26 diciembre, 2009

LA NUEVA ESPAÑA 26-12-09 Ambiente, no ruido

JORGE JARDÓN
No me extraña en absoluto que algunos comerciantes de Salas se encuentren alterados por el volumen de los villancicos en sus calles durante muchas horas al día. Y no me extraña nada porque una situación similar la vivía yo en Navia durante algunos años pasando la mañana, la tarde y la noche soportando los peces en el río y la campana sobre campana. Es verdad que ambientaban las Navidades, pero no compensaban por culpa de la monotonía y el ruido infernal, como si resultase imposible armonizar el villancico navideño con el volumen. Afortunadamente en Navia se ha perdido esta costumbre de inundar las calles con música, que convertía el pueblo en lo más parecido a un ruidoso zoco marroquí. Recuerdo incluso la ocasión aquella en la que el Ayuntamiento se vio obligado a suspender un examen que estaba teniendo lugar en una de sus dependencias y convocar a los aspirantes a la plaza para otra fecha en la que no se viesen perturbados por los cánticos.



http://www.lne.es/occidente/2009/12/26/ambiente-ruido/852439.html