29 agosto, 2006

LA NUEVA ESPAÑA 29-08-06 Conversaciones en verano: VICENTE RIESGO ALONSO


Vicente Riesgo Alonso. Asesor técnico de la Confederación de Asociaciones Españolas de Padres de Familia en Alemania y experto en emigración:«En África se sabe que si vives en España un tiempo la posibilidad de lograr papeles es alta»

Vicente Riesgo Alonso, ayer, en Salas.

«El gran desafío de la inmigración vendrá con las segundas generaciones; el éxito en el sistema escolar será definitivo para que haya integración o no la haya»

Salas, Diego CAMPO

Vicente Riesgo Alonso se encuentra estos días en Asturias pasando sus vacaciones. Experto en emigración, esta tarde pronunciará una charla sobre el asunto en Salas.(*)

-¿Qué circunstancias influyen en la llegada de inmigrantes a nuestro país?
-Los procesos migratorios tienen dos componentes muy importantes: el factor atracción y la expulsión. Si llegan miles de personas a España es evidente que estamos ejerciendo un efecto de atracción fuerte. Esto viene dado por circunstancias socioeconómicas y culturales, estas últimas ignoradas muchas veces. El inmigrante no sólo busca prosperidad económica, sino también horizontes de libertad y proyectos de futuro. Ahí se produce el fenómeno de atracción de nuestro país, sobre el de expulsión que se da en las naciones de origen, derivados de la inestabilidad política, la miseria o la guerra. Europa va a seguir ejerciendo esta función durante los próximos años mientras se mantenga el nivel de bienestar.
-¿Considera exitosa la política de inmigración del Gobierno?
-Es algo discutible. Entiendo que el proceso de regularización del Gobierno, que no es malo en sí mismo, se hizo en un momento poco oportuno. En aquella época se intentaba llegar a acuerdos con los países de origen para firmar convenios bilaterales, para que la mayoría de las personas que llegaran aquí lo hiciera de una forma más humana, legal y sin los peligros que entrañan muchos de sus viajes. Se trataba también de que siguiendo la filosofía de que España necesita inmigración accediera a ella de manera más acertada, es decir, a través de aquellos países. Además, el proceso se realizó de manera descoordinada en relación con otros países europeos.
-¿Existe un efecto llamada?
-Creo que eso se produce más por la situación real de riqueza de España y Europa, lo que produce que el efecto llamada se vaya a dar de una manera o de otra. De todas formas, en África se sabe que si vives en España durante un tiempo, la posibilidad de que adquieras los papeles es alta, por tanto, indirectamente sí existe un efecto de este tipo.
-¿Tiene España medios suficientes para controlar la llegada masiva de inmigrantes?
-Creo que hay una situación real de poco control y poca coordinación. No existen las bases políticas a nivel europeo para llegar a políticas a largo plazo. Son todo políticas coyunturales, también en el caso de España, donde se intenta dar solución a problemas que van surgiendo, pero sin ningún tipo de previsión, como ahora con el reparto de inmigrantes por las comunidades autónomas. Son políticas intervencionistas que no solucionan los problemas a largo plazo, porque se desconocen los objetivos que se persiguen. En general, se trata de actuaciones de tipo publicitario, donde se da la impresión ante la opinión pública de que se está haciendo algo. De todas formas, no debemos olvidar que la mayoría de los inmigrantes entra en los países de destino por los aeropuertos y no a través de los cayucos, como vemos diariamente por televisión. -El segundo gran capítulo de la inmigración es la integración.
-Creo que cualquier inmigrante se puede integrar. Esa integración empieza por aceptar las normas de convivencia de una democracia y tienen que aplicarse sin excepción. De ahí deriva el hecho de que en nuestro caso se acaten la Constitución, el Código Penal y el Código Civil. Debemos entender la integración de una forma mucho más operativa. Las sociedades de acogida no deben andar con relativismos sobre estos aspectos. A partir de ahí, la convivencia diaria marcará otro aspecto fundamental, evitando la creación de guetos urbanos, uno de los grandes retos de las políticas municipales.
-¿Cuál es el gran desafío de la inmigración?
-Son, sin duda, las segundas generaciones de inmigrantes. Ellas nos van a decir si la integración se ha realizado con éxito o no. Y para ello debemos tener claro que el lugar donde nos jugamos el futuro está en el sistema escolar. Quizás España vive ocupada por los problemas diarios de la inmigración, pero no prestamos atención a lo realmente importante. La heterogeneidad en las aulas será algo cotidiano y se necesitarán profesores que entiendan esa diversidad y que aprendan continuamente. La implicación de los padres de los inmigrantes será otro tema esencial para la integración de estas generaciones. Si lo logramos, habremos ganado una gran batalla.
-El sistema educativo español no es el más ejemplar. ¿Qué ocurriría si fracasa la integración de esos inmigrantes?
-El fracaso escolar es el primer síntoma de la desintegración en los sistemas democráticos, porque el conocimiento y la formación son aspectos determinantes para el estatus social, y la falta de ellos produce desclasamiento social. El fracaso escolar produce marginación social y la recaída de los jóvenes inmigrantes en un etnicismo casi mítico, como son los movimientos fundamentalistas, donde se les dice que ellos son alguien. Todo esto puede desembocar en terrorismo. De todas formas, no soy pesimista, porque pienso que, más que un problema, estamos ante un reto, ya que los procesos migratorios son ocasiones únicas para las sociedades dinámicas. Todas ellas necesitan la inmigración para progresar y sobrevivir, por lo que tenemos una gran oportunidad.
-Durante su etapa en el Foro de Emigración de la Comunidad de Madrid fue criticado por residir fuera de España.
-En un primer momento levantó suspicacias, aunque con el tiempo los sectores críticos entendieron que el hecho de que yo viviera en Alemania podía favorecer el trabajo del Foro, ya que estaba al margen de todas las disputas que se producían a nivel político. Nuestro mayor logro fue conseguir que el Foro se convirtiera en un órgano de prospectiva y no de proclamas.

(*) La charla aludida está organizada por Amigos del Paisaje de Salas