01 febrero, 2008

LA NUEVA ESPAÑA 01-02-08 Paraxes quiere un himno


CELSA DÍAZ ALONSO
-Podemos empezar con algo como «Arriba Paraxes, alzad las alas, hijosÉ».
-¡Pero mira que eres carca y rancio, Jacinto!- vociferaron varios gallos y gallinas al unísono.
-Y en todo caso sería hijas e hijos- cacareó Consuelo, furiosa, que a ella eso del feminismo militante le tiraba lo suyo.
-¿Y los que no tenemos alas, eh? ¿Acaso no vivimos en Paraxes?- protestaron las berzas, muy alteradas.
Jacinto, furioso, se fue a picotear grano, y se juró para sus adentros no volver a poner su florido verbo al servicio de tanta tosquedad. Le duró poco el enfado. Aquello sin su intervención sería un desastre, pensó, y en seguida volvió a unirse al grupo, que estaba en plena efervescencia creadora. Rápidamente se inmiscuyó para proponer nuevas ideas.
-¡Hay que hablar de nuestras grandiosas gestas!
-¿Qué?
-Mejor hablamos de nuestra impecable gestión- intervino Fermín con tono de suficiencia.
-Sobre todo la tuya, majo.
-¡A que disuelvo la reunión!
-Calma, calma- Ramiro intentaba rebajar la tensión creada-. Opino que es imprescindible mentar la solidaridad y la fusión de culturas. La aceptación de la otredad como ente afín.
La sorpresa se reflejó en el rostro de los presentes y exclamaciones como «atiza» o «caramba» corrieron de pico en pico y de hoja en hoja. Osgüal, que no quería quedarse atrás, intervino impaciente.
-¡La familia como baluarte social! ¡La bandera como enseña!
-¡De eso nada!- bramó Fermín-. Estamos abiertos a todas las posibles estructuras de convivencia, sin prejuicios y con talante abierto. Y todos sabemos que Paraxes, como República independiente, está formada por distintas sensibilidades plurinacionales (o sea, para entendernos, unos cuantos gallineros), con su propia idiosincrasia, aglutinadas pero no sometidas. -¡Y huertas!
-Dejaros de chorradas de himnos- rugió Elvira, furiosa.
-¿Pero qué mosca le ha picado a ésta?
-Que mejor os ocupabais de cosas que nos afectan realmente. ¿No os habéis enterado de que nos dejan sin reparto de correo por estar fuera de los caminos principales? Un murmullo de indignación y descontento presidió el ambiente. Entre los presentes hubo quien dudo de lo que Elvira decía, y la tacharon de catastrofista.
-Imposible sin mi consentimiento- interpuso Fermín.
-Pues corre y vete a decirlo en el Gallinero Mayor, a ver qué caso te hacen.
-¡Eso, eso! ¡Que sepan que no se nos puede tomar la pluma! La irritación crecía y crecía, y cuando Elvira les enseñó la noticia en el diario avicoloagrícola de Paraxes ya no dudaron de su veracidad.
-Somos unos mindundis.
Elvira tuvo una vez más la capacidad de aguar la fiesta. No va a cambiar nunca.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cagun les pites, Celsa, ¿quién ye Jacinto, quién Ramiro, quién Fermín y quién Osgüal? Por les pites ya ni te pregunto, pues deben ser cosa de la tu imaginancia. Vas volveme loco.

11:23 p. m.  

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