30 octubre, 2009

EL COMERCIO 30-10-09 El monasterio de Cornellana, en 2012

El BOE publicó ayer el nuevo convenio firmado por el Ministerio de Vivienda, el Principado y el Ayuntamiento de Salas para rehabilitar el monasterio de Cornellana. Fechado el día 16, distribuye un presupuesto de 5,7 millones hasta 2011. La obra deberá estar finalizada el 31 de diciembre de 2012.

http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20091030/occidente/monasterio-cornellana-2012-20091030.html

LA NUEVA ESPAÑA 30-10-09 El BOE publica el convenio para la restauración del monasterio de Cornellana

Cornellana (Salas), L. VALDÉS
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer el convenio de colaboración entre el Ministerio de Vivienda, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Salas para la restauración del Monasterio e iglesia de San Salvador de Cornellana (Salas) para Centro Documental del Camino de Santiago y hospedería. El presupuesto de esta obra asciende a 5.762.325,09 euros. Este convenio modifica los suscritos el 13 de diciembre de 2007 y el 30 de octubre de 2008.
Para este año, el Ministeria de Vivienda aportará al proyecto 150.000 euros y el Principado de Asturias 25.000, lo que hace un total de 175.000 euros. La partida de 2010 será 2.486.465, 17 euros y la de 2011, 3.1000.859,92 euros.
El inicio de las obras de rehabilitación del cenobio salense han sufrido continuos retrasos durante la última década.

http://www.lne.es/occidente/2009/10/30/boe-publica--convenio-restauracion-monasterio-cornellana/827574.html

LA NUEVA ESPAÑA 30-10-09 Las vegas del Narcea y el Nonaya se destinarán a cultivos de productos locales

Vega del río Narcea en La Doriga (Salas). lorena valdés

Una cooperativa explotará el parque agrícola, de 800 hectáreas, y comercializará las legumbres y hortalizas

Salas, Lorena VALDÉS
Salas quiere aprovechar todos los recursos que tiene el concejo con el objetivo de mantenerlo vivo y rejuvenecerlo. Por ello, el Ayuntamiento ha presentado al premio del Grupo Tragsa para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural un proyecto pionero en Asturias en el ámbito agrícola. Se trata del parque Vegas del Narcea. «La idea es sacar el máximo rendimiento a las 800 hectáreas de las fértiles vegas de los ríos Narcea y Nonaya, que ahora se encuentran abandonadas y llenas de maleza, con la producción de productos autóctonos como la faba, los guisantes, pimientos, tomates, lechugas, judías verdes...», explica el alcalde de Salas, José Manuel Menéndez.
Según el regidor salense, este proyecto supondrá «una forma racional de poner en valor lo que tenemos y no estar permanentemente mendigando subvenciones. El campo asturiano tiene que evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos. Para ello tenemos que ponernos las pilas».
Esta iniciativa crecería paralela al futuro polígono industrial de La Rodriga de 126.000 metros cuadrados útiles. «La idea es que la explotación de estas tierras se produzca en régimen de cooperativa agraria y que en el polígono existan empresas complementarias para la producción y comercialización de los productos. Lo que no tiene sentido es que Asturias importe la mayor parte de frutas y hortalizas.», sostiene el regidor. Ahora en Salas, cruzan los dedos para que este proyecto consiga los 60.000 euros del premio y así poder seguir avanzando en una idea que devolverá a la vida a las vegas del Narcea.

http://www.lne.es/occidente/2009/10/30/vegas-narcea-nonaya-destinaran-cultivos-productos-locales/827575.html

