LA VOZ DE ASTURIAS 14-03-10 CARTA ABIERTA A UNA SALENSE
A Dña. Susana Alvarez
José Luis Fernánez López
Cornellana
Desde que tuve la mala fortuna de leer su carta en este diario el 21 de Febrero, he esperado de usted una rectificación o una disculpa. Como aún no ha aparecido, debo asumir que su escrito, lejos de una confusión u ofuscación mental transitoria, estaba hecho con plena conciencia e intención. Y eso me da mucha pena. No solo a mi, a cualquier salense que ha compartido la vergonzosa experiencia de leerlo. Comprendo que soportar las críticas de un ciudadano hacia su labor puede ser molesto: uno tiene que andar buscando argumentos o rebatir pruebas; quedarse callado también exige paciencia. En fin, todo muy enojoso. Lo único que una persona bien nacida no se puede permitir es el desahogo brutal del que usted hace gala. Reirse de las desgracias ajenas y del dolor de una familia no resulta muy útil como argumento de autoridad. No es de buen gusto cuando lo intenta un ciudadano de a pié, es deleznable cuando lo perpetra un concejal. ¿Alguién de su entorno le ha encontrado la gracia a su pretendida ironía? ¿A alguien no se le ha helado la sonrisa al darse cuenta de su escatológica crueldad? Doña Susana, nada hay que provoque, mas depresión en "el estado de la opinión social" que a usted tanto parece preocupar, como comprobar que a uno de sus representantes electos se denigra tanto. Lejos de ridiculizar al objeto de sus críticas, las mentes inmaduras, se retrata usted en ella. Todos tenemos derecho a un mal dia. También a rectiificarlo. Espero con esperanza, que usted recapacite y pida disculpas. Hágase ese favor, háganoslo a todos.
José Luis Fernánez López
Cornellana
Desde que tuve la mala fortuna de leer su carta en este diario el 21 de Febrero, he esperado de usted una rectificación o una disculpa. Como aún no ha aparecido, debo asumir que su escrito, lejos de una confusión u ofuscación mental transitoria, estaba hecho con plena conciencia e intención. Y eso me da mucha pena. No solo a mi, a cualquier salense que ha compartido la vergonzosa experiencia de leerlo. Comprendo que soportar las críticas de un ciudadano hacia su labor puede ser molesto: uno tiene que andar buscando argumentos o rebatir pruebas; quedarse callado también exige paciencia. En fin, todo muy enojoso. Lo único que una persona bien nacida no se puede permitir es el desahogo brutal del que usted hace gala. Reirse de las desgracias ajenas y del dolor de una familia no resulta muy útil como argumento de autoridad. No es de buen gusto cuando lo intenta un ciudadano de a pié, es deleznable cuando lo perpetra un concejal. ¿Alguién de su entorno le ha encontrado la gracia a su pretendida ironía? ¿A alguien no se le ha helado la sonrisa al darse cuenta de su escatológica crueldad? Doña Susana, nada hay que provoque, mas depresión en "el estado de la opinión social" que a usted tanto parece preocupar, como comprobar que a uno de sus representantes electos se denigra tanto. Lejos de ridiculizar al objeto de sus críticas, las mentes inmaduras, se retrata usted en ella. Todos tenemos derecho a un mal dia. También a rectiificarlo. Espero con esperanza, que usted recapacite y pida disculpas. Hágase ese favor, háganoslo a todos.
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