LA NUEVA ESPAÑA 16-12-08 La autovía de nunca acabar
Más retrasos en la autovía Salas-La Espina
Interminables fueron los años en que el acceso a Oviedo desde el Occidente de Asturias a través de Trubia se antojaba tercermundista. Pensar, no ya en una autovía, sino simplemente en una vía rápida, parecía, más que un sueño, una quimera. Bien es verdad que hubo una iniciativa ciudadana surgida en Grao que se tomó la cosa en serio, hasta que, por fin, con la ayuda de los fondos mineros, la cosa de puso en marcha. Siempre habrá que recordar con gratitud a los integrantes de aquella plataforma que tanto y tanto luchó para que las comunicaciones del occidente con el centro de Asturias se pusiesen a la altura de los tiempos.
Interminables fueron los años en que el acceso a Oviedo desde el Occidente de Asturias a través de Trubia se antojaba tercermundista. Pensar, no ya en una autovía, sino simplemente en una vía rápida, parecía, más que un sueño, una quimera. Bien es verdad que hubo una iniciativa ciudadana surgida en Grao que se tomó la cosa en serio, hasta que, por fin, con la ayuda de los fondos mineros, la cosa de puso en marcha. Siempre habrá que recordar con gratitud a los integrantes de aquella plataforma que tanto y tanto luchó para que las comunicaciones del occidente con el centro de Asturias se pusiesen a la altura de los tiempos.
Habrá muchos lectores que recuerden que en las elecciones autonómicas y municipales de 2007, cuando ni siquiera había concluido la autovía hasta Grao, se hablaba de que tenía que llegar, al menos, a Ponferrada; también hubo quien puso «la pica» de papel, no en Flandes, pero sí en Portugal.
Habrá muchos lectores que recuerden que en febrero del presente año, cuando la ministra de Fomento tuvo a bien inaugurar la última variante de Grao, al tiempo que recogía un galardón en Cudillero, anunció que, tanto la primera calzada del tramo Salas- La Espina, como el tramo Grao- Doriga, estarían concluidos en 2008. Como pitonisa, doña Maleni no tendría precio. Y es que, sin ir más lejos, en julio de este año, se cumplió el plazo de ejecución del tramo Grao-Doriga, y, ya entonces, se vio que, en el mejor de los casos, habría un año largo de retraso. ¿Tan fallida fue la previsión de la señora Ministra, o, antes bien, se dejó llevar, según podría maliciarse, por la cercanía de las elecciones para aventurar algo que, en el mejor de los casos, fue un error de bulto, y, en el peor de los supuestos, una tomadura de pelo a los ciudadanos del occidente de Asturias?
Recordarán muchos lectores que, entonces, estando en campaña electoral Gabino de Lorenzo, como cabeza de lista de su partido al Congreso de los Diputados, el candidato a parlamentario y regidor de Vetusta criticó la distinción que le hizo el Ayuntamiento de Cudillero a doña Magdalena. De inmediato, el primer edil pixueto salió al paso, recordándole a Gabino lo que la Ministra había hecho a favor de su municipio, frente a lo que Cascos no había querido llevar a término en su etapa al frente de Fomento.
Pues bien, voy a dar por cierto lo que en este mismo periódico escribió don Francisco González Méndez, y no me cuestiono que la Ministra se hiciese acreedora a la distinción que recibió. Pero a continuación añado que, en lo que respecta a estas comarcas y a toda la ciudadanía afectada por los retrasos de esta autovía, doña Magdalena se merece todo lo contrario, pues no ha mostrado la más mínima consideración hacia nosotros, pues no sólo anunció plazos que están muy lejos de cumplirse, sino que además ni siquiera tuvo a bien, cuando se inauguró el tramo Trubia- Llera asistir, como creo que estaba anunciado, en compañía de los alcaldes del suroccidente que, por aquello de la pertenencia al mismo partido en la mayor parte de los casos, no se mostraron indignados. La agenda no debió permitírselo. Y el caso fue que allí sólo se presentaron los más importantes: los representantes de la plataforma que vieron cumplido parte importante de su sueño.
¿Y ahora? En verano, se cerró al tráfico la carretera que comunica Doriga con Grao, en teoría por seis meses. ¿Podemos seguir siendo ingenuos y creer que se cumplirá ese plazo? ¿Y ahora? El tramo Grao- Doriga que supondrá evitar la Cabruñana no sabemos cuándo se va a concluir. ¿Y ahora? Hasta oficialmente, se admite que habrá dos años de retraso: de aquel «horizonte de 2009», pasamos ya al horizonte de 2011, y hay quien piensa que no son descartables retrasos sobre este último vaticinio.
Es ésta la autovía de nunca acabar.
Como principal consuelo el dato que sigue: en la edición digital de este periódico del 10 de diciembre, hay 17 comentarios a la noticia que da cuenta de los retrasos de los que venimos hablando.
¿Alguien tomará nota? ¿Alguien se sonrojará?
2 Comments:
No, don Luis, nadie se sonroja.
De acuerdo también. Aqui nadie se sonroja.
Para eso hay que tener vergüenza.
Pero eso no abunda.
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