29 noviembre, 2007

LA NUEVA ESPAÑA 29-11-07 Democracia gallinácea (I)


CELSA DÍAZ ALONSO
Mientras estaba en el gallinero recogiendo huevos y charlando amigablemente con algunas gallinas, llegó corriendo el gallo Bermudo casi sin resuello.
-¡Vamos, vamos! Fermín ha convocado una reunión para tratar un asunto de máxima actualidad.
-¿Fermín convocando reuniones? -declaró con sorpresa Elvira- ¡Qué novedad!
-No seas tan quisquillosa, ¿no vas a acudir?
-Por supuesto. No me pierdo una buena reunión. Ya me conoces.
-Demasiado bien, me temo.
-¡Bah!
-¿Puedo acudir? -pregunté- Prometo no abrir la boca.
-Por mí no hay problema. Te vas a enterar de cómo funciona el sistema democrático gallináceo y te va a corroer la envidia.
Fuimos hacia una esquina del recinto. Fermín se había situado sobre un comedero y a su alrededor ya se estaban reuniendo todas las aves.
-¿Qué hace esta aquí? Esta reunión no es para humanos.
-Le dije que viniera. Así comprobará cuán democrático es nuestro sistema. Algo puede aprender.
-Por una vez dices algo sensato. Que se quede -dijo Fermín esponjando las alas orgulloso- Ejem. Silencio. Os he reunido aquí porque creo necesario que cambiemos algunos nombres en los caminos de Paraxes y
-¡Cambiar nombres! ¿Por qué? En nada afecta a nuestro callejero la ley de la Memoria Histórica.
-Dejadme acabar. No tiene que ver con eso, pero ya que todo el mundo mundial está en ello, propongo corregir algunos errores importantes.
-Vale, sea. Pero habrá que pensar en una comisión.
-Ya está todo pensado
¡Yo, yo!
-Renata, que tiene muy buen gusto
-¡Ay, sí. Qué ilusión!
-Si no se entera de nada
-¡Tú que sabes, listilla! Tengo muchííísima sensibilidad.
-¡A mí, a mí!
-Consuelo, que es negra de Menorca, y para la interculturalidad viene que ni pintada
-¡Pero si nació en Campaspero!
-¿Y qué pasa?
-¡Yo, yo!
-Etelvina, que nos cubre el porcentaje de minusvalía
-¡A mí. Yo!
-y había pensado en un representante del colectivo de gays y lesbianas, no sé
-¡Remedios! -gritaron todos al unísono.
-¿Quién, yo?
-Sí, hija, con la pinta de marimacho que tienes nosotras creíamos que
-Ya hablaremos luego
-y Jacinto, que si no se va a herniar de tanto dar saltos y hacer tantos aspavientos
-¿Esto es lo que me iba a dar tanta envidia? -dije por lo bajo a Elvira.
-Calla, calla. Qué vergüenza.
-Por supuesto, yo de presidente. Abrimos la sesión.