EL COMERCIO 08-07-10 La variante de Villazón estará lista antes de agosto tras invertir cuatro millones
El Gobierno entiende que con el estreno de Grado-Doriga «todo el suroccidente queda conectado a Oviedo por vías de alta capacidad»
Sobre un mapa de carreteras, el suroccidente funciona como 'culo de saco', una región de difícil acceso y complicada circulación. Sin embargo, los estragos que causaron las inundaciones de junio en las infraestructuras de todo el Occidente, han revelado su influencia en la economía asturiana. «Muchas empresas están sufriendo importantes trastornos debido al incremento del coste de transporte que deben soportar al tener que acudir a vías alternativas», lamentó ayer el presidente del Principado.
Según los informes que maneja, «Castilla y León es el principal destino de nuestros productos y Galicia el segundo». La relación funciona también al revés pues «Galicia es el principal origen de nuestras importaciones y Castilla ocupa la tercera posición».
Eso hace urgente restituir la N-634, interrumpida a la altura de Villazón. Los vecinos de este núcleo salense recordaban ayer que «desde noviembre veníamos advirtiendo de que esto podía pasar». La carretera está encajonada en la falda de una ladera. Sin embargo, metros más arriba de la pista, los camiones y las máquinas realizan desmontes para abrirle paso a la A-63 Oviedo-La Espina. Es una actividad que presiona la cuesta, hasta el punto de que en noviembre los corrimientos de tierra ya dejaron inútil uno de los carriles de la nacional.
El Ministerio de Fomento resolvió el problema habilitando un semáforo en el tramo afectado para ordenar por turnos los tráficos. Sin embargo, las inundaciones del pasado mes provocaron una nueva escorrentía. La ladera se reveló y acabó empujando el tramo crítico de la N-634 hasta el río Nonaya.
«Al principio pensamos en excavar la tierra, pero era una solución que llevaba tiempo», informó el jefe de la Demarcación de Carreteras, Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos. La decisión al final ha sido abrir una pequeña variante, de apenas 100 metros. La pista estará disponible «en el menor plazo posible, es decir, a finales de mes o en los primeros días de agosto», zanjó el ministro de Fomento, José Blanco, quien tasa en cuatro millones la inversión.
Más complicado será reabrir el tráfico de la N-634 en El Bao. «El Gobierno está cerrando una solución», apuntó el ministro, sin dar más detalles.
En todo caso, el de ayer fue un día de avances para el Occidente. El ministro entiende que ahora «todo el suroccidente queda conectado a Oviedo por vías de alta capacidad». Lo permitiría el tramo Grado-Doriga (Salas), ya en servicio, y que extiende en 4,2 kilómetros la autovía A-63 (Oviedo-La Espina). El mayor desafío para los ingenieros lo ha constituido el cruce del Alto de El Fresno, solventado mediante un túnel cuyos tubos miden 949 y 923 metros.
La actuación fue adjudicada hace cuatro años a Acciona Infraestructuras por 63,3 millones, pero ha terminado costando 80,6. El sobrecoste obligó a ejecutar las obras «a precios de alta velocidad, algo que sólo es posible gracias al esfuerzo de todos los ciudadanos que pagan sus impuestos», destacó José Blanco. Los tajos se han obligado a gastar 1,7 millones en actuaciones medioambientales.
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