LA NUEVA ESPAÑA 22-03-06 El centralismo autonómico
JOSÉ MANUEL MENÉNDEZ FERNÁNDEZ, alcalde de Salas
Cuando allá por 1978 los españoles, libre y democráticamente, nos dimos un documento que recogía las normas de convivencia y funcionamiento del Estado. Un documento cuya denominación no voy a pronunciar para evitar formar parte de ese grupo de corifeos que de forma casi permanente lo tienen en la boca, patrimonializándolo, glorificándolo y cantando sus alabanzas, mientras en el momento de su redacción hacían exactamente lo contrario, lo demonizaban, lo satanizaban y lo consideraban una perversión que ponía en riesgo los pilares del Estado, asentados por aquel entonces en los principios fundamentales del movimiento que preconizaba unas fórmulas de convivencia que ellos consideraban asaltadas por la nueva propuesta.
Un apartado muy celebrado por gran parte de españoles, entre los que me incluyo, era aquél que concebía un Estado descentralizado, porque considerábamos que el hecho de acercar la Administración al ciudadano la haría más eficiente, ágil, realista y austera; veintisiete años después, muy pocas de aquellas esperanzas se han visto hechas realidad; las administraciones autonómicas han generado en torno a sí un «centralismo» brutal, se han convertido en verdaderos monstruos agigantados, devoradores de recursos, burocracias ineficientes, en las que los problemas y necesidades de la sociedad se diluyen y eternizan en una inmensa maraña de informes, funcionarios y despachos que para nada cumplen con los fines que un día se entendió debían de ser las administraciones autonómicas. ¿Cuál es el trasfondo de todo esto? El desmesurado afán de poder de los políticos que no reparan en medios con tal de fortalecer éste, a costa incluso de generar el lamentable espectáculo al que asistimos cada día en la lucha por los recursos, comparable a como las hienas en la sabana se reparten el cuerpo de un antílope, incluidos los modales y las formas.
Y ante todo esto, ¿cuál es el papel de las administraciones locales? Las federaciones de concejos (FAC, FEMP) asisten mudas como verdaderos convidados de piedra sin levantar la voz para hacer valer sus derechos, que no son otros que los que las leyes otorgan y los ciudadanos demandan. Las economías municipales se hunden, la calidad de los servicios -que son muchos- que estas administraciones prestan decrece en calidad y cantidad sin posibilidad de planificación previa porque están pendientes de la «limosna» que éste o aquel departamento autonómico otorgue con destino prefijado. En estudio realizado por el Ayuntamiento de Salas sobre la gestión y aprovechamiento de los recursos públicos en países de nuestro entorno europeo (los de la vieja Europa son claramente los que más apuestan por el bienestar de sus ciudadanos), se pone de manifiesto que los países nórdicos y Francia con los que consiguen la ratio más alta entre lo que el contribuyente paga en impuestos y lo que la Administración le devuelve en forma de servicios, es decir, que son quienes tienen una gestión más eficiente. Se da el caso que en estos países la organización político-administrativa es claramente centralista por parte del Estado, con administraciones locales como gestoras de la práctica totalidad de los servicios, incluida sanidad y educación. ¿Será motivo de reflexión esto?
José Manuel Menéndez Fernández es alcalde del Ayuntamiento de Salas por el PSOE.
Cuando allá por 1978 los españoles, libre y democráticamente, nos dimos un documento que recogía las normas de convivencia y funcionamiento del Estado. Un documento cuya denominación no voy a pronunciar para evitar formar parte de ese grupo de corifeos que de forma casi permanente lo tienen en la boca, patrimonializándolo, glorificándolo y cantando sus alabanzas, mientras en el momento de su redacción hacían exactamente lo contrario, lo demonizaban, lo satanizaban y lo consideraban una perversión que ponía en riesgo los pilares del Estado, asentados por aquel entonces en los principios fundamentales del movimiento que preconizaba unas fórmulas de convivencia que ellos consideraban asaltadas por la nueva propuesta.
Un apartado muy celebrado por gran parte de españoles, entre los que me incluyo, era aquél que concebía un Estado descentralizado, porque considerábamos que el hecho de acercar la Administración al ciudadano la haría más eficiente, ágil, realista y austera; veintisiete años después, muy pocas de aquellas esperanzas se han visto hechas realidad; las administraciones autonómicas han generado en torno a sí un «centralismo» brutal, se han convertido en verdaderos monstruos agigantados, devoradores de recursos, burocracias ineficientes, en las que los problemas y necesidades de la sociedad se diluyen y eternizan en una inmensa maraña de informes, funcionarios y despachos que para nada cumplen con los fines que un día se entendió debían de ser las administraciones autonómicas. ¿Cuál es el trasfondo de todo esto? El desmesurado afán de poder de los políticos que no reparan en medios con tal de fortalecer éste, a costa incluso de generar el lamentable espectáculo al que asistimos cada día en la lucha por los recursos, comparable a como las hienas en la sabana se reparten el cuerpo de un antílope, incluidos los modales y las formas.
