La compañía descarta valorar los contactos que, según sus trabajadores, mantiene con varias empresas de países como TurquíaEl futuro de las minas de oro en Asturias vuelve a ser una incógnita. A cuatro meses del cierre oficial anunciado por la empresa, miembros del comité de trabajadores desvelaron ayer que Río Narcea está negociando con distintas empresas de países como Turquía la venta de sus instalaciones en Asturias. La dirección de Río Narcea se negó a dar ningún tipo de explicación sobre sus intenciones de venta. El Principado concedió a Río Narcea, hace dos meses, el permiso para una nueva balsa de lodos contaminantes. Los trabajadores aseguran que la venta de las minas puede ser parcial.
Oviedo, Vicente DÍAZ PEÑAS / María ALONSO
Río Narcea Gold Mines está en contacto con varias empresas para vender sus instalaciones en Asturias. Así lo desveló ayer el comité de trabajadores de la empresa Río Narcea Gold Mines, con minas en Belmonte y en
Salas. Según afirmaron ayer fuentes de este colectivo, «es cierto que hay contactos con empresas, pero lo que no sabemos es su estado actual ni el tipo de empresa que finalmente pueda hacerse con las plantas». La dirección de Río Narcea se negó a hacer ninguna valoración sobre estos hechos.
Las negociaciones para vender sus minas podrían haber empezado antes de anunciar el cierre de las explotaciones, el pasado mes de febrero. Según apuntan desde el propio comité, los primeros contactos que hubo fueron hace un año con una empresa venezolana, aunque finalmente estas negociaciones no llegaron a buen término. Más recientemente, los trabajadores tienen constancia de los contactos con tres empresas: Kingbaury (Canadá), que cotiza en Bolsa y también ha realizado sondeos en Galicia; Nanulaq (Groenlandia), empresa con la que Río Narcea Gold Mines tiene un convenio para tratar en Asturias el material que la empresa extrae en Groenlandia, y una tercera empresa turca, Koza Davetiye. Miembros de esta última han sido los únicos que, al parecer, han visitado las instalaciones de Boinás. A pesar de que los trabajadores tienen conocimiento de estas tres empresas, no descartan que pueda haber más compañías, aunque el comité afirma que no sabe si puede haber más empresas interesadas en la compra.
Río Narcea anunció en febrero el cierre de sus instalaciones, así como el plan de regulación de empleo y el plan de restauración. Los motivos esgrimidos en su momento por la compañía se basaron, por un lado, en el alto coste de extracción y la baja ley del mineral de oro encontrado y, por otro, en la negativa del Principado de apoyar la construcción de una mina de oro en Salave.
La balsa de lodos contaminantes, posible clave del futuro de la empresaEn la nueva balsa de lodos, prácticamente vacía, que la empresa acaba de estrenar en Boinás podría estar una de las claves, según fuentes cercanas a la empresa, de la futura venta de la misma. Una balsa a la que el Principado dio el visto bueno cuando la empresa ya había anunciado su intención de abandonar la actividad en la región, exactamente seis meses antes del anunciado cierre.
Cuando en febrero anunció su intención de cerrar las minas en Asturias, la empresa aseguró que el cierre de las explotaciones asturianas sería progresivo y echó las cuentas de lo que costaría. La dirección de Río Narcea consideró en ese momento que la clausura total de las minas de El Valle y
Carlés, incluida la rehabilitación de las zonas, no superaría los siete millones de dólares. Un dinero que, en principio, Río Narcea no tendría que gastar en su totalidad si logra vender sus instalaciones en Asturias en los próximos meses.
La autorización de la Consejería de Medio Ambiente para su nueva balsa de lodos llegó cuando la empresa había construido ya, hacía varios meses, la balsa y estaba a la espera del permiso del Principado para iniciar los vertidos. El documento en el que se otorgaba el permiso a la empresa era especialmente largo y prolijo en detalles. Para prevenir posibles problemas de la instalación, Río Narcea Gold Mines tendría que constituir una póliza de seguro de responsabilidad civil para la balsa por tres millones de euros. Además, debería depositar en el Principado una fianza de 1,5 millones en concepto de sellado, clausura y restauración de la zona.
Una de las condiciones de la autorización dada en ese momento por el Principado era que los vertidos procedentes del material importado no pueden ser superiores al 40 por ciento del total del volumen tratado anualmente. Actualmente, el 60 por ciento del material tratado procede de Boinás y
Carlés (Salas) y el 40 por ciento restante, de Groenlandia. Esto, en principio, debería garantizar que de llevarse a cabo la venta la nueva empresa tendría que seguir extrayendo mineral en Asturias para poder utilizar la balsa de lodos contaminantes. Lo que todavía no está claro es qué pasará con el plan de restauración de la zona al que se ha comprometido Río Narcea.
Las incógnitas de la operaciónLa posible venta de las instalaciones de Río Narcea en Asturias podría abrir la puerta, según sus trabajadores, a una venta que no fuese total, sino parcial, de sus instalaciones. Como señalaban ayer desde el comité de empresa, «pueden ser bien empresas auríferas que utilicen todas las instalaciones o empresas que solamente quieran utilizar la balsa para tratar concentrados».
El comité de trabajadores de la empresa, que siempre defendió el actual proyecto de El Valle y de
Carlés, criticó la postura de la empresa de querer deshacerse de las plantas asturianas, ya que se trata de «un yacimiento rentable, donde no se ha realizado ningún ajuste económico en las últimas fechas».
Algo que desde el comité se interpreta como una muestra más de la intención de vender las instalaciones por parte de la empresa minera. Al igual que el hecho de que Río Narcea esté recabando toda la información de la explotación en el cinturón del Narcea «para mostrar el potencial a futuras empresas compradoras». A pesar de todo, el comité de empresa de Río Narcea ve con buenos ojos la posibilidad de que otra empresa se haga con las explotaciones salenses y belmontinas, algo que considera sería mejor que cerrar las instalaciones.
No obstante, y aunque en el expediente de regulación de empleo de la empresa se da prioridad a los actuales trabajadores en futuras explotaciones, son conscientes de que «ninguna empresa quiere un proyecto con gente». Por todo ello, desde el comité creen que la situación laboral «sería mucho más precaria que ahora, ya que se debería empezar de cero».
La dirección de la empresa guarda total mutismo sobre sus intenciones de venta. En teoría, faltan sólo cuatro meses para que el cierre de las instalaciones sea total y por ello desde distintos sectores cercanos a Río Narcea se extrañan de la operación que prevén realizar. En todo caso, aseguran que lo que todavía no está claro es la manera en la que la empresa «sorteará» el plan de cierre previsto y anunciado por parte de Río Narcea.