16 noviembre, 2006

LA NUEVA ESPAÑA 16-11-06 Trevín asegura que toda la autovía entre Oviedo y La Espina estará acabada en 2009


La segunda calzada entre Salas y el puerto se licitará en tres meses y debe construirse en la mitad de tiempo que la primera para cumplir los plazos

El alcalde de Salas, José Manuel Menéndez; el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, y el alcalde de Tineo, Marcelino Marcos Líndez, atienden ayer en La Espina las explicaciones de un técnico sobre el tramo Salas-La Espina.



Oviedo, María ALONSO
El año 2009 parece ser la fecha mágica para las infraestructuras en Asturias. Según las previsiones del Ministerio de Fomento y del Principado, en poco más de dos años estará terminada la Autovía del Cantábrico y, según anunció ayer el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, también entrará en servicio toda la autovía entre Oviedo y La Espina. Trevín visitó las obras de la primera calzada de Salas-La Espina, unas obras adjudicadas en octubre de 2004 con un plazo de ejecución de 34 meses y que finalmente se terminarán a finales de 2008, con más de un año de retraso sobre lo inicialmente previsto, debido a los problemas existentes con la disponibilidad del terreno y a las modificaciones realizadas al proyecto inicial para permitir que los viaductos puedan ser ampliados cuando se construya la segunda calzada.
Actualmente, el único tramo pendiente de esta autovía es la segunda calzada de Salas-La Espina. Un proyecto que está en redacción y que Trevín anunció que se licitará en un plazo de tres meses, es decir, a principios del año que viene. Para cumplir los plazos anunciados, esta segunda calzada deberá construirse en dos años, la mitad del tiempo destinado a la primera calzada del mismo tramo.

Comparación
El delegado del Gobierno presentó una tabla comparativa de las obras de la autovía del Suroccidente en la que detalló los tramos inaugurados y adjudicados cuando gobernaba el PP y los puestos en marcha por el PSOE. «En menos de tres años, el Gobierno socialista adjudicó un 36 por ciento más para Oviedo-La Espina que el PP en ocho años», señaló Trevín, que destacó también que «la media anual en adjudicaciones del PSOE es de 48,7 millones, mientras que la media del PP era de 21,80».
En todo caso, Trevín acusó a los populares «de no tener intención real de llevar la autovía hasta La Espina, ya que el proyecto de la primera calzada no estaba pensado y diseñado teniendo en cuenta su ampliación. Además, hay que señalar que, salvo Latores-Trubia, el resto de los tramos fueron adjudicados por calzadas y sin ningún tipo de racionalidad». Según Trevín, esto se produjo «porque la intención del PP, más allá de lo que pudieran decir públicamente, era construir una vía rápida, y dentro de doce o catorce años hacer la autovía». Además, señaló que los populares «agotaron» el dinero previsto de fondos mineros para construir toda la infraestructura en los primeros tramos, y señaló que el Gobierno de Zapatero fue el responsable de «habilitar fondos propios para la autovía».


Siete viaductos, muros y escolleras de hormigón para salvar un desnivel de 500 metros
Salvar La Espina en autovía fue siempre el principal reto de la autovía que vertebrará el occidente interior. Los doce kilómetros de Salas a La Espina salvan una diferencia de altitud de 500 metros y costarán casi 65 millones de euros. Las obras estarán listas a finales de 2008, más de cuatro años después de su adjudicación, que fue en octubre de 2004. Los retrasos vienen desde el principio, ya que los trabajos, por la falta de disponibilidad de los terrenos, no pudieron empezar hasta la primavera de 2005. Además, y según aseguró el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, se ha modificado el proyecto inicial para, por ejemplo, poder utilizar los viaductos cuando se construya la segunda calzada. La obra tiene, además, las dificultades de una orografía complicada. El trayecto tiene siete viaductos, así como cuatro muros de hormigón armado, un muro de escollera hormigonada y cuatro muros anclados para salvar las zonas más problemáticas del trazado. Unas dificultades que se hacen excepcionales en una ladera con problemas de estabilidad, que se salva con tres viaductos y con varios muros anclados que impedirán derrumbes.