Los vecinos del municipio de Salas cada vez ven «más lejana e irrealizable» la conexión por autovía de la zona suroccidental de Asturias y El Bierzo (León). El anuncio de Fomento de la anulación del contrato de la segunda calzada del tramo Salas-La Espina se interpreta a pie de calle como «la confirmación de la renuncia» del Gobierno central a ejecutar el eje La Espina-Ponferrada, una obra comprometida en 2005 por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para compensar a Asturias por la pérdida de fondos europeos.
De esa opinión son Isaac Castro, Antonio Feito, Francisco Pérez y Ángel Álvarez, tres amigos que ayer compartían en un céntrico bar de Salas café y acalorada conversación sobre la única infraestructura damnificada en Asturias por la rescisión de contratos anunciada por el ministro José Blanco.
Isaac Castro, empresario, es pesimista y considera que la obra va a permanecer paralizada «al menos dos años y ello va a generar un perjuicio a todo el Suroccidente, porque tanto derecho tiene a tener autovía uno de Tineo o de Cangas del Narcea como uno de Salas». Antonio Feito opina, por su parte, que los recortes ministeriales afectan al tramo de autovía Salas-La Espina «porque lo aprobó Cascos y no interesa que se haga».
Francisco Pérez, que es natural de Villablino aunque reside en Salas, señala que «no hay dinero para la doble vía porque se malgastó en otras obras». Además, añade que «es una pena que no vayan a prolongar la autovía de La Espina, porque aunque no sea hasta El Bierzo, por lo menos podían llevarla hasta Degaña y Cerredo».
Impacto más moral que físico
Ángel Álvarez es el único que discrepa abiertamente con sus compañeros de tertulia. Para él «es una burrada hacer una autovía de Salas a La Espina para los cuatro coches que pasan». «Con una sola calzada para vía rápida es suficiente», defiende entre signos de desaprobación y abucheos de sus parroquianos.
El alcalde de Salas, el veterano socialista José Manuel Menéndez, reconoce que el tijeretazo de Fomento en el municipio es «una mala noticia para todo el suroccidente». El regidor salense asegura que la paralización de esta obra, que ya se había hecho efectiva desde principios de año «tiene más impacto moral y de sentimiento que de incidencia física y material siempre que se concluya en los plazos previstos la primera calzada». «Lo sentirán más sobre todo los municipios más al suroccidente, porque Salas ya tiene la autovía en su territorio, aunque haya que cogerla en Cornellana», anota.
En su opinión, el Ministerio de Fomento cometió un «grave error» al adjudicar la ejecución de la segunda calzada del tramo de autovía a una empresa diferente de la que estaba haciendo la primera. Una circunstancia que, según Menéndez, lastró el proyecto desde los inicios «al generar incompatibilidades y una situación de guerra permanente en la utilización compartida de espacios orográficamente difíciles y vertederos, así como en el tránsito de vehículos». «Si se hubiese adjudicado toda la doble vía a la misma empresa estarían ya las dos calzadas casi terminadas», aventura el alcalde de Salas.
Menéndez asegura que los habitantes de Salas y del resto del suroccidente «no podemos resignarnos ante este hecho y desde las instituciones tenemos que hacer lo que esté en nuestra mano para que esto sea unas suspensión con carácter temporal y la actividad retorne lo antes posible». Por el momento, entre las medidas de presión no está previsto el sacar a la gente a la calle.
Carente de espíritu socialista
El regidor evoca los años de luchas y reivindicaciones para dotar a la zona de una autovía para criticar que desde la Administración central «se vuelquen los recursos a las zonas más prósperas y con una rentabilidad más próxima a la vista». «Eso no concuerda con el espíritu de un Gobierno socialista y con los planteamientos de reequilibrio territorial», lamentó el político al frente del Ayuntamiento de Salas desde hace 20 años.
Sobre la prolongación de la autovía de La Espina hasta conectar con Ponferrada, Menéndez confiesa que incluso en tiempos de bonanza económica siempre pensó que «sería un planteamiento muy a largo plazo». Y ahora teme, como muchos de sus convecinos, que se esté asistiendo en cierto modo a su acta de defunción.
Los habitantes de Porciles, una localidad al lado de La Espina, son muy críticos con todo lo que tiene que ver con el desarrollo de las obras de esta autovía. La culpa la tienen los continuos argayos de la ladera contigua al trazado Salas-La Espina, que obligaron a un modificado a finales de 2009 y provocaron nuevos retrasos en este tramo de 12 kilómetros, cuya apertura Fomento prevé ahora para finales de 2010 o principios de 2011. En otros dos tramos del vial, el comprendido entre Doriga y Cornellana y el que unirá Cornellana con Salas, los trabajos van al ralentí, según pudo comprobar ayer in situ EL COMERCIO.
La única obra asturiana afectada por el plan de recortes de Fomento fue adjudicada en julio de 2007 a la UTE formada por Peninsular de Contratas S. A. y Ortiz Construcciones y Proyectos S. A. con un presupuesto de 41 millones de euros y un plazo de construcción de 30 meses.
Viaducto sobre el Regueirón
El proyecto que se deja ahora inconcluso tenía por objeto la ejecución de 11,6 kilómetros de calzada, así como el acondicionamiento de las obras previstas en el proyecto de construcción de la primera calzada, con vistas a dotar al conjunto de características de autovía. Pese a la suspensión hay una parte importante hecha que incluye el enorme puente sobre el Regueirón, que es común para ambas calzadas.
El trazado de esta segunda calzada se proyecta junto al de la primera por la margen izquierda, salvo en el tramo correspondiente a la travesía de la sierra de Bodenaya, donde se aleja ligeramente para adaptarse a la ladera para evitar afecciones a la carretera N-634.
El trazado se puede dividir en cuatro tramos con características homogéneas: variante de Salas, travesía de la sierra de Bodenaya, zona de Porciles y meseta de La Espina. El contrato anulado por Fomento incluía también el acondicionamiento de tres enlaces, dos en la carretera N-634 y uno con la autonómica AS-216 a Tineo, y proyectaba siete viaductos, algunos de los cuales han quedado a medio hacer, y la prolongación de seis pasos superiores.
En un bar de la localidad de La Espina, Manuel Ángel Martínez y José Luis García, dos vecinos de Navelgas (Tineo), comentaban ayer con enfado lo sucedido con la segunda calzada del tramo Salas-La Espina. «Que lo paralicen vale, pero que digan cuándo va a volver a echar esto a andar», se queja José Luis, quien teme que el abandono de algunos puentes que ya están ejecutados «no vayan a servir por falta de mantenimiento». Y sobre la conexión con El Bierzo, Manuel Ángel opina que «si se llega a hacer tardará muchísimo, porque es una obra faraónica».
7.000 vehículos diarios
Unas sillas más allá, en la barra del mismo bar, Rubén Álvarez, vecino de La Espina, asegura que «el paso de dos calzadas a una sola se va a notar» en la localidad, que tiene un polígono industrial que genera 400 empleos y mucho tránsito de vehículos pesados. También cree que repercutirá negativamente en el tráfico que se mueve a diario entre Cornellana y Salas. 7.000 vehículos diarios entre camiones y turismos, según los datos oficiales que obran en poder del Ayuntamiento salense. «También sufrirá todo el suroccidente por ser ésta una vía de comunicación muy importante con Tineo», lamenta Rubén, quien asegura también que «viendo que no son capaces de acabar esto, lo de llevar la autovía hasta Ponferrada lo veo misión imposible».
http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20100724/asturias/ponferrada-cada-lejos-20100724.html
