LA NUEVA ESPAÑA 26-07-07Aquellos veranos
CELSA DÍAZ ALONSO
Amanece un día más gris y lluvioso. Salgo de casa y en mi primera parada encuentro a todos los habitantes del gallinero refugiados en una esquina, cabizbajos. Ni siquiera los gallitos más vivarachos cantan cuando les ofrezco ración extra de berzas. Pero para mi sorpresa, Elvira, la gallina más depresiva del mundo mundial, aparece contenta y dicharachera.
-Tenemos un verano como los de antes, como los que contaba mi abuela, la famosísima gallina Marcelina -cacarea mientras esnaluxa y corretea por todo el recinto.
-Tú dirás lo que quieras -le contesto sorprendida- pero este cielo continuamente nublado aderezado con litros y litros de lluvia no es la idea que tengo de un verano fantástico.
-Los humanos no sabéis lo que os conviene- me dice, mientras se acicala suavemente las plumas sobre el único montoncillo de tierra seca que hay en todos los alrededores. -Esto me recuerda a los antiguos veraneos de mi infanciaÉ
-¡Coño, Elvira!, que no eres tan vieja.
-Más de lo que tu crees, y no me interrumpas. De aquella, por estos lares, como tu bien sabrás porque tampoco eres una «yogurina», las casas de los pueblos no eran una larga fila de adosados horteras, a los humanos no os había entrado todavía la fiebre marbellí, y no queríais convertir el mundo en un inmenso campo de golf. ¿No crees que algo pueden tener que ver esos veranos tropicales de años anteriores, ejemplificadores del cambio climático, en esa perversión mental?- cacarea, con una mirada esperanzada.
Guardo un respetuoso silencio, porque no me apetece decir a mi gallina favorita que así llueva a chuzos, las cosas están muy difíciles de cambiar. Que el negocio del cemento tiene cuerda para rato. Que mientras en este nuestro paraíso tan natural algunas empresas se ven obligadas a disminuir la emisión de CO2 a la atmósfera de aquí al 2012, a las intocables cementeras no sólo no les ponen cortapisas, sino que les aumentan el cupo. Y que si algo huele a podrido en Asturias no se debe sólo al desbordamiento de las alcantarillas con las tormentas veraniegas, sino a la putrefacción de ciertos cerebros que, con una visión de futuro nula y una capacidad de depredación que para sí quisieran las televisivas leonas del Serengueti, no pararán de asfaltar y edificar para llenar sus bolsillos sin fondo y sus ansias de poder, hasta incluso construir bonitos gallineros adosados, con vistas al mar.
Interrumpe mis cavilaciones el gallo Ernesto, para decirme que exige una dieta rica en patatas chips, conguitos y chocolatinas variadas, como ya se hace en EE UU, que ellos sí que saben, y propone que el maíz del huerto se destine a la fabricación de biodiésel, que eso es lo que da pasta.
Abandono el gallinero, reforzada una vez más mi impresión de que estas aves son las más tontas del mundo.
1 Comments:
Es muy triste que -como a una verdadera gallina clueca- no te haya "entrado todavía la fiebre marbellí, y no quieras convertir el mundo en un inmenso campo de golf", como dices, pues a los que lo hacen (porque pueden) les va bien y a los que juegan en ellos también. ¿Por qué habrías tú de tener razón cuando es mucho más productivo un campo de golf que un bonito bosque salvaje o un gallinero con sus tres ridículas gallinas? Si deseas ser una verdadera salvaje puedes ponerte una pluma y hacer libremente la gallina o el indio, que es lo mismo. (En realidad la industria moderna y a gran escala del pollo y de los huevos -para dar de comer carne y huevos baratos a millones de personas- es hoy ecológicamente tan destructiva como esos campos de golf, si no más.)
Y dice la gallina:
[b]"Y que si algo huele a podrido en Asturias no se debe sólo al desbordamiento de las alcantarillas con las tormentas veraniegas, sino a la putrefacción de ciertos cerebros que, con una visión de futuro nula y una capacidad de depredación que para sí quisieran las televisivas leonas del Serengueti, no pararán de asfaltar y edificar para llenar sus bolsillos sin fondo y sus ansias de poder, hasta incluso construir bonitos gallineros adosados, con vistas al mar."[/b]
Tu límpido cerebro te hace suponer que tú, en tanto minoría (España es el país de las estúpidas minorías), tienes más razón que todos aquellos de los cuales dices que tienen "una visión de futuro nula", sin contar para nada que la capacidad de visión del presente es esa supuesta "capacidad de depredación" que tú por lo visto no tienes ni deseas tener (?). Tú pierdes el presente por algo que no existe como es ese "futuro"... Y encima -según se presume- te quedas con los bolsillos vacíos y sin ansias de poder en nada. Eres pues, anodina.
Se asfalta y se edifica lo que el pueblo demanda..., y no habría oferta de semejante porquería si el bendito pueblo no demandase semejantes mierdas de edificaciones y de asfaltos. La ley de la oferta y la demanda no la han inventado los listos o los egoístas, sino también los tontos altruistas al demandar cualquier otra cosa, pues unas ofertas y unas demandas se neutralizan con otras demandas y otras ofertas y nadie es inocente en este Mercado pletórico.
¿Quién eres tú y cómo puedes tú suponerte mejor que esos miles de personas y cientos de millones de personas que poseen o desean una casa adosada de esas a las que despectivamente llamas "gallineros adosados, con vistas al mar"? ¿Es que acaso eso no es una mercancía tan digna de ser deseada y demandada y producida y vendida como cualquier otra mercancía? ¿Es que la igualdad o el mismo rasero del valor económico no iguala a todas las mercancías entre sí como bienes más o menos fungibles con un único denominador común? ¿Es que hay mercancías moralmente "buenas" y otras moralmente "malas"?
Así, el pensamiento de CELSA DÍAZ ALONSO es una vez más la culminación ingenua y acaso sin mala fe del pensamiento Alicia, por ejemplo...[b]"porque se supone (como siempre) que el mundo imaginado es el mismo mundo real, su otra cara ya existente y accesible mediante adecuados actos de voluntad"[/b]...(Cf. Gustavo Bueno: Zapatero y el pensamiento Alicia, Ed. Temas de hoy, S. A. 2006. Pág. 27).
Pero los actos de voluntad de CELSA DÍAZ ALONSO son los actos irresponsables de las personas que ignoran qué ocurriría y cómo sería el mundo en caso de hacer las cosas como ellas imaginan. Pues aparte del absurdo que consiste en creer que la voluntad puede algo por encima de los materiales procesos de recurrencias, de entrada podemos despedirnos diciendo que si el mundo no es así, como esas personas imaginan, es porque es absurdo e imposible su pueril supuesto... Porque es irrecurrente e irrealizable, esta pura phantasía de una Alicia en el país de las tonterías. Esas phantasmadas ya fueron vividas y superadas por la protohumanidad hace la friolera de unos cuatro millones de años. Vivir sin destruir es la plena economía de la mera subsistencia propia de las épocas de la edad de la piedra... Hoy esa economía de subsistencia sería la inmediata muerte de unos 5.000 millones de personas... Un retroceso espeluznante, que más que estar revestido por la phantasía de una vuelta al bello Edén perdido del mito bíblico, sólo significa un infierno de crímenes y robos por doquier, de mafias y pandillas en guerra perpétua, una vuelta a la Ley de la selva del Leviatán de Tomás Hobbes. Adiós.
Zarpax.
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