29 enero, 2009

EL COMERCIO 29-01-09 140 torres eólicas se conectarán en Buspol

Hasta 140 aerogeneradores estarán conectados a la subestación que se ubicará en la sierra de Buspol, en Salas, para la evacuación de energía eólica. Esta instalación, promovida por la firma Saltos del Navia y autorizada ya por la Consejería de Industria, ocupará un edificio de 374 metros cuadrados.

EL COMERCIO 29-01-09 El fondo de inversión local creará 736 puestos de trabajo en la comarca

I. G. NAVIA
Los ayuntamientos del Occidente consolidarán 736 puestos de trabajo mediante la gestión de los fondos estatales de inversión local. Así lo resaltó ayer la Delegación de Gobierno en Asturias, al hacer público el balance de los proyectos solicitados por los concejos integrantes del Parque Histórico, la Comarca Vaqueira y las mancomunidades Suroccidental y Oscos-Eo.
En total, los 24 concejos del área occidental ejecutarán 134 actuaciones a lo largo de este año. La mayor parte de los proyectos presentados (67), contemplan la renovación de infraestructuras viarias de las zonas rurales (44), así como la mejora de las redes de servicios básicos como saneamiento, alumbrado público y telefonía.
También la adecuación de edificios municipales y su dotación con modernos equipamientos constituye una de los principales campos de inversión de la comarca. De hecho, bajo este epígrafe, se agrupan un total de 39 proyectos.
En cuanto a los presupuestos de las obras previstas, el 45% no supera los 50.000 euros y tan sólo dos proyectos sobrepasan el millón de euros.

LA NUEVA ESPAÑA 29-01-09 Intimidades al descubierto

Red de espionaje en Paraxes
Una sombra se desliza sigilosamente por el gallinero. Se detiene, mira a un lado y a otro y continúa su cautelosa carrera pegada a la pared. Vuelve a detenerse y emprende un frenético trotecillo hacia el comedero. La escasa luz solar desvela su rostro: es Fermín. Ya no hay amigos ni enemigos. Todos son potenciales espías. Hasta ahora no ha pillado a ninguno in fraganti, pero tiene fundadas sospechas de varios congéneres. Toda prudencia es poca. «Mira lo que ha pasado en Madrid por no ser suficientemente precavidos», cavila su magín, que es un hervidero de sospechas. «Y ahora, que Obama y yo nos hemos convertido en los más prestigiosos líderes mundiales, estoy rodeado de envidias. Mis propios correligionarios son los peores. Envidia, envidia y más envidia».
Eran los tiempos en que se sentía tan seguro de sí mismo que incluso había cambiado su color de plumaje. Él, que siempre acudía al tinte para parecer un auténtico gallo de la raza pinta asturiana, había dejado que sus plumas adquirieran el color rojizo natural. «Si en Estados Unidos ha llegado al poder un negro, en Paraxes debemos aceptar la diversidad y la fusión de culturas. Así que, a partir de este mismo instante, no ocultaré por más tiempo mi condición de gallo de Livorno anaranjado», exclamó decidido y orgulloso ante un nutrido grupo de paraxeños que se desternillaban de la risa, ya que las visitas a su estilista eran motivo de mofa y befa desde hacía largo tiempo.
Eran estos tiempos felices -pensaba compungido-. Hace apenas unos días mi vida no se debatía en esta incertidumbre ¿De quién me puedo fiar? ¿Quién es realmente mi confidente y amigo y quién quiere hundirme en los abismos de la ignominia y el descrédito? Las disputas por el poder en Paraxes se han desatado, y mi liderazgo está en juego ¡Van a por mí!
Bien sabía Fermín que esto no era asunto para tomar a broma. Él también tenía su propia red de servicios secretos. Ramiro y Osgual habían sido sus primeros objetivos, pero cuando las luchas intestinas por el mando crearon facciones dentro de sus propias filas, dicha red fue utilizada para el espionaje interno, llegando en ocasiones al chantaje y a la descalificación oportunista. Fueron tiempos gloriosos, en los que ejercía un control férreo sobre la pequeña República, «si exceptuamos a alguna gallina que no hace más que dar la matraca», y se le erizaba la cresta acordándose de Elvira.
Ahora se había descubierto el pastel, y su prestigio de gran gestor estaba pasando por su peor momento, lo que habían aprovechado sus enemigos para crearse cierta impunidad y aplicarle su propia medicina. «Y con sinceridad, pero sin caer en el derrotismo, admitiré que tengo tanto que ocultar?».