Y ante todo esto, ¿cuál es el papel de las administraciones locales? Las federaciones de concejos (FAC, FEMP) asisten mudas como verdaderos convidados de piedra sin levantar la voz para hacer valer sus derechos, que no son otros que los que las leyes otorgan y los ciudadanos demandan. Las economías municipales se hunden, la calidad de los servicios -que son muchos- que estas administraciones prestan decrece en calidad y cantidad sin posibilidad de planificación previa porque están pendientes de la «limosna» que éste o aquel departamento autonómico otorgue con destino prefijado. En estudio realizado por el Ayuntamiento de Salas sobre la gestión y aprovechamiento de los recursos públicos en países de nuestro entorno europeo (los de la vieja Europa son claramente los que más apuestan por el bienestar de sus ciudadanos), se pone de manifiesto que los países nórdicos y Francia con los que consiguen la ratio más alta entre lo que el contribuyente paga en impuestos y lo que la Administración le devuelve en forma de servicios, es decir, que son quienes tienen una gestión más eficiente. Se da el caso que en estos países la organización político-administrativa es claramente centralista por parte del Estado, con administraciones locales como gestoras de la práctica totalidad de los servicios, incluida sanidad y educación. ¿Será motivo de reflexión esto?
José Manuel Menéndez Fernández es alcalde del Ayuntamiento de Salas por el PSOE.
3 Comments:
El Alcalde no debería tener miedo a pronunciar la palabra Constitución.A ella debe su poder actual. Y lo que mas le convendría es defenderla a fondo en vez de empezar a olvidarse de ella como tantos de aquellos a los que ahora les molesta porque les parece un corsé en el que no caben facilmente sus enjuagues políticos oportunistas.
Tampoco olvide que la Constitución llegó por un gran acuerdo entre españoles que cedieron todos parte de sus intereses e ideologías con gran generosidad para hacer posible un proyecto de España nuevo y democrático. No veo hoy esa generosidad, sino mas bien un interes en abrocharse al sillón como sea.
El Sr. Alcalde de Salas trata al parecer de transmitirnos una idea muy simple: que la descentralización del nuevo Estado de 1978 se hizo del aparato central a las comunidades autónomas pero no ha sido descentralizado igualmente hacia los municipios. Podemos comprender su queja. Ahora se nos vuelve nostálgico del Estado centralizado porque no ve ventaja ninguna para los municipios en la descentralización, de la que solo se benefician el aparato burocrático del Principado. Pero debía comprender que esa descentralización que pide, tendría que trasladar el poder igualmente desde el municipio a los ciudadanos. Y aquí él no está dando ningún ejemplo, pues no trata a las asociaciones y a los individuos con el mismo rasero que él pide para sí. Lo que él solicita para los municipios, nosotros lo solicitamos hacia las asociaciones, que nos vemos ninguneadas, vilipendiadas y abandonadas.
Como ejemplo, nuestra asociación , no merece salir siquiera en la página web del Ayuntamiento siendo una de las mas activas del concejo, en un ejemplo de represalia política que muestra su talante “democratizador”. Y nuestras iniciativas son presentadas en forma irrisoria en los plenos municipales, en vez de ser atendidas en lo que de aportación al desarrollo integral del concejo tienen. Y nuestros actos son claramente boicoteados por el entorno municipal.
También podemos compartir su crítica a la administración autonómica de “centralismo brutal” “verdaderos monstruos agigantados, devoradores de recursos, burocracias ineficientes””que para nada cumplen con los fines que un día se entendió que debían ser las administraciones autonómicas”.
Pero cuando hace su diagnóstico y críticas sobre “el desmesurado afán de poder de los políticos que no reparan en medios con tal de fortalecer éste” podría pensar que él también forma parte de esos políticos a los que tanto crítica. Y de los mas antiguos en la representación municipal.
10:23 AM
El Sr. Alcalde , al parecer, apuesta por un modelo de Estado centralizado, con un fuerte aparato central y una cierta autonomía municipal , en la línea del estado francés. Seguramente son muchísimos los españoles que serían partidarios de ese modelo. Pero es un hecho que el estado de las autonomías creado en 1978 y que ahora entra en una profunda crisis (véase Cataluña, Pais Vasco, etc, etc.)no ha ido por ahí. Mas bien parece ir en sentido muy contrario.Incluso corre peligro de disolución. España ha creado aparatos burocráticos regionales que se han superpuesto a los centrales en buena parte y que han beneficiado a los miles de funcionarios nuevos que han entrado así en un estado bastante ineficiente, pero del que no se queja mucha gente mientras tenga la esperanza de entrar a formar parte de él.
Este es el problema. Pero a ello han contribuido mucho los partidos políticos existentes, uno de los cuales es el suyo. No olvide que a la moda del "estado federal" que ahora parece lo mas moderno,"progre" y mas "in" se han apuntado también los suyos en forma decidida.
Pero no es mas que el ocultamiento de la insolidaridad entre españoles mas clamorosa que pueda existir
Todo viene de aquello de "café para todos" que tanto les prestaba entonces.
Defender lo que Vd. quiere defender le puede llevar a ser considerado un "facha", no lo olvide.Pero estos temas serán puestos encima de la mesa ante esta crisis general del sistema vigente que se ve venir.
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