13 marzo, 2008

EL COMERCIO 13-03-08 La historia del campanu


Cornellana volverá a acoger el próximo domingo la subasta del primer salmón del año, una tradición que nació en el siglo XVII

CORNELLANA. Luis Miguel García, pescador del campanu del pasado año, se dirige con el salmón al recinto donde se celebró la subasta. El restaurante As de Picas adquirió el ejemplar por 18.000 euros. / CITOULA


DANIEL FERNÁNDEZ
Desde tiempos inmemoriables, el salmón ha ocupado un lugar privilegiado en la cultura asturiana. Sobre todo en las riberas del Narcea. En este valle, este pez, ha sido durante siglos un bien preciado, sustento y medio de vida de sus habitantes, generador de riqueza y modos de vida. Incluso fue, en ocasiones, moneda de cambio, origen de algunas leyes e, incluso, de conflictos territoriales.
Hoy, es diferente, aunque la pesca del salmón sigue arraigada en la tradición e historia asturiana. Así lo demostrarán el próximo domingo, cuando se abre la temporada de pesca fluvial, los miles de de ribereños que poblarán los ríos asturianos en busca, como no, de su bien más preciado: el campanu, el primer salmón de la temporada, el oro plateado que discurre por las aguas dulces y frías de los cauces asturianos.
El campanu es sin duda la seña de identidad de la pesca del salmón en Asturias. El domingo, todos los ojos estarán puestos en Cornellana, donde tendrá lugar una antiquísima tradición: la subasta pública (o remate) del primer salmón de la temporada. Como ocurrió el pasado año, la gran fiesta de la pesca asturiana, contará con el patrocinio de EL COMERCIO.
Origen de la tradición
El origen del término campanu y de su subasta es muy antigua. Sobre el primero, hay varias teorías, todas ellas relacionadas con el tañir de las campanas de las iglesias que jalonan las riberas del Narcea.
Según algunos historiadores, el término campanu se debe precisamente al sonido de las campanas con las que se convocaba a la población a la pesca colectiva de este pez. Otros, apuntan sin embargo, a que esta palabra deriva del tañir de las campanas que anunciaban la captura del primer salmón de cada temporada.
De lo que sí hay un origen concreto es del remate. En 1669 se reconoció formalmente la potestad municipal de Salas -que ya estaba consignada en los archivos en el siglo XVI- por la que el Ayuntamiento arrendaba cada año mediante subasta pública los derechos de propiedad sobre la mitad de las capturas que se realizaran en un determinado periodo y zona.
La adjudicación de esta subasta recibía el nombre de remate y la potestad se ejerció hasta 1926, cuando se abandonó al provocar más conflictos que beneficios.
La adjudicación de la «media pesca» se realizaba mediante un interesante ritual. Según la norma, el rematante debía de ser «persona lega, llana y abonada», es decir, no podía pertenecer al fuero eclesiástico ni a la nobleza, pero debía de tener hacienda.
Adaptación
A comienzos del siglo XX, con la irrupción de la pesca deportiva, la tradición del remate se adapta a las nuevas circunstancias. Es, a partir de entonces, cuando se subasta el campanu de cada río. La transacción se realizaba habitualmente en conocidos establecimientos, como Casa Grana o el Casino, ambos en Cornellana, donde acudían el pescador y los compradores.
Ahora, la subasta del campanu está regulada. Desde 2005, el Ayuntamiento de Salas organiza frente al monasterio de Cornellana una subasta pública en la que representantes de afamados restaurantes asturianos y de fuera de la región pujan por hacerse con el campanu. El ejemplar del pasado año, de 4,4 kilos, fue adquirido por el As de Picas por 18.000 euros.
La subasta del campanu está incluida en los actos de la feria Asturpesca, que arranca el sábado.