LA NUEVA ESPAÑA 27-11-08 La gran coalición
De cómo Izquierda Unida acaba de hundirse
Ya hace tiempo que en el imaginario colectivo las siglas IU han dejado de corresponder exactamente a Izquierda Unida, para pasar a significar Izquierda «Undida». Los últimos avatares de la formación así nos lo confirman a nivel nacional. Sin embargo, en este nuestro amado paraíso natural están felices como perdices gracias al acuerdo gubernamental con el PSOE llariego, que se intuye como una bajada de pantalones antológica. Al final les han dado las migajas y todos tan contentos. ¿Todos? En absoluto. El inefable Francisco García Valledor, cuya imagen saliendo del coche oficial vestido de asturiano será difícil que se borre de mi retina y continuará regocijándome las largas tardes invernales el resto de mis días, les ha salido respondón. Y aunque lo suyo suene a pataleta por no haber conseguido la Consejería soñada, resalta algunas cuestiones que, efectivamente, chirrían en nuestros oídos, ya casi acostumbrados al esperpento político. ¿Cómo se acepta entrar en un Gobierno que reiteradamente ha hecho caso omiso a la mayoría de las reivindicaciones de dicho partido? ¿Vale la manida argumentación de «trabajar desde dentro»? Pues a ver si es verdad, o volvemos a las andadas.
Hay muchas cuestiones que supuestamente enfrentan a la coalición -que, además de la mencionada formación, integran Los Verdes y Bloque por Asturies- con el Gobierno de Álvarez Areces, como son la política lingüística, o la «firme oposición» (ja, ja) a ciertas barbaridades medioambientales -Consejería que, por cierto, han vuelto a separar de Medio Rural, una de las que les ha tocado en suerte a IU, ¿por qué será?- o políticas sociales que resultan sangrantes.
Y como hablo desde el occidente asturiano, rural para mayor pecado, recuerdo a quien corresponda ciertos asuntos pendientes por los que se debería seguir -o empezar- a dar la cara, como son la proyectada mina en Salave, la cientos de veces prometida restauración de las minas de oro en Belmonte y Salas (¡ah, no, perdón, que ya nos llega otra empresa interesada en seguir llenando las balsas de residuos que nadie quiere), el cierre de aulas en colegios públicos, los únicos que existen por estos lares, ya que concertados y privados son privilegios desconocidos, la desaparición de ambulancias, amortizaciones de plazas en Correos, lo que obligará a los carteros a recorrer muchos más kilómetros y a los sufridos usuarios a esperar por su correspondencia lo que no se sabe, problemas y carencias en la sanidad pública y un largo etcétera.
¡Así que ya saben, señores, a ganarse los garbanzos haciendo lo que dicen y diciendo lo que hacen! ¿O va a seguir LV-IU-BA siendo un florero parlamentario plural y progresista?
Ya hace tiempo que en el imaginario colectivo las siglas IU han dejado de corresponder exactamente a Izquierda Unida, para pasar a significar Izquierda «Undida». Los últimos avatares de la formación así nos lo confirman a nivel nacional. Sin embargo, en este nuestro amado paraíso natural están felices como perdices gracias al acuerdo gubernamental con el PSOE llariego, que se intuye como una bajada de pantalones antológica. Al final les han dado las migajas y todos tan contentos. ¿Todos? En absoluto. El inefable Francisco García Valledor, cuya imagen saliendo del coche oficial vestido de asturiano será difícil que se borre de mi retina y continuará regocijándome las largas tardes invernales el resto de mis días, les ha salido respondón. Y aunque lo suyo suene a pataleta por no haber conseguido la Consejería soñada, resalta algunas cuestiones que, efectivamente, chirrían en nuestros oídos, ya casi acostumbrados al esperpento político. ¿Cómo se acepta entrar en un Gobierno que reiteradamente ha hecho caso omiso a la mayoría de las reivindicaciones de dicho partido? ¿Vale la manida argumentación de «trabajar desde dentro»? Pues a ver si es verdad, o volvemos a las andadas.
Hay muchas cuestiones que supuestamente enfrentan a la coalición -que, además de la mencionada formación, integran Los Verdes y Bloque por Asturies- con el Gobierno de Álvarez Areces, como son la política lingüística, o la «firme oposición» (ja, ja) a ciertas barbaridades medioambientales -Consejería que, por cierto, han vuelto a separar de Medio Rural, una de las que les ha tocado en suerte a IU, ¿por qué será?- o políticas sociales que resultan sangrantes.
Y como hablo desde el occidente asturiano, rural para mayor pecado, recuerdo a quien corresponda ciertos asuntos pendientes por los que se debería seguir -o empezar- a dar la cara, como son la proyectada mina en Salave, la cientos de veces prometida restauración de las minas de oro en Belmonte y Salas (¡ah, no, perdón, que ya nos llega otra empresa interesada en seguir llenando las balsas de residuos que nadie quiere), el cierre de aulas en colegios públicos, los únicos que existen por estos lares, ya que concertados y privados son privilegios desconocidos, la desaparición de ambulancias, amortizaciones de plazas en Correos, lo que obligará a los carteros a recorrer muchos más kilómetros y a los sufridos usuarios a esperar por su correspondencia lo que no se sabe, problemas y carencias en la sanidad pública y un largo etcétera.
¡Así que ya saben, señores, a ganarse los garbanzos haciendo lo que dicen y diciendo lo que hacen! ¿O va a seguir LV-IU-BA siendo un florero parlamentario plural y progresista?
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