LA NUEVA ESPAÑA 30-10-09 De sueños y sombras


Claros de Luna después de la batalla

LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES
Píndaro, acaso el más sutil e inquietante de los poetas líricos griegos, escribió en algún sitio que «el hombre es el sueño de una sombra». Y, en las presentes noches, anómalamente cálidas, hay momentos en que esta Luna en creciente nos proporciona una claridad extraordinaria. Esplendores sobre los altos de las montañas, sobre las aguas del Narcea, sobre el blanco de algunas fachadas. Nosotros somos más sombra que nunca, lo más oscuro, en el resplandor de la Luna.
¿Sombras andantes que sueñan? ¿Sombras andantes que contemplan un panorama sin moralina posible que no pretende ir más allá de lo que es un juego de claroscuros?
Sombras andantes que no sólo sueñan, sino que además se resguardan de lo que acontece. Se diría que, envueltos en estelas invisibles, amparados en entornos que nos son tan nuestros, todo aquello que en el tiempo y en el espacio está tan cerca, todo el ruido, toda la furia, toda la estridencia de la actualidad se separa de nosotros mediante una compuerta intangible e invisible que nos aísla de la realidad.
Sueño y sombra somos, sombras que sueñan. Vigilia en duermevela.
Políticos que ingresan en prisión, peleas internas en los partidos donde los apuñalamientos y cuchillos largos no son metáforas inefables e inasibles. Insultos a la inteligencia que provienen de las perogrulladas que se sueltan, de las justificaciones más falaces enhebradas con medias verdades.
Desde el puente de Lanio, río arriba, no sólo el resplandor de la Luna, sino también un terso oleaje en las aguas generado por una brisa suave que no quiere ulular, que sólo provoca en las aguas del río suspiros inaudibles, al ritmo de sus caricias que ni siquiera rozan, que sólo se acercan a la superficie del Narcea.
Desde el puente de Lanio, río abajo, la vista juega con nosotros, nos ofrece el espectáculo de unas aguas sólo inmóviles en apariencia, que se concentran y hacen un falso alto en el camino para ser iluminadas.
Así pues, a un lado, un pequeño oleaje. Al otro, la quietud. Y, sobre todo ello, la luz de la Luna, bajo un cielo que ofrece el espectáculo de regalar a la vista estrellas enracimadas, que, se diría, que Dios sabe cuándo, se desgajaron.
Habiéndose adelantado el atardecer tras el cambio de hora de la pasada semana, recibimos más despiertos a la Luna, poblamos más la noche, y es grande la satisfacción que supone el aislamiento al que esta luz nos invita.
Como si se pusiera a nuestro alcance otro amanecer, éste sin prisas, sin apremios, sin urgencias, que comparece ante nosotros para ser contemplado, que abomina de esas otras horas veloces en las que la vida y la actualidad se ponen en marcha.
Se trata de muy distinta cosa, de un amanecer para lo onírico, de una Luna que nos envía destellos para acompañar nuestra intimidad, para que nos veamos como esas sombras que sueñan de las que venimos hablando.
De sueños y sombras. Unos sueños en los que la realidad, sin desaparecer, se empequeñece, se diluye, se vuelve muy insignificante cosa. Unos sueños en los que la actualidad, enmudece, se aletarga, ni siquiera llega a nosotros como un eco de su atronadora vez.
Sombras andantes nos volvemos, contornos y perfiles que oscurecemos lo que la Luna ilumina, pero que, al mismo tiempo, nos convertimos en testigos del onírico panorama que tenemos ante nosotros.
Una coruxa que vuela muy bajo; su blancura contrasta enormemente con lo que tenemos ante nosotros. Ladridos de perros muy discontinuos.
Gatos que se despiertan tras largas horas de sueño. Aviones que nos sobrevuelan muy alto; sus idas y venidas están lejos.
Acaso pudiera sugerirse que, especialmente en estas noches en que la Luna llena acompaña a las vísperas otoñales, la magia de la noche se multiplica.
Ahora que empezaron a rodar los erizos de castañas por los suelos, ahora que las manzanas caídas igualan en número, e incluso superan, a las que aún se mantienen en las ramas de los árboles, ahora que el tono ocre y rojizo empieza ya a asomar en nuestra arboleda, nos podemos permitir el lujo de sentirnos sombras andantes que sueñan y contemplan noches espectaculares.
Ahora que la escandalera política alcanza una espiral aún mayor de podredumbre y estridencia, tenemos a nuestro alcance bálsamos ofrecidos por la Luna que, por no hacer mudanza en su costumbre, camino va de recuperar todos sus contornos, todo su tamaño.
Luz de luna para soñar, luz de luna para protegernos de tanta realidad, luz de luna para embellecer los elementos de un paisaje que ahí están para ser contemplados en uno de sus mejores momentos, en uno de sus advenimientos más radiantes. El otoño de una belleza, la belleza de un otoño, que, en estos contornos, tiene como música el eco del Narcea, que tienen como letra esas palabras que no llegan nunca a decirse, esos balbuceos que se manifiestan en gestos, esos entusiasmos que se expresan en unos ojos que brillan al margen de la Luna, en esos suspiros que, como atisbó a decir admirablemente Daudet, nos impiden ahogarnos.
Paisaje mágico después de una batalla que, cada día, se libra no sólo frente a la rutina, sino también, y sobre todo, frente a los estruendos, cada vez más ensordecedores, de eso que se dio en llamar vida pública.
¡Bendita intimidad lunar!.

http://www.lne.es/opinion/2009/10/30/suenos-sombrasbr/827693.html