27 agosto, 2008

EL COMERCIO 27-08-08 El empresario salense aún continúa retenido en México

La familia de Manuel Horacio Rodríguez sigue a la espera de alguna información sobre su estado actual

SABINA RUBIO SALAS
«No sabemos nada nuevo, estamos como al principio». Así se expresó ayer José Manuel González, sobrino del empresario asturiano Manuel Horacio Rodríguez, que fue secuestrado en México el pasado mes de julio por un grupo armado. «Nos mantenemos a la espera de noticias», manifestó desde su residencia en la localidad de Cermoño, en el concejo de Salas, donde el secuestrado solía pasar unos días de descanso vacacional todos los años.
González, ante la magnitud del suceso y el tiempo transcurrido «sin nuevos datos», y teniendo en cuenta que ésta no es la primera que vez que el empresario es retenido en contra de su voluntad, optó por no hacer más declaraciones, preservando así la intimidad de su familia.
Manuel Horacio Rodríguez, que es propietario de Romasa, una de las empresas del sector industrial más importantes del estado latinoamericano, dedicada a la venta y fabricación de materiales de construcción, fue capturado mientras hacía deporte en el parque deportivo de El Tequío, en el estado mexicano de Oaxaca, en compañía de dos guardaespaldas. Uno de ellos, Víctor Hugo Velázquez, fallecido en la reyerta.
Al parecer, un grupo armado compuesto por seis personas secuestraron al empresario salense alrededor de las 7 horas (horario de México), en la entrada del parque deportivo. Aunque los escoltas intentaron impedirlo, los secuestradores iniciaron un tiroteo donde uno de ellos, tras numerosos impactos de bala, falleció. Asimismo, redujeron al otro escolta, Constantino Eladio García, con un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente.
Según fuentes oficiales de la Policía Estatal de Oaxaca, la región sufre en estos momentos una importante oleada de secuestros a industriales, semejante a la acaecida en 1998, cuando varios empresarios asturianos afincados en la zona fueron retenidos por grupos armados.
En octubre de ese mismo año, el salense también fue secuestrado durante un periodo de tres meses. Desde entonces, Rodríguez había intensificado su seguridad, en colaboración de la autoridades mexicanas, con mayor número de escoltas.