12 julio, 2006

LA NUEVA ESPAÑA 12-07-06 A orillas del Narcea


Celsa Díaz

LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES

En Arcellana, se encuentra el estudio de pintura de Celsa Díaz. Por la mañana, antes de que el calor atonte a las gallinas que tiene debajo, prepara su exposición otoñal en Madrid. Lo que ahora está perfilando no son las estructuras de anteriores -y fructíferas- etapas suyas deshumanizadas y voraces que desalman a los personajes que las transitan. Ahora se trata de interiores de casas donde la pesquisa de la artista percibe y recrea las huellas de quienes dejaron allí su impronta.
Mientras busca el cigarrillo que dejó encendido en alguno de los ceniceros, un gallo canta a destiempo. Se dirige al cuadro que está ultimando. Y remacha algo parecido a un canto de cisne que confina en el salón que está rematando. Canto de cisne que es himno gigante y extraño de un pasado que habita ese espacio, del que, más que las voces, interesan los ecos.
Certifica que lo allí plasmado también está fuera de hora. Comprueba una vez más que en la pintura, como en un célebre título cinematográfico, el verdadero valor añadido son los fantasmas, cuyas huellas son por definición imborrables.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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»

3:56 a. m.  

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