LA VOZ DE ASTURIAS 02-03-06 Greenpeace exige a Río Narcea sanear lo explotado
PAULA DIAZ (02/03/2006)
Greenpeace ha reclamado a la empresa Río Narcea Gold Mines la recuperación de todas las zonas que la compañía ha explotado en Asturias. La organización ecologista ha remitido un comunicado donde también pide responsabilidades al gobierno autonómico al opinar que el Principado "no puede permitir que se repitan casos como los de Aznalcóllar, donde la rotura de una balsa supuso un desastre ecológico". Los ecologistas quieren que sea la propia empresa quien se encargue de poner en marcha las medidas necesarias "para paliar los daños ambientales producidos por su actividad" y que la administración asturiana, por su parte, "controle y supervise la correcta aplicación las actuaciones encaminadas a evitar daños causados por Río Narcea".
Greenpeace valoró como una "buena noticia para el medio ambiente" el anuncio realizado por la compañía minera respecto al cese de su actividad en la región. Aún así, reprochó