14 febrero, 2008

LA NUEVA ESPAÑA 14-02-08 Ovidio Sánchez pregunta en Grado por la nueva conexión Soto-Cornellana

El presidente del PP se reunió en la villa con los dirigentes de la zona

Grado, V. DÍAZ PEÑAS
El Partido Popular de Asturias criticó ayer el abandono en materia de infraestructuras que han sufrido Grado y su entorno durante los últimos cuatro años de Gobierno socialista en España. Según apuntó su presidente, Ovidio Sánchez, han sido constantes los retrasos en la autovía del Suroccidente a su paso por Grado y nulas las nuevas obras en esta zona de Asturias durante la actual legislatura.
Sánchez realizó estas declaraciones ayer al término de una reunión con los dirigentes del partido a nivel comarcal, que tuvo lugar en Grado. En ella estuvieron presentes los responsables del PP en Belmonte, Salas, Candamo, Yernes y Tameza y Grado. También participaron los diputados del partido en el Occidente. Se estudió la situación actual de la comarca y se prepararon las actuaciones a ejecutar durante la próxima campaña electoral.
Los populares criticaron que el PSOE haya dejado perder cuatro años al no hacer nada por la conexión Soto-Cornellana, que uniría las autovías de la costa y el Suroccidente y que, a su entender, vertebraría la comarca. Sánchez apuntó que sólo con infraestructuras y políticas que fijen empleo se podrá solucionar el problema de la comarca moscona. Los populares defendieron la necesidad de una autovía entre La Espina y León y recordaron su petición de construir un nuevo puente sobre el río Nalón para evitar el tránsito de vehículos por el actual de Peñaflor.

LA NUEVA ESPAÑA 14-02-08 Cuestiones urbanísticas


CELSA DÍAZ ALONSO
¡Cuánto labio de púrpuras teatrales, exageradamente pecadores!
¡Cuánto vocabulario de cristales,
al frenesí llevando los colores
en una pugna, en una competencia
de originalidad y de excelencia!
Miguel Hernández

Estimados conciudadanos, todos sabéis de las últimas tendencias urbanísticas, y nuestro bien amado territorio no va a quedarse atrás en la carrera de la modernidad y la eficacia.
Debe de ser este anómalo calorcillo invernal lo que provoca en el gallinero una euforia desconocida durante las épocas frías. Fermín y su equipo están imparables, y cada dos por tres reúnen a los habitantes de Paraxes para exponerles nuevos planes.
-Con la colaboración de las mentes más preclaras de la arquitectura gallinácea actual, hemos diseñado un nuevo Paraxes, que va a ser la envidia del mundo mundial. Mi huella quedará indeleble en los corazones de muchas generaciones, y mi nombre recordado más allá de nuestras fronteras.
-Paraxes ya tiene un Plan General de Ordenación Campestre (PGOC) muy sensato, y que no permite demasiadas fantasías -clamó alguna voz entre los asistentes.
-¡Puff, menos mal! -pensó aliviada Elvira.
-Eso no es problema. Con la ayuda del eminente jurista Picoscuro hemos hecho los cambios oportunos para solventar ese pequeño escollo de un plumazo.
-¿Sin consultarnos?
-¿Para qué? No lo ibais a entender. Estos temas requieren mentes abiertas y amplitud de miras, además de una experiencia en gestión que sólo yo poseo.
-¡A ver! -cacareó Ramiro con firmeza desconocida- ¿Se puede saber en qué consisten esos cambios?
-Trataré de explicarme con claridad meridiana. El gallinero colindante, que es viejo y obsoleto, está ocupando un espacio valiosísimo. Nos hemos hecho con esos terrenos, pensando siempre en el bien público, y después de dar muchas vueltas a nuestras necesidades hemos dispuesto que se ocupará con un edificio de oficinas.
-¡Pero si Paraxes necesita de todo menos oficinas! -se oyó como un rumor general.
-Hemos tenido unos primeros contactos con el famosísimo arquitecto Gallo Claudio, que nos ha presentado un proyecto novedoso y singularísimo.
-¿Y cómo le vamos a pagar? -volvió a insistir Ramiro.
- Todo resuelto. Nos presta el pecunio una urraca constructora, a la que a cambio le hemos cedido una pequeña parte de nuestro gallinero
(Airadas protestas)
-É en realidad pequeñísima, en donde se edificarán dos coquetísimas torres de diez pisos que conjugan perfectamente con el olivo de la esquina oeste, e interaccionan de maravilla con la malla metálica que los circunscribe. Se accede a ellos por unas fantásticas escaleras que, vinculadas a una pluralidad de usos, confieren al conjunto un carácter eminentemente cívicoÉ
-¿Pero qué dice?
-¿Y qué pinta en medio de Paraxes semejante edificación?
-¿Cómo voy a subir yo con esta minusvalía?
-¿Y el 30% de gallinero protegido?
-Calma, calma. Pensad en la revalorización y las plusvalías. De hecho estamos pensando en venderle también el terreno para el edificio de oficinas. En realidad, pensándolo bien, no lo necesitamos para nada.
-Ya me perdí -cacareó Consuelo bizqueando ligeramente.
-Ya os dije que no lo ibais a entenderÉ
-¡Se acabó! ¡Esto no hay quien lo aguante!
-¡Cómo se te ocurra tocar el gallinero, te acuerdas!
Éstos y otros comentarios semejantes hicieron a Fermín retirarse discretamente y finalizar la reunión. No se ha atrevido todavía a plantear nuevos proyectos, pero sigue dándole vueltas a su sueño de hacer de Paraxes un referente urbanístico de la modernidad.
-¿Y cómo iba a subir yo diez pisos con mi minusvalía?
-¡Cállate ya, Etelvina!