20 noviembre, 2009

LA NUEVA ESPAÑA 20-11-09 Geografía del abandono, geología del aislamiento


Más sobre la autovía de La Espina
LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES A Joaquín Vallina
Cinco años de mi vida subiendo La Espina (un republicano nunca la coronaría), camino del Instituto de Tineo, que, por entonces, tenía el honorable nombre de Rafael del Riego. Cinco años que constituyen una etapa repleta de muy gratos recuerdos como docente. Cinco años explicando la literatura del siglo XX y la lengua de Cervantes al alumnado de COU. Cinco años (1992-97) en los que la perspectiva de una autovía se antojaba lejana, pero no tanto como la realidad actual se está encargando de demostrar. Cinco años que no olvidaré nunca y cuyo recuerdo me sobrecoge al leer el reportaje que publicó Lorena Valdés en LA NUEVA ESPAÑA el miércoles.
Geografía del abandono. Los dos vecinos de Porciles que conducen el carretillo por la calzada de una autovía cuyas obras acaban de quedarse paralizadas. No se trata de unas ruinas de antiguos esplendores susceptibles de poder ser reconstruidos mentalmente con ayuda de la imaginación y la memoria. No se trata de unas tierras de labor invadidas por la maleza. Ni siquiera de eso tan literario que da cuenta de lo que pudo haber sido y no fue, asombrosamente plasmado por parte del itinerario de aquel proyecto de ferrocarril entre Cangas del Narcea y San Esteban de Pravia a su paso por las proximidades de Cornellana, tanto río arriba como río abajo. Lo que pone ante nosotros el reportaje de Lorena Valdés es un peculiar paisaje después de la batalla. Es la deserción, no sabemos por cuánto tiempo, de un proyecto, siendo clamorosa la ausencia de los operarios y su maquinaria.
Geografía del abandono y geología del aislamiento. ¡Qué conjunción más llamativa! La ladera de una montaña que amenaza con desmoronarse. Ella, que había estado siempre aislando y cobijando lo que tenía detrás, propende a convertirse en un obstáculo que cierre el paso a unas obras que están destinadas, entre otras cosas, a poner fin a la misión que esa misma montaña vino llevando a cabo.
Hay otros componentes en este trance. Por ejemplo, el escepticismo obligado de los vecinos a los que Lorena Valdés entrevista. Cuando les hablan de plazos, les suena a palabrería. Cuando les prometen una cercanía en el tiempo a Oviedo, lo fían más largo aún de lo que invocaba el personaje de Zorrilla.
Geografía del abandono. La memoria, la bendita memoria, personal y colectiva, les habla a estas gentes, nos habla a todos los que residimos en el occidente de Asturias, de la escasa, por no decir nula, atención que se prestó desde siempre a estas comarcas.
Geografía del abandono. Se diría que el rigor en los estudios previos al trazado de la autovía no estuvo a la altura de las circunstancias. Y ahora las consecuencias recaen sobre los mismos de siempre.
Y, por encima de todo, hay algo que me subleva, y es la falta de información oficial al respecto. Se habla de un plazo, siempre en términos más o menos aproximados. Y cuando está a punto de vencer, o incluso cuando se ha cumplido, rara vez se tiene a bien desde las instancias oficiales, en este caso, desde el Ministerio de Fomento, comunicar a la ciudadanía lo que sucede.
Alguien debería plantearse que estamos hablando, en el caso de la autovía de La Espina, de una zona que tradicionalmente se ubicó en esta geografía del abandono de la que venimos hablando, y que en la susodicha zona los pocos habitantes que quedamos tenemos todo el derecho a soñar que, por fin, los tiempos han cambiado, es decir, que se nos tiene en cuenta, es decir, que se nos trata con la consideración debida en un sistema político llamado democracia donde el pueblo soberano es el principal destinatario de las políticas y el auténtico protagonista de todas las decisiones.
Geografía del abandono. Hablemos del tramo Grao-Doriga del que me ocupé en un artículo reciente en esta misma columna. ¿Son conscientes en los despachos de Madrid del tráfico que hay en la Cabruñana, de la peligrosidad que supone transitar diariamente una vía que apenas cuenta con espacios para los adelantamientos? ¿Son conscientes de lo que apremia la apertura de este tramo al que un argayo, creo que detectado hace al menos un año, le impide la salida? ¿Y qué pretexto hay o puede haber para concluir de una vez el puente que comunicará Doriga con Lloureda, que tenía que haber estado listo para febrero del año que estamos despidiendo? ¿También hubo fanas ahí? ¿Se encargó el Ministerio de exigir a la empresa que cumpliera el plazo de unas obras que, como está en el contrato, va a cobrar? ¿Se tomó la molestia el mismo Ministerio de dar explicaciones a los ciudadanos afectados por este retraso de cuya casuística no conocemos versión oficial que la justifique?
Geografía del abandono. Celebro que los alcaldes entrevistados por Lorena Valdés, con la excepción del regidor valdesano, manifiesten su indignación y su impaciencia. Lo que cabe esperar ahora es que presionen cuanto puedan. A ellos deberían sumarse los diputados por la circunscripción occidental que no parecen estar muy afectados por el actual estado de cosas. No seamos torticeros interpretando que viajan poco por aquí (ja, ja)
¿Cuánto tiene que esperar Tineo para acercarse al centro de Asturias, una vez se concluya la autovía de La Espina? ¿Qué puede pensar la ciudadanía cuando en 2011 vuelva a discutirse por parte de los políticos si la autovía llegará Ponferrada o a Lisboa?
Hay un libro de Eugenio d'Ors en el que lo más espléndido es el título: «Oceanografía del tedio». Lo nuestro amenaza con ser algo peor: una especie de erial de la resignación.
Frente a todo ello, desenfundo y desenvaino dos versos. «Hoy es siempre todavía», de Machado y, también y, sobre todo, «nos queda la palabra», que dijo y diría Blas de Otero. ¡Qué grandes antídotos contra la resignación!
¿Acaso los hay mejores? Se admiten, desde luego, propuestas.

http://blogs.lne.es/luisarias/

http://www.lne.es/opinion/2009/11/20/geografia-abandono-geologia-aislamiento-br/836768.html

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como siempre, dando en la diana. Como siempre, librando batallas en solitario.

11:25 a. m.  

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