LA NUEVA ESPAÑA 20-02-07 El agua anegó Espinedo
Varias casas de la localidad salense se vieron afectadas por la riada provocada por las intensas lluvias
Las lluvias intensas y la crecida de los ríos provocaron problemas el pasado sábado en varias viviendas de Espinedo (Salas). En la casa de Ana Belén y Santiago Andrés González el agua llegó a superar el medio metro. Era la primera vez que ocurría. La vivienda está separada del río por la carretera N-634, situada unos tres metros por encima del cauce y en la que se tuvo que cortar la circulación. La situación vivida no es nueva para otros vecinos del pueblo.
El bar de Espinedo, que resultó afectado por la inundación. e. peláez
Espinedo (Salas), E. PELÁEZ
«Pasaban de las nueve de la noche, estábamos fuera y nos avisaron de que teníamos la casa inundada», aseguró Ana Belén González Díaz, relatando la situación vivida el pasado sábado cuando el río que pasa al otro lado de la carretera nacional N-634, a unos tres metros por debajo del nivel de la vía, llegaba hasta su vivienda.
Ayer todavía se podían contemplar los daños causados por el agua que penetró en el interior de la vivienda y acumuló ramas de árboles ante la puerta rota por la fuerza de la riada. El congelador estaba volcado y el nivel del agua supera el medio metro en las dependencias de la planta baja de la casa. «Nunca pasó esto, el agua llegaba a los praos, pero nunca pasó por encima de la carretera», aseguraba Santiago Andrés González, hermano de Ana Belén.
Cerca de su casa se juntan los ríos Nonaya y Barredo. Hace más de tres años una riada se llevó por delante el puente situado sobre el río Barredo, que fue sustituido por otro. Y ése consideran que fue el principal problema, ya que, según explican, el espacio de paso era mayor que el actual. Entre el puente, la N-634 y el camino, situado perpendicularmente a la carretera, se acumulaba el agua. La situación se normalizó hacia las dos de la madrugada cuando, con una pala excavadora, se abría un hueco en el camino para que pasase el río. Ana Belén González afirma que no sabe cómo se autorizó la construcción del puente actual tal y como está diseñado y que se dirigirá al Ayuntamiento y a la Confederación Hidrográfica.
Vecinos de casas próximas, en Espinedo, vivían también con angustia la noche del sábado. En una de las viviendas tenían que sacar los coches a la carretera y otro vecino veía cómo el agua llegaba a su cuadra, donde tenía una yegua y varios terneros. Están cansados de denunciar una situación que ya se ha producido en otras ocasiones, de pedir una escollera en el río, sin que las administraciones les hagan caso. Ayer en el Ayuntamiento les indicaron que presentasen un escrito para enviarlo urgentemente a la Confederación. Los vecinos temen que como en tantas ocasiones anteriores esto quede en buenas palabras y «se pasen la pelota de unos a otros».
«Hace 3 años el río se llevó un camino; estoy aburrido de tener la casa aquí», afirma un vecino
«Hace tres años llevó un camino y quedamos incomunicados», aseguraba un vecino. «Para coger agua del río para regar tenemos que pagar pero cuando se sale e inunda los terrenos no pasa nada», apuntó Eloy Marino Fernández.
«Estoy aburrido de tener la casa aquí», dice este vecino que recuerda que hace años, cuando se construyó, no existía este problema. De los árboles que había plantado su vecino a unos metros de la vivienda poco queda.