16 enero, 2010

LA NUEVA ESPAÑA 16-01-10 Las indefensas vegas del bajo Narcea

María Luz Díaz Barbón, «Nini» (Pravia)
Los ribereños del Narcea conocemos muy bien la actitud prepotente e inflexible de Confederación Hidrográfica, ahora del Cantábrico. Por eso, cuando la prensa dio cuenta de la presentación por CHC del proyecto de restauración del bajo Narcea, sospechamos y pensamos mal. Pero el refrán se nos quedó corto, nunca imaginamos que las propuestas serían tan disparatadas. Tanto que cuando unos vecinos lo transmitíamos a otros, la primera reacción era de incredulidad total, hasta el punto de comentar: ¡Venga, que no es 28 de diciembre!
Sin embargo, las propuestas van en serio y se confirman con la simple lectura del documento disponible en la página web de CHC, así como por las explicaciones recientemente ofrecidas por personal de ésta y de sus empresas colaboradoras.
Dejando a un lado los términos abstractos y vaguedades del proyecto, las principales propuestas que contiene el documento para llevar a cabo la restauración planteada consisten en la retirada total o parcial de los diques, canalizaciones o escolleras que defienden las vegas de San Justo (Salas), Luerces, Repolles-Corias, Vegañán y Quinzanas (Pravia); la recuperación de antiguos cauces que el río había abandonado en Luerces, Vegañán y Pronga (Pravia), y la repoblación de varias hectáreas en las vegas afectadas con fresnos, alisos y sauces.
Estas actuaciones, además de la pérdida directa de terreno para cultivos habituales propios de vega, provocarán un grave riesgo de inundaciones y, en consecuencia, de producción de daños en fincas e incluso en viviendas situada en zonas de vega o próximas a éstas y supondrán un peligro real para la propia subsistencia de las vegas tal como hoy las conocemos.
No debería ser posible que para arreglar «El Desastre» (Meandro Corias-Quinzanas) se provoque otro desastre en toda la ribera del bajo Narcea permitiendo la inundación de zonas aptas para cultivos agrícolas e incluso su desaparición.
Nadie, por otra parte, comprende la justificación del despilfarro económico que el proyecto implica, pues supone destruir obras sufragadas con dinero público, las últimas tan sólo hace diez años (canalización de La Isla en Repolles) que hoy siguen cumpliendo con el objetivo de protección perseguido cuando se construyeron. Afecta además a vegas como las de San Justo, Repolles-Corias o Quinzanas, que fueron objeto de concentraciones parcelarias ejecutadas igualmente con dinero público.
Los vecinos y propietarios de la zona no podemos aceptar el menosprecio del interés agrícola de nuestras fértiles vegas, que muestran las propuestas planteadas. Y estamos dispuestos a luchar para evitar que un proyecto tan absurdo y perjudicial para nuestros intereses se lleve a cabo. Nuestros antepasados, aquellos que construyeron las primeras defensas con escasos medios, a base de «gabiones», que compatibilizaban la agricultura con el aprovechamiento de la pesca, y, por tanto, serían los primeros en defender el río, pues era su medio de vida, nunca nos permitirían una actitud pasiva ante semejantes barbaridades.
No hace mucho, nuestro vecino y colaborador habitual de ese periódico Luis Arias Argüelles-Meres recordaba la necesidad de potenciar la actividad en estas vegas y de realizar los saneamientos en los pueblos ribereños, acaso ¿no sería más beneficioso para el propio río completar y poner en funcionamiento los saneamientos iniciados y realizar los aún pendientes, con el presupuesto, seguro sustancioso, que se prevea asignar a tan disparatadas propuestas?
¿Qué oscuros intereses se esconden tras un proyecto tan descabellado que lo único, sin duda, que logrará será dejar las vegas indefensas?

http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/2759/indefensas-vegas-bajo-narcea.html.