18 diciembre, 2008

EL COMERCIO 18-12-08 Liberado el empresario de Salas que fue secuestrado en México hace cinco meses

Manuel Horacio Rodríguez, de 69 años, es propietario de una importante fábrica de materiales de construcción «Se encuentra en buen estado de salud», aseguraron ayer sus familiares
Manuel Horacio Rodríguez, natural de Cermoño, en Salas. / E. C.

SABINA RUBIO NAVIA
Quién: Manuel Horacio Rodríguez, de 69 años, propietario de una de las más importantes empresas mexicanas dedicada a la fabricación y venta de materiales de construcción.
Cuándo: a principios de julio de este año.
Dónde: en el parque deportivo de El Tequío, en el estado mexicano de Oaxaca.
Cómo: el industrial salense practicaba deporte en compañía de dos escoltas cuando fueron abordados por un grupo fuertemente armado formado por seis personas que les interceptaron el paso.
Víctimas: uno de los escoltas fue acribillado a balazos y el otro resultó herido. Los asaltantes huyeron con Manuel Horacio Rodríguez.

Tras cinco meses retenido por un grupo organizado de secuestradores, el empresario salense Manuel Horacio Rodríguez Díaz fue liberado a las 13 horas de ayer -hora española-. Así lo confirmaron a EL COMERCIO fuentes cercanas a la familia, que señalaron que un exhaustivo examen médico al que el empresario de origen asturiano fue sometido en su propia casa demuestra que «se encuentra en buen estado de salud».
Natural de la localidad de Cermoño, en el concejo de Salas, Rodríguez emigró al país azteca hace 52 años. El pasado mes de julio fue secuestrado cuando practicaba deporte en el parque deportivo de El Tequío, en el estado de Oaxaca. En el asalto, los secuestradores acribillaron a balazos a uno de los dos escoltas que acompañaban al industrial salense. El otro resultó herido.
Manuel Horacio Rodríguez es propietario de una de las principales empresas de México, Romasa, dedicada a la venta y fabricación de materiales de construcción y es tío de la secretaria de Turismo del gobierno del estado de Oaxaca, Beatriz Rodríguez Casasnovas.
El secuestro tuvo lugar a las siete de la mañana -hora local-, cuando el empresario, acompañado de sus dos escoltas, se ejercitaba en el parque deportivo de El Tequío. Poco después de llegar al lugar, seis personas armadas le interceptaron el paso. Los guardaespaldas no tuvieron tiempo de intervenir, ya que los asaltantes iniciaron un tiroteo que acabó con la vida de uno de ellos. Según la Policía Estatal de Oaxaca, recibió al menos 21 impactos de bala, lo que demuestra la extrema violencia empleada en el delito. El otro escolta resultó herido.
Los secuestradores huyeron con Manuel Horacio Rodríguez a través de unos campos de cultivo próximos al lugar del asalto. Después, lo introdujeron en un vehículo y se marcharon de lugar. Fuentes de la Policía del Estado de Oaxaca, donde el asturiano llegó hace décadas, aseguraron que la investigación apunta a que los secuestradores pertenecen a una banda organizada dedicada al secuestro y extorsión de empresarios.
Se da la circunstancia de que Manuel Horacio Rodríguez Díaz ya vivió un calvario similar hace diez años. En octubre de 1998 fue también secuestrado por un grupo armado. En aquella ocasión, su cautiverio duró tres meses.

LA NUEVA ESPAÑA 18-12-08 El monte de la discordia

El futuro de Tineo, a debate

Los últimos acontecimientos que se están sucediendo en el concejo de Tineo van mucho más allá del debate sobre la implantación de una mina a cielo abierto. Se están eligiendo opciones para el futuro a largo plazo de una comarca.
No voy a entrar en lo que de manera inmediata pueda ser económicamente más rentable, pero, si de escarmentar en cabeza ajena hablamos, por estos lares fronterizos conocemos muy bien lo que supone este tipo de minería y las consecuencias que trae en un plazo no demasiado lejano: diez años de explotación y cientos, de contaminación, degradación paisajística y biológica, alteración de los recursos hídricos, contaminación atmosférica y un largo etcétera. ¿Alentador, verdad? Y todo esto con la connivencia de las autoridades locales y regionales: éstos escudándose en un silencio sepulcral y aquéllos jaleando tamaño despropósito. El Ayuntamiento tinetense ha tomado una decisión. Difícil desde luego, pero realmente valiente.
La autodenominada «clase política» -terminología que ya nos da una idea de las alturas por donde transitan tales personajes- nos tiene acostumbrados a medidas populistas que no van más allá de los cuatro años vista que duran las legislaturas, y eso es quizá lo que desconcierta de Marcos Líndez. Su decisión, absolutamente impopular en ciertos sectores, denota una seria preocupación por el concejo de Tineo a largo plazo; la creación de una industria maderera fuerte y sostenible, que bien gestionada supone un importante recurso para muchas generaciones. Si el concejo consigue ser una potencia forestal, su futuro está asegurado.
Marcelino Marcos, alcalde por el PSOE, ya ha sorprendido a propios y extraños enfrentándose, sin pelos en la lengua y con todas las consecuencias, al consejero de Educación y sus desastrosas medidas para el occidente asturiano cuando una vez más el cierre de aulas era noticia. Ahora le toca el turno a un empresario con una fama que podríamos calificar siendo muy comedidos de «poco ejemplar», que no duda en chantajear con la eliminación de puestos de trabajo ya existentes a Ayuntamiento y trabajadores, creando así un enfrentamiento seguro del que él sale indemne, importándole un bledo dejar a los mineros en la calle ante la negativa de nueva apertura. ¿Es acaso esta postura encomiable? ¿Es defendible una coacción de estas magnitudes?
Y es precisamente por ello que echamos de menos un pronunciamiento claro por parte de las consejerías implicadas y de nuestro Gobierno regional, que sólo tímidamente y con la boca pequeña hacen algún comentario sin mojarse demasiado. Si la cosa sale bien, Marcos Líndez será el héroe que todo partido quiere tener en sus filas; si no, será cabeza de turco a la que echar todas las culpas de aquí al 2050.
Hasta ahora Marcelino Marcos Líndez ha demostrado tener ideas claras y coraje para defenderlas. ¿No es esto un lujo en los tiempos que corren?