LA NUEVA ESPAÑA 12-03-08 Enérgicos liderazgos
CELSA DÍAZ ALONSO
Fermín se pasea ufano por el gallinero. Es un auténtico líder y él lo sabe.
-Hemos demostrado una vez más que la ciudadanía nos apoya, que nuestro proyecto es ilusionante y...
-¡Pero si las elecciones han sido en nuestro país vecino! Tú mismo decidiste «por unanimidad» que aquí mejor esperábamos unos años porque no estábamos preparados.
-¡Ja! Lo que no sabéis es que esos personajillos han ganado gracias a mí. Y es que el ejemplo de Paraxes trasciende fronteras. Su programa es copia del mío, y continuamente me llamaban para conocer mi opinión y recibir sabios consejos.
-¡Qué callado te lo tenías!
-Mi modestia me impedía cacarearlo delante de vosotros.
-Ya, ya...
-¿Acaso dudáis de mi sinceridad?
-¡No, qué va! Pero alguna reforma tendrán que hacer, ¿verdad? Educación, sanidad, atajar la corrupción...
-Tienen siempre en mi persona un ejemplo a seguir y un referente.
-Ya, ya... -Ejem...
Sólo hay algo que tiñe de oscuro el luminoso presente de Fermín. Ernesto, catalán del Prat, se pavonea ante la concurrencia.
-Ya veis lo que ha pasado. Mis coterráneos tienen la llave del poder, y él lo sabe aunque no quiera reconocerlo. Sin nosotros no es nada ¡Visca el Prat!
-Esto promete -susurra Elvira a sus amigas.
Osgual está tristón y, aunque asegura que lo ocurrido allende nuestras fronteras no tendrá nada que ver con lo que pasará en Paraxes cuando Fermín se decida a convocar elecciones, no las tiene todas consigo.
-No han salido tan mal parados... El gallo Mariano demostró ser el idóneo adalid de la causa, y en él confiamos. Más o menos.
-No lo dices muy convencido.
-Qué sé yo. Hay que evolucionar, caras nuevas... Desgaste escénico, vaya.
-¿Y tú?
-¡Nada que ver! ¡Somos un equipo con garra, y nuestro carisma en Paraxes no tiene parangón!
-Ya, ya...
-¿Acaso dudáis de mi capacidad de liderazgo?
-¡No, qué va!
El que no levanta cabeza es Ramiro. Su partido parejo ha sufrido un descalabro antológico y está muy afectado. Se le da casi por desaparecido ya que sólo sale del rincón más oscuro del gallinero para picar algún grano, y procura hacerlo cuando el resto de las aves están distraídas u ocupadas en sus asuntos. Se pasa los días mascullando improperios entre dientes y rumiando sus penas. Solamente en alguna ocasión se exalta y cacarea a grito pelado:
-¡No hay derecho! ¡Esta ley electoral es un fiasco! ¡Ya os arrepentiréis del claro bipartidismo al que nos están abocando los intereses del sistema!
-Pobrecillo, ha sido un golpe durísimo. Pero algo de razón tiene.
-Lo que peor lleva es que su ídolo carismático, su referente político tira la toalla y se bate en discreta retirada.
-¿Harás tú lo mismo, Ramiro?
-¡Quiá! ¡Qué tendrá que ver eso con mis capacidades para enardecer masas! Lo que pasa es que no tienen ni idea. Si me hubieran dejado a mí, otro gallo cantaría.
-Ya, ya...
-¿Acaso ponéis en duda mi pujante personalidad y genio político?
-¡No, qué va!
Fermín se pasea ufano por el gallinero. Es un auténtico líder y él lo sabe.
-Hemos demostrado una vez más que la ciudadanía nos apoya, que nuestro proyecto es ilusionante y...
-¡Pero si las elecciones han sido en nuestro país vecino! Tú mismo decidiste «por unanimidad» que aquí mejor esperábamos unos años porque no estábamos preparados.
-¡Ja! Lo que no sabéis es que esos personajillos han ganado gracias a mí. Y es que el ejemplo de Paraxes trasciende fronteras. Su programa es copia del mío, y continuamente me llamaban para conocer mi opinión y recibir sabios consejos.
-¡Qué callado te lo tenías!
-Mi modestia me impedía cacarearlo delante de vosotros.
-Ya, ya...
-¿Acaso dudáis de mi sinceridad?
-¡No, qué va! Pero alguna reforma tendrán que hacer, ¿verdad? Educación, sanidad, atajar la corrupción...
-Tienen siempre en mi persona un ejemplo a seguir y un referente.
-Ya, ya... -Ejem...
Sólo hay algo que tiñe de oscuro el luminoso presente de Fermín. Ernesto, catalán del Prat, se pavonea ante la concurrencia.
-Ya veis lo que ha pasado. Mis coterráneos tienen la llave del poder, y él lo sabe aunque no quiera reconocerlo. Sin nosotros no es nada ¡Visca el Prat!
-Esto promete -susurra Elvira a sus amigas.
Osgual está tristón y, aunque asegura que lo ocurrido allende nuestras fronteras no tendrá nada que ver con lo que pasará en Paraxes cuando Fermín se decida a convocar elecciones, no las tiene todas consigo.
-No han salido tan mal parados... El gallo Mariano demostró ser el idóneo adalid de la causa, y en él confiamos. Más o menos.
-No lo dices muy convencido.
-Qué sé yo. Hay que evolucionar, caras nuevas... Desgaste escénico, vaya.
-¿Y tú?
-¡Nada que ver! ¡Somos un equipo con garra, y nuestro carisma en Paraxes no tiene parangón!
-Ya, ya...
-¿Acaso dudáis de mi capacidad de liderazgo?
-¡No, qué va!
El que no levanta cabeza es Ramiro. Su partido parejo ha sufrido un descalabro antológico y está muy afectado. Se le da casi por desaparecido ya que sólo sale del rincón más oscuro del gallinero para picar algún grano, y procura hacerlo cuando el resto de las aves están distraídas u ocupadas en sus asuntos. Se pasa los días mascullando improperios entre dientes y rumiando sus penas. Solamente en alguna ocasión se exalta y cacarea a grito pelado:
-¡No hay derecho! ¡Esta ley electoral es un fiasco! ¡Ya os arrepentiréis del claro bipartidismo al que nos están abocando los intereses del sistema!
-Pobrecillo, ha sido un golpe durísimo. Pero algo de razón tiene.
-Lo que peor lleva es que su ídolo carismático, su referente político tira la toalla y se bate en discreta retirada.
-¿Harás tú lo mismo, Ramiro?
-¡Quiá! ¡Qué tendrá que ver eso con mis capacidades para enardecer masas! Lo que pasa es que no tienen ni idea. Si me hubieran dejado a mí, otro gallo cantaría.
-Ya, ya...
-¿Acaso ponéis en duda mi pujante personalidad y genio político?
-¡No, qué va!
1 Comments:
Celsa, pa que veas, ya sé quienes son Fermín, Osgual y Ramiro. Me queda alguno sin saber, pero con el tiempo adivinaré quienes son; ya verás.
¿Tú crees que en Salas sabemos muchos a quiénes te refieres? No sé, ya ves el tiempo que he tardado yo en averiguarlo...
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