03 agosto, 2010

LA NUEVA ESPAÑA 03-08-10 Donde se para la vida y empieza la ruina

Perdimos, perdimos, perdimos otra vez en la comarca occidental







CELSA DÍAZ ALONSO
Canícula estival. Aciago verano para el occidente asturiano. Mi pueblo y yo sesteamos mano a mano, cansinos y amodorrados. El rincón que ocupo, donde vivo, lugar de desvelos y decepciones y, una vez más, de grandes fracasos. Donde se pierden batallas y el futuro es cada vez más difícil. Permanecer atado a esta tierra que no me vio nacer, pero sí crecer amándola contra viento y marea, presenciando cómo se desmorona y envejece, cómo se silencia y se desprecia, ¿qué más puede pasar?
Nunca he creído a aquellos que sin el mínimo pudor dicen trabajar incansablemente por el bien común: sólo hace falta ver el tiempo que pierden en autoproclamaciones, y los silencios cómplices cuando lo que está en juego es el propio provecho o sus miserables puestecillos. Tampoco creo en los milagros y, aunque como bien sabemos, la esperanza es la eterna acompañante de los perdedores, milagro me parece que salgamos de ésta.
Mucho sabemos en este maltrecho y abandonado territorio de renuncias. Hemos tenido que tragarnos mucha mierda en nombre de ese bien común (mucho más provechoso para unos que para otros) sin gurgutar, con gran regocijo de los que planean despoblar el tercio occidental de Asturias, destinado a grandes negocios mineros y energéticos. Y de nuevo perdimos, como cantan «Les Luthiers», pero maldita la gracia que tiene.
¿Dónde está la energía desplegada en varias ocasiones por algún alcalde en encendida defensa de los intereses de empresas privadas? ¿Cómo se atreve a decir esta vez, cuando de verdad se necesita dar un puñetazo en la mesa, la descomunal tontería de que el perjuicio que se deriva de la paralización de las obras viarias es más moral que físico? Nuestra moral, dadas las circunstancias, va cuesta abajo y sin frenos, pero no viaja precisamente por autovías. Sí desearían, en cambio, hacerlo nuestros cuerpecillos serranos, lo que evidentemente no va a ocurrir.
Otra nueva derrota para el occidente asturiano ¿Cuántos combates más nos quedan por perder? Tentada estoy a tirar la toalla.
¡No! -cacarean indomables aún las gallinas- ¡Tomemos de nuevo la Bastilla!

http://www.lne.es/opinion/2010/08/03/vida-empieza-ruina/950581.html