LA NUEVA ESPAÑA 06-06-07 Paraxesgate
CELSA DÍAZ ALONSO
Un escándalo de colosales proporciones conmueve a la República Independiente de Paraxes. Se ha descubierto un caso de espionaje político durante la campaña electoral y preelectoral. Hasta ahora la cosa se limitaba a reventar las reuniones de algún aspirante y su equipo, apareciendo casualmente otro candidato a picotear grano por la misma zona con la cresta avizor, pero esto va más en serio.
Trataré de contar resumidamente el descubrimiento del caso y explicar la compleja trama.
Todo comenzó hace muy pocos días cuando me disponía a ponerles música a las gallinas para motivarlas en la puesta de huevos. Cogí una cinta magnetofónica al azar y leí la carátula.
-¿Qué os parece algo de música de cámara de Bach?
-¡Bah!, preferimos a Bisbal- protestaban los pollitos más jóvenes.
-A vosotros nadie os pide opinión.
Cuando el reproductor comenzó a sonar lo que se escuchó, en vez de lo esperado, fue lo siguiente:
-Pero no seas bruto, no ves que dos negaciones seguidas son una afirmación.
-Tu déjalo a él, que hizo cursillos y tú no.
-Eso, que en otra ocasión me dijiste que pétreas no llevaba tilde.
¡Atiza! ¿Era esta última la voz de Fermín? pensé, al tiempo que veía cómo Elvira, que picoteaba por allí cerca, se ponía en alerta.
-Y vas hacelos leer to eso. Probes. Va quitanos votos, ya verás. Si por mí fuera, menos rollo y más fotinas guapas.
-Pero les pido disculpas por el esfuerzo.
No cabía duda, era la voz de Fermín, y todo aquello sonaba a preparación de campaña electoral. Elvira se acercó corriendo y ansiosamente me pidió las cintas.
A partir de ese momento los acontecimientos se desencadenaron. Elvira y Etelvina comenzaron a escuchar todas las grabaciones y a investigar con la ayuda de una pega charlatana que se ha instalado de okupa en el palomar desde el verano pasado, a la que llaman Gargüelo Fondo. Los resultados de todo ello los han comenzado a publicar en el «Paraxes Post», donde firman como E. Bernstein y E. Woodward, aunque todo el mundo sabe lo que significan las dos «Es».
Lo publicado hasta el momento puede resumirse en lo siguiente. Tanto Fermín como Osgüal pensaron simultáneamente que sería provechoso espiar al candidato oponente con el fin de utilizar la información obtenida durante la campaña electoral. Ambos recurrieron al único espía con carnet de todo Paraxes, el perro Ulises, que con gran regocijo porque por fin había sido contratado para un trabajo relacionado con su verdadera vocación (no como el de vigilante, que según él es una profesión alienante y gravosa), no rechazó a ninguno. Se dedicó a espiar a ambos y repartir la información cruzada, pero el muy inútil utilizó mis cintas de música para grabar encima y al final se hizo un lío mezclando unas y otras, y así fue como se descubrió el pastel. Cuando se publicó la primera información al pobre Ulises le dio un soponcio, pero ya recuperado, anda por ahí muy ufano diciendo que él no hizo más que cumplir con su digna profesión. Mientras tanto Fermín y Osgüal lo niegan todo de sí mismos y acusan al contrario.
Seguiremos informando.
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