Cajastur paga 62.000 euros por el primer lingote de oro fundido en Asturias desde la época romanaCajastur se hizo ayer con el primer lingote de oro fundido en Asturias tras la época de los romanos. En la subasta organizada por Río Narcea Gold Mines participaron cuatro empresas y, al final, la entidad financiera pagó 62.000 euros, más del doble de su valor real, por quedarse con la pieza.
Oviedo, María ALONSO
«Río Narcea nunca ha estado tan bien como ahora, pero desgraciadamente no en Asturias». Con estas palabras, el presidente de Río Narcea Gold Mines, Alberto Lavandeira, pareció dar por zanjada ayer la trayectoria de la empresa minera en la región, justo el día en que Cajastur recibió el primer lingote de oro fundido en Asturias en los últimos dos mil años. La empresa, que cerró sus instalaciones mineras en Belmonte y
Salas el pasado mes de diciembre, decidió hace un mes subastar el primer lingote fundido.
Varias empresas participaron en la subasta, pero al final fue Cajastur la que se alzó con el lingote por 62.000 euros. En la puja por la pieza, que se abrió en 26.760 euros, cifra aproximada de la cotización del oro en ese momento, participaron a lo largo de dos semanas cuatro compañías asturianas.
El lingote, que contiene más de un 86 por ciento de oro y un 8 por ciento de plata, fue recibido ayer, de manos del presidente de la empresa minera, por Felipe Fernández, director general de Cajastur, en un acto en el que estuvieron presentes los dos alcaldes de los municipios donde se asentaban las explotaciones, Belmonte y
Salas. Este último, José Manuel Menéndez, aprovechó el momento para dar las gracias a la empresa por el trabajo desarrollado en su concejo.
El acto en las instalaciones de Cajastur sonó a despedida. Lavandeira recordó la labor realizada en la compañía durante los años que ésta explotó los yacimientos auríferos. «Era el primer oro que se extraía en Asturias desde la época de los romanos, hace dos mil años, y a pesar de que la empresa atravesó dificultades económicas nunca lo quisimos fundir», señaló Lavandeira, quien aseguró que el lingote vendido fue el primer oro de un total de 31 toneladas extraídas en los últimos años. El presidente de Río Narcea recordó los duros inicios, porque fueron «una pelea contra todo el mundo», debido a la fuerte oposición a una actividad que consideraban contaminante. Una oposición que nunca cesó a lo largo de su trayectoria en la región. A pesar de que los directivos de la empresa negaron siempre el carácter contaminante que se atribuía a la explotación, los grupos ecologistas incidieron durante años en la supuesta peligrosidad de las explotaciones. A lo largo del año pasado la situación de la compañía empeoró tras la decisión del Principado de no dar el visto bueno a la puesta en marcha de una nueva mina de oro en Salave (Tapia), que contaba con el rechazo frontal de los vecinos afectados. Un rechazo que, según la empresa, condicionó la viabilidad de las explotaciones de Río Narcea en la región.
Belmonte y Salas, a partes iguales
Cajastur se quedó con el lingote y
Salas y Belmonte con el dinero. Río Narcea Gold Mines decidió que el dinero recaudado se repartiese entre los dos ayuntamientos como una forma de paliar las pérdidas económicas que ha supuesto para los municipios el cierre de las minas. Los dos concejos se comprometieron a emplear el dinero con fines sociales, pero el alcalde de Belmonte, Roberto Pérez, pidió más. Tras el acto, solicitó el propio lingote. Pérez emplazó a Cajastur a exponer la pieza en el Aula del Oro que hace años puso en marcha el Ayuntamiento. En la foto, Pérez (a la izquierda) y Menéndez, recibiendo el cheque de manos de Fernández.