LA NUEVA ESPAÑA 07-12-07 Democracia gallinácea (y II)
CELSA DÍAZ ALONSO
Una vez creada la comisión, se abre la sesión -exclamó Fermín muy ufano por haber dicho el bonito pareado que había ensayado tiempo atrás-. Por cierto, el presidente, que, por si no lo recordáis, soy yo, tiene voto de calidad.
-Cada día se supera -me susurró Elvira abochornada.
-Como os decía al principio -continuó-, algunos caminos y lugares de Paraxes necesitan un cambio de nombre. Precisamos adaptarnos a los tiempos que corren, no sea que las malas lenguas nos acusen de inmovilistas.
-¿Estás seguro? -replicó tímidamente Ernesto-. A mí me gustan.
-¡Silencio, silencio! En primer lugar, es necesario cambiar el nombre a la avenida de Galicia.
-¿Por qué?
-Últimamente los gallegos están muy envalentonados. Ya habéis oído que reclaman territorio astur, y son muy capaces de aprovechar la coyuntura nominal para exigir sus derechos sobre este camino, y a saber hasta dónde querrían llegar luego. Hay que pararles los pies.
-¡Atiza!
-Por ello propongo, dado que es nuestro camino principal, le pongamos un nombre sonoro y acorde a los tiempos, que represente lo mejor de nuestro amado terruño. Por ejemplo, avenida del Ilustrísimo don Fermín.
-¡Qué cara más dura!
-¡Sí, sí! Suena de maravilla.
-¡Cállate, Jacinto! ¡Pelotas!
-Aprobado por amplia mayoría. Pasamos a la siguiente.
-PeroÉ
-No hay peros. Pasamos a la siguiente propuesta: plaza de España. Requiere un cambio drástico.
-¿¿¿É???
-Las minorías nacionalistas se creen seriamente marginadas. Las gallinas ampurdanesas y del Prat dicen que no se sienten identificadas y los gallos goli-gorri amenazan con un ataque en toda regla al gallinero si no se hace algo al respecto.
-Siendo asíÉ
-¿Qué os parece plaza del Excelentísimo don Fermín?
-¿Será posible? ¡Fermín, te estás pasando!
-¡Cállate, Elvira, que tú aquí no pintas nada!
-¡Sí, sí! ¡Plaza del Excelentísimo don Fermín! Tiene mucho empaque, ¿verdad?
-Jacinto, que las llevas.
-Veo que os gusta. Apuntado. Pasamos al siguiente.
-Pero si los demás no abrimos el picoÉ
-¡Orden, o hago desalojar el gallinero! Vamos a verÉ Calle de la Constitución. Hasta vosotros os podéis dar cuenta de que este nombre nos genera un conflicto. Somos República Independiente, y hay algunos puntos de la Carta Magna que no podemos admitir.
-¡Lo de la democracia coronada!
-Por ahí va. Veo que entendéisÉ
-¿Y que nombre pondríamos?
-Calle del Magnífico don Fermín, ¿de acuerdo?
-¡Noooo! -clamaron casi todos los miembros de la comisión y gran parte de los asistentes.
-¿Pero qué os pasa? ¡Ignorantes! ¡Jacinto, tú que tienes criterios suficientes paraÉ!
En ese momento se creó un estado de confusión de carácter físico que me obligó a poner pies en polvorosa. La peor parada fue Etelvina, que retorció la pata sana y está inmovilizada, aunque sus amigas la cuidan con esmero y colman de atenciones. Fermín tiene la cresta escayolada, pero está más disgustado por la rotura de su funda de cresta de Carolina Herrera, con la que se había engalanado para la ocasión. Jacinto está desaparecido, pero, según me contaron, acabó bastante magullado. Y Elvira, ¡ay!, la pobre ElviraÉ
P.D.: Que estén tranquilos los lectores. No hay que hacerse con un nuevo callejero. Los nombres de los caminos de Paraxes, me advierten las gallinas, no parece que vayan a cambiar en bastante tiempo.
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