17 abril, 2008

LA NUEVA ESPAÑA 17-04-08 Pedagogía de altos vuelos

CELSA DÍAZ ALONSO
-¡Ay, Dios mío! ¡Qué desgracia!
-Consuelo correteaba alrededor del gallinero con las alas en la cabeza dando vueltas sin sentido.
-¿Y ahora qué le pasa a ésta? -especulaban entre sí el resto de las gallináceas que dormitaban plácidamente al sol. Ya están demasiado acostumbradas a los ataques de histeria de su compañera de habitáculo.
-¿Es que no os habéis enterado? ¡Un gran desastre se cierne sobre Paraxes!
-¿¿¿???
-¡Se trata de Ramiro! ¡Lo han insaculado!
Ante tan alarmante noticia las gallinas despiertan de su letargo e inquieren todas a la vez.
-¡Qué dices! ¡No puede ser!
-¿Cuándo? ¿Dónde?
-En la Alta Cámara de Paraxes ¡Y dicen que lo han hecho por sorteo!
-Ya, ya. Por sorteo... Esto es cosa de Fermín, que quiere quedar de gracioso con el Gallo Manchego.
-¿Y sin epidural?
-Claro que los gallineros occidentales no tenemos derecho a esos lujos asiáticos.
-Pues con lo que duele eso... Lo que habrá sufrido, pobre Ramiro.
-Creo que lo que más le dolió fueron las risotadas del resto de los líderes parajeños. En vez de defender la dignidad de su compañero se arrancaron en una estruendosa carcajada.
-Ji, ji, ji.
-Renata, seriedad. Se trata de algo muy grave.
En una esquina del gallinero, de espaldas al mundo y cubriéndose con las alas todo lo posible, estaba el desolado Ramiro.
-¡Gentuza! -cacareaba afligido- Hacerme esto a mí.
-Recapacita, Ramiro -intentaba razonar Elvira, que en ese momento era su único lenitivo-. Quizás haya tenido que ver con la sutil petición de un ministerio por tu parte.
-Pero hay maneras, caray ¿Y Osgüal? ¿Qué me dices de Osgüal? Él no tenía motivos. Y con lo bien que hubiera quedado yo en este gobierno tan pedagógico.
-Pues a mí se me ocurren cantidad de calificativos y objetivos para un gobierno, pero jamás lo de «pedagógico».
-Qué poco abierta eres a las nuevas tendencias.
-¡Patochadas! El batiburrillo es pistonudo. Ministerios que se solapan, algunos que no se sabe ni para qué sirven y otros en los que se quiere competir en originalidad o alcanzar récords de juventud. Se une a los cordiales enemigos y se mantiene a lo más nefasto. Vaya panorama.
-Siempre protestando, Elvira -interviene Renata que se había unido al dúo- ¿No queda monísima una gallina clueca al frente de nuestros republicanos ejércitos? Es tan maravillooooso...
-Lo dicho. Vaya panorama.