LA NUEVA ESPAÑA 02-11-07 Grado-Oviedo, un paseo
Los usuarios destacan la seguridad y comodidad de la nueva autovía
La autovía entre Grado y Oviedo afrontó ayer su primera prueba y, en general, aprobó con nota alta. La vía, que permite olvidar aquellas oscuras y cerradas curvas de la N 634, ofrece, según los conductores, una mayor comodidad y, principalmente, una mejor seguridad. El viaje de la villa moscona hasta la capital ovetense ahora sí que es un paseo. No obstante, los usuarios ya detectaron el que puede ser el gran problema de esta nueva calzada: su conexión con la carretera N-634 hacia La Cabruñana. El embudo y el «jaleo» de vehículos está casi garantizado, y más al atravesar el centro de Grado.
Grado, V. DÍAZ PEÑAS
«Es como un paseo». Así habló ayer Ramón Sánchez, uno de los conductores que «estrenaron» el tramo de la autovía del Suroccidente que une Oviedo con Grado, inaugurada el pasado miércoles. En total, son poco más de 20 kilómetros que, con doble carril en ambos sentidos, suponen aproximadamente unos veinte minutos de viaje, incluyendo la entrada a la capital asturiana. El balance del primer día de autovía fue muy favorable por parte de los usuarios, sobre todo, de aquellos que han tenido que soportar cortes y desvíos por las obras en los últimos meses. «¿La mayor ventaja? Pues que por fin la carretera está limpia», dijo Sánchez.
Y es que, al fin y al cabo, el trazado de la nueva autovía no difiere demasiado del de la carretera que unía Grado con Oviedo desde hace casi dos años, cuando se inauguró la doble calzada hasta el núcleo de Llera. Así por lo menos lo entiende Juan Andrade, taxista moscón, que también recorrió ayer la nueva carretera. «Para nosotros es más o menos igual, lo único que cambia de manera importante es la seguridad y la comodidad. Antes ibas varios kilómetros con coches de frente y con obras cada dos por tres. Ahora, por lo menos el recorrido es mucho menos peligroso y más rápido», apuntó.
Por su parte, Manolo García, compañero del taxista moscón, también señaló que «por fin» se acabó ir hasta Santa María, lugar donde finalizaba hace unos días la autovía, detrás de un camión sin poder adelantar. «El vial ha mejorado con el nuevo firme y ahora, para ir a Oviedo, ni te enteras», explicó.
No obstante, no todo fueron alabanzas por parte de estos conductores que se conocen al dedillo el recorrido. La autovía, explican, bien, pero el entronque con la N-634, mal.
Así lo manifestó Francisco López, otro taxista, mientras charlaba con sus compañeros sobre la carretera. «Llegar hasta Grado es fácil y cómodo, lo difícil será ahora ir hacia Salas. Como enganches cola en la salida de la autovía, no la sueltas en todo el tramo de La Cabruñana», explicó. Y es que el embotellamiento está casi asegurado. Tan sólo hay que pensar en que cuatro carriles se convierten en dos, prácticamente en un tramo dentro del caso urbano.
Ayer, por ejemplo, ya se vio algún pequeño atasco, quizá debido a la proximidad del entronque con el cementerio municipal, donde por la tarde se ofició la misa de difuntos.
Además, señalaron los taxistas, el problema se acrecentará cuando por la carretera comiencen a circular vehículos pesados. «De la autovía a la nacional hay muchas curvas dentro del poblado, algo que sólo se solucionará con la variante», matizó López. No obstante, lo que sí que está claro es que los moscones evitarán este embotellamiento optando por la primera salida a la villa. No así los que continúen hacia el Suroccidente. Ahora Grado y Oviedo están más cerca. Y casi nadie, salvo los más melancólicos, se acuerdan de las cerradas y oscuras curvas de antaño.
La autovía entre Grado y Oviedo afrontó ayer su primera prueba y, en general, aprobó con nota alta. La vía, que permite olvidar aquellas oscuras y cerradas curvas de la N 634, ofrece, según los conductores, una mayor comodidad y, principalmente, una mejor seguridad. El viaje de la villa moscona hasta la capital ovetense ahora sí que es un paseo. No obstante, los usuarios ya detectaron el que puede ser el gran problema de esta nueva calzada: su conexión con la carretera N-634 hacia La Cabruñana. El embudo y el «jaleo» de vehículos está casi garantizado, y más al atravesar el centro de Grado.
Grado, V. DÍAZ PEÑAS
«Es como un paseo». Así habló ayer Ramón Sánchez, uno de los conductores que «estrenaron» el tramo de la autovía del Suroccidente que une Oviedo con Grado, inaugurada el pasado miércoles. En total, son poco más de 20 kilómetros que, con doble carril en ambos sentidos, suponen aproximadamente unos veinte minutos de viaje, incluyendo la entrada a la capital asturiana. El balance del primer día de autovía fue muy favorable por parte de los usuarios, sobre todo, de aquellos que han tenido que soportar cortes y desvíos por las obras en los últimos meses. «¿La mayor ventaja? Pues que por fin la carretera está limpia», dijo Sánchez.
Y es que, al fin y al cabo, el trazado de la nueva autovía no difiere demasiado del de la carretera que unía Grado con Oviedo desde hace casi dos años, cuando se inauguró la doble calzada hasta el núcleo de Llera. Así por lo menos lo entiende Juan Andrade, taxista moscón, que también recorrió ayer la nueva carretera. «Para nosotros es más o menos igual, lo único que cambia de manera importante es la seguridad y la comodidad. Antes ibas varios kilómetros con coches de frente y con obras cada dos por tres. Ahora, por lo menos el recorrido es mucho menos peligroso y más rápido», apuntó.
Por su parte, Manolo García, compañero del taxista moscón, también señaló que «por fin» se acabó ir hasta Santa María, lugar donde finalizaba hace unos días la autovía, detrás de un camión sin poder adelantar. «El vial ha mejorado con el nuevo firme y ahora, para ir a Oviedo, ni te enteras», explicó.
No obstante, no todo fueron alabanzas por parte de estos conductores que se conocen al dedillo el recorrido. La autovía, explican, bien, pero el entronque con la N-634, mal.
Así lo manifestó Francisco López, otro taxista, mientras charlaba con sus compañeros sobre la carretera. «Llegar hasta Grado es fácil y cómodo, lo difícil será ahora ir hacia Salas. Como enganches cola en la salida de la autovía, no la sueltas en todo el tramo de La Cabruñana», explicó. Y es que el embotellamiento está casi asegurado. Tan sólo hay que pensar en que cuatro carriles se convierten en dos, prácticamente en un tramo dentro del caso urbano.
Ayer, por ejemplo, ya se vio algún pequeño atasco, quizá debido a la proximidad del entronque con el cementerio municipal, donde por la tarde se ofició la misa de difuntos.
Además, señalaron los taxistas, el problema se acrecentará cuando por la carretera comiencen a circular vehículos pesados. «De la autovía a la nacional hay muchas curvas dentro del poblado, algo que sólo se solucionará con la variante», matizó López. No obstante, lo que sí que está claro es que los moscones evitarán este embotellamiento optando por la primera salida a la villa. No así los que continúen hacia el Suroccidente. Ahora Grado y Oviedo están más cerca. Y casi nadie, salvo los más melancólicos, se acuerdan de las cerradas y oscuras curvas de antaño.
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