16 octubre, 2009

LA NUEVA ESPAÑA 16-10-09 «El mundo rural no tiene futuro, pues ya no existe, ahora todos somos urbanos»

Cándido Pañeda, ayer, en Salas, a punto de comenzar su intervención. lorena valdés

«La clave del futuro del sector lácteo está en aumentar el tamaño de las explotaciones y así reducir costes»
CÁNDIDO PAÑEDA Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo

Salas, Lorena VALDÉS
«El mundo rural asturiano no tiene futuro, pues ya no existe». Ésta fue una de las conclusiones más significativas de la conferencia que ofreció ayer el catedrático de la Universidad de Oviedo en el área de Economía Aplicada Cándido Pañeda, en la primera jornada del VI Congreso de rehabilitación sostenible del patrimonio cultural que se celebra hasta mañana en Salas. Según Pañeda, el objetivo del sector lácteo asturiano «es que pueda ser un negocio como cualquier otro y que ofrezca unos ingresos adecuados para que la gente no tenga que irse obligatoriamente del campo. Para ello, es necesario aumentar el tamaño de las explotaciones y así sustituir piensos por forraje y lograr disminuir los costes. El precio de la leche es el que es y contra eso no se puede luchar, por lo que hay que buscar alternativas».
-En su opinión el mundo rural no tiene futuro, una afirmación un tanto sorprendente, ¿no le parece?
-A mi juicio, el mundo rural asturiano no tiene futuro, pues ya no existe. Fue desapareciendo en los años sesenta y setenta del pasado siglo y ahora somos todos urbanos, tanto los que viven en el medio urbano como los que vivimos en el medio rural (éste, el medio, sí que existe). La prueba de que esto es así, de que el mundo actual es un único mundo de carácter urbano, nos la dan desde las bolsas de basura (¿se puede distinguir lo que consume un ciudadano urbano de lo que consume un ciudadano rural?) hasta las luces, que antaño diferenciaban positivamente (el brillo y la seguridad) a la ciudad y que ahora también están presentes en el campo, homogeneizándolo, por cierto, negativamente, ya que por el día rompen el paisaje (el brillo del campo) sin aportar seguridad por la noche. En definitiva, considero que procede olvidarse de un mundo rural que ya no existe y centrarse en un espacio rural que sí existe.
-Pues entonces, háblenos de ese espacio rural y de sus perspectivas.
-Creo que se puede hablar de, como mínimo, dos espacios o medios rurales dentro de ese único mundo urbano. El primer espacio o medio rural es el del monte. Asturias está llena de montes, de zonas de árboles y pastos. A mi juicio, este medio rural precisa, al menos, dos cosas: primera, luz y taquígrafos respecto a los derechos de propiedad y uso; segunda, sobre la base de lo primero, desarrollo de la iniciativa privada, con subvenciones cuando haya efectos externos positivos (por ejemplo, los paisajes generados por determinados tipos de repoblaciones forestales) y sin subvenciones, pero también sin restricciones, cuando no haya efectos externos positivos y no se generen efectos externos negativos.
-¿Y cuál es el segundo?
-El de las explotaciones agrícolas y ganaderas. A este respecto, creo que habría que fomentar la iniciativa privada interviniendo en tres frentes: por una parte, poniendo todos los medios necesarios para que las explotaciones puedan alcanzar la dimensión territorial óptima en cada producción (dicho de otra manera, la tierra tiene que estar al servicio de las explotaciones); por otra, eliminando las subvenciones que no se asocien a efectos externos positivos, y finalmente, estableciendo las subvenciones relacionadas con los efectos externos positivos en el nivel adecuado para que no afecten negativamente a otras actividades. Así, por ejemplo, las primas a las vacas nodrizas quizá se puedan justificar por motivos ambientales (para mantener el paisaje mediante las «desbrozadoras» naturales que son las vacas que pastan), pero dichas subvenciones no deberían llevar a que la ganadería de carne ocupara las tierras de cultivo adecuadas para la producción de forrajes que pudieran ser fundamentales para la viabilidad de la producción lechera.
-¿Quién marcará el futuro del sector agrario?
-Lo decidirán los emprendedores y, también, las intervenciones que liberen los recursos que ahora están bloqueados. Así, en el contexto actual de explotaciones pequeñas y muy parceladas, la política de no política, de no intervención, en los temas realmente importantes sólo deja margen para las producciones que pueden lograr un tamaño óptimo con poca tierra, y de ahí, por ejemplo, la expansión, modesta pero sólida, que están teniendo algunos nuevos cultivos agrícolas de buena elasticidad renta. Lógicamente, esta política de no política no vale en el caso de las producciones en las que el tamaño mínimo es mayor del que permiten las circunstancias actuales.
-Por lo tanto, ¿la superficie forrajera de las explotaciones es un factor crucial de éxito de la producción lechera asturiana?
-Por supuesto, la clave está en la base forrajera, ya que si se aumentase suficientemente la misma se podría disminuir la carga ganadera (ganadería menos intensiva) y, simultáneamente, se podrían reducir las compras de piensos (al sustituirlos en parte por forrajes), con lo que se reducirían los costes totales por tonelada de leche. El reducir los costes por tonelada es, por lo demás, básico para la marcha del sector, ya que si se mantienen las tendencias recientes no es previsible que el precio de la leche suba, ya que hay una línea trazada: la línea que traza el precio de intervención, que a su vez se relaciona con los precios internacionales, que generalmente son más bajos que los comunitarios. La clave está, pues, en poner la tierra a trabajar, en, como he señalado en diversas ocasiones, mover la tierra.
-¿Con su propuesta se podría lograr que el sector lácteo fuese rentable?
-La ganadería tiene que rendir como cualquier otro negocio. En la sociedad siempre se ha visto como algo vulgar, casi que hay que mantener por razones históricas, pero lo que se pretende es que los ganaderos asturianos puedan vivir con unos ingresos adecuados a su inversión. Si es así, quizá la gente no se vaya del campo.
-¿El turismo rural puede ser una alternativa?
-Se trata de un producto muy urbano, una especie de museo rural que no huele a vaca. Los clientes de este tipo de turismo quieren mantener las comodidades de la ciudad pero disfrutar del paisaje rural.
-¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías?
-Hoy las distancias se miden en internet. Si tienes internet estás cerca y si no lo tienes estás muy lejos, incomunicado. Lo mismo ocurre con la telefonía móvil. Todas las personas buscamos calidad de vida en el campo o en la ciudad. Por ello, los ayuntamientos tienen que ofrecer servicios y comodidades para los ciudadanos. Salas, en este sentido, considero que es un ejemplo, por saber mantener sus raíces pero también adaptarse a los nuevos tiempos.
«La ganadería tiene que rendir como cualquier otro negocio, generar unos ingresos adecuados»
«El turismo rural es un producto muy urbano, una especie de museo rural en el que no huele a vaca»

http://www.lne.es/occidente/2009/10/16/mundo-rural-futuro-existe-ahora-urbanos/821614.html

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

En Salas se ha hecho un esfuerzo por desarrollar internet en la villa, pero el mundo rural salense sigue desasistido.
Es dificil desarrollar internet en las areas rurales, pero hay que hacerlo.
Lo que no se puede es decir que Salas es un ejemplo de ello.
No hay que confundir las buenas intenciones con las realizaciones.
Menos aún si el que lo hace es un científico social.

8:56 p. m.  

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