen marcado en su calendario con un círculo negro el 29 de diciembre.
Ese día, se harán efectivos la mayor parte de los despidos negociados en el Expediente de Regulación de Empleo. Elma es uno de los pocos trabajadores que ha tenido cierta suerte. Mientras Violeta, Azucena, Sandra y Ana firmarán el 'finiquito' el próximo día 29, ella seguirá trabajando «medio año más» en la compañía.
Recolocaciones
Otros, por contra, seguirán contratados durante unos dos años para realizar los trabajos de restauración de las minas de Belmonte y Carlés. Otros, los menos, han sido recolocados en otras explotaciones propiedad de Gold Mines: Agua Blanca (Extremadura), donde se extrae níquel, y la recientemente abierta en Tasiast (Mauritania), donde se explota un importante yacimiento de oro.
Ángel Rodolfo Martínez, natural de Cangas del Narcea, también tuvo oportunidad de recolocarse en estas explotaciones. Sin embargo, la propuesta de la empresa la rechazó. «Yo no quiero salir de Asturias, trataré de buscar algo aquí», explicaba.
En él se resume él sentimiento generalizado de toda la plantilla de la empresa. «Nos hemos sentido solos, nadie nos ha apoyado. Muchos dijeron mentiras sobre la compañía que nadie desmintió. El Principado se pasó con nosotros, ellos son quienes cerraron la mina», decía, refiriéndose de esta forma a la negativa del Gobierno regional de conceder a Gold Mines las licencias para explotar un yacimiento en Tapia de Casariego. Esta oposición fue la que precipitó el cierre de las minas de Belmonte y Carlés, ya que la compañía asegura que la extracción del oro de estas explotaciones no es rentable.
Pero no sólo la marcha de Río Narcea afecta a los empleados. También a otras empresas de la región, como Sánchez y Lago, que desde 1997 se encargó de las labores de movimiento de tierras en las mimas de esta compañía. «De forma permanente trabajan allí unas cuarenta personas, entre maquinistas, operadores, encargados de maquinaria...», comenta Manuel Ángel Martínez, responsable de esta empresa.
Gold Mines también ha contratado los servicios de Sánchez y Lago para los trabajos de explotación de Tasiast.
No sólo trabajadores participaron en la fiesta de ayer. También fueron invitados el alcalde y el teniente de alcalde de Salas, José Manuel Menéndez y José Manuel Díaz, respectivamente. «Nosotros venimos a esta fiesta para ofrecer todo el apoyo de nuestro Ayuntamiento y nuestros vecinos a los trabajadores de Gold Mines. Les deseamos toda la suerte del mundo y les agradecemos que con su trabajo hayan dado vida a pueblos que sin la mina hubiesen desaparecido hace años», decía el regidor salense. «
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