08 julio, 2010

LA NUEVA ESPAÑA 08-07-10 Salas, los políticos, el muerto y las «vuvucelas»

Celestino Díaz Morán (La Espina)
El ritual de la muerte en las zonas rurales es bastante especial y tiene sus códigos. Así, es bastante tradicional que dos familias o sectores de la misma familia, o vecinos de puerta enfrentados por mil y una causas, establezcan una especie de tregua mientras el difunto está de cuerpo presente, respetando e incluso acompañando en el dolor a la familia rival. Una vez hecho el entierro y de vuelta a casa, la vida sigue y quien ayer te dio un sincero pésame no te dirige la palabra.

Otra actitud típica es justamente la contraria: con el difunto de cuerpo presente, los herederos se pelean por una pírrica herencia y adoptan a veces actitudes bochornosas, y de vergüenza ajena.

Pues bien, en el concejo de Salas nos ha caído un muerto. Un muerto en forma de corte de carretera cortada que sume a nuestro municipio en el aislamiento más absoluto, y que por contagio puede matar a muchas pequeñas y medianas empresas del concejo. ¿Y cuál es la actitud de algunos políticos de este municipio?, la de empezar a contar los réditos en forma de votos que les va a reportar el muerto sin importarles mucho el qué dirán.

El día 25 de junio, una amplia representación de eso que se llama la sociedad civil remitió al Ayuntamiento de Salas un acuerdo cuyo espíritu era el de «todos unidos frente al problema común». Una vez solucionado el problema, llegará el momento de exigir responsabilidades a quien corresponda; pero ahora, todos juntos por una solución rápida a esta lamentable situación.

Aquel documento suponía una hoja de ruta, primero para paliar en lo posible los problemas originados por el corte de carretera, y posteriormente adoptar medidas para solucionar ese corte. Hasta el momento, esa hoja de ruta va según lo acordado. Pero también en el documento se preveía la posibilidad de incumplimiento, en cuyo caso se adoptarían las medidas de presión pertinentes. ¿Qué credibilidad pueden tener esas medidas de presión, si cada martes se hace una cacerolada delante del Ayuntamiento?

¿Tan difícil es que la familia de los salenses sepamos guardar las formas ahora que estamos expuestos al escrutinio del resto de la región? Dejémonos de enfrentamientos ridículos y demuestren coherencia y responsabilidad adhiriéndose al sentir mayoritario de la población constatado en el documento antes mencionado. Si no es así, no queda sino pensar que lo único que pretenden es armar ruido, y cuanto más mejor. Para ello, permítanme recomendarles unas «vuvucelas», tan de moda últimamente, con las que les oirán mucho más alto y mejor. Lo que no quiere decir que les escuchen, claro.

http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/4229/salas-politicos-muerto-vuvucelas.html.