09 julio, 2010

LA NUEVA ESPAÑA 09-07-10 Pepiño Blanco en Doriga

La visita del Ministro no hizo más que confirmar que seguiremos siendo unas comarcas abandonadas







LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES Dos años de retraso para cuatro kilómetros de autovía. Aun así, recurriendo a la complejidad de la obra, todo se justifica. Habría que preguntarse si no se contaba con la referida complicación a la hora de elaborar el proyecto. Una obra que tuvo un ritmo de kilómetro al año. En 2009, se detecta un argayo en la que iba a ser la primera salida, y se decide por dónde habilitar un enlace alternativo un año después. ¡Cuánto rigor!
Ayer acudí a la inauguración de este tramo de autovía. Más de una persona me recordó lo que escribí hace ya varios años cuando la anterior Ministra de Fomento dio el plantón a quienes esperaban que se inaugurase el tramo Trubia- Llera. Hablé entonces de la ministra ausente y de los Alcaldes silentes, la mayoría del mismo partido, que no expresaron malestar alguno por aquel desaire de doña Magdalena. Eso es defender los intereses ciudadanos, sí, señor.
Y, a propósito de la anterior ministra, en 2008, cuando vino a cortar la cinta en la variante de Grao en 2008, anunció que el tramo que ayer se puso en servicio estaría listo aquel mismo año, también la primera calzada entre Salas y la Espina. Pequeño detalle: las elecciones de 2008 estaban cerca de celebrarse. Pero no hay que ser mal pensados, eso nunca.
Por otra parte, cuando el Ministro anunció que el resto de la autovía, salvo esa primera calzada entre Salas y la Espina, se retrasaría entre uno y cuatro años, el bochorno me invadió.
¡Qué pena que el señor Blanco no dispusiera de unas horas más para recorrer estos lares! ¡Qué pena que no pudieran mostrarle los restos de aquel proyecto ferroviario entre Cangas del Narcea y San Esteban de Pravia que se quedó inconcluso!
Porque, de esa forma, podría haber comprobado el carismático ministro el sentimiento que hay por aquí acerca de la posibilidad de que esto se convierta en todo un paradigma de proyectos incumplidos.
Cierto es que estamos en crisis, crisis que este Gobierno negó durante un tiempo, y que hay que reducir gastos, pero estamos hablando de una autovía que, de cumplirse el plazo de 2011 ahora pospuesto, tendría dos años de retraso sobre la última de las previsiones. ¿Es esto de recibo?
Según el Ministro, el pueblo soberano no entendería muy bien que se recortase el sueldo a los funcionarios y que no se haga lo mismo en infraestructuras. ¡No me diga! ¿No se recorta acaso para que los servicios no sufran mengua? Si no es para eso y para luchar contra el paro, ¿qué justificación puede haber?
¿Es de recibo que entre Doriga y Lloureda tuviesen cortada la carretera durante casi 18 meses por la construcción de un puente cuyos cálculos eran de medio año? ¿También hubo argayos ahí? ¿Se preguntó alguien por las incomodidades que vinieron sufriendo las gentes de Doriga y pueblos limítrofes? ¿Para qué?
Ayer, dos discursos. Primero, habló Areces, que, una vez más dejó al auditorio noqueado con un repertorio abrumador de datos sobre lo mucho que su Gobierno hizo y está haciendo. Luego, habló el ministro, que venía, en lo que se refiere a decisiones gubernamentales, muy ligero de equipaje.
Dando por hecho que el tramo ayer inaugurado es vital para las comunicaciones en el occidente, evitando la Cabruñana, no lo es menos que resulta inadmisible que se anuncie un retraso sobre lo que queda por hacer, retraso que no será de unos meses.
Inadmisible es también que, por parte de las instituciones asturianas, tanto autonómicas como municipales, no haya habido declaraciones al respecto. ¿Qué pasaría si el Gobierno de Asturias fuese de otro partido? Hubo alcaldes que en 2003, siendo ministro Cascos, se quejaron de la lentitud de las obras de la autovía. A eso se le llama coherencia.
No me pasó desapercibido, a este respecto, que Blanco en su discurso se refiriese al anterior Ministro de Fomento, es decir, a Cascos. Viniendo como vino a anunciar retrasos, ¿cómo es que se decide a atacar al ex ministro de Aznar? Con ello, lo que hace es mostrar temor hacia un político del que no se sabe aún si será el próximo candidato del PP para gobernar Asturias.
Y, claro, el ministro habló del desplome de la Nacional 634 a la altura de Villazón. Su compromiso es resolverlo en un mes. Esperemos que ese plazo no se alargue también. Y habría que preguntarse por qué no se acometieron esas obras hace seis meses cuando el peligro se vio venir.
La visita de Blanco no hizo más que confirmarnos que seguimos siendo unas comarcas sometidas al abandono.
Y, por otro lado, es cuando menos llamativo que Areces y el Ministro hablasen de su sensibilidad medioambiental. ¿Es que no son conscientes de que muy cerca de donde se encontraban, concretamente en el bajo Narcea a su paso por los pueblos ribereños del concejo de Salas, no hay saneamiento, ni siquiera se sabe cuándo van a iniciarse las obras? Si eso es sensibilidad medioambiental, que baje Dios desde las alturas y que se pronuncie.
Pepiño Blanco en Doriga, como digo, ligero de equipaje, para anunciar retrasos en esta autovía y en la del Cantábrico. Su visita no fue, ciertamente, una inyección de optimismo ni para Asturias, ni tampoco para estas comarcas.
Pepiño Blanco en Doriga, certificando retrasos. Y la cohorte socialista, silente y sonriente.
¡Qué maravilla!

http://www.lne.es/opinion/2010/07/09/pepino-blanco-doriga/940442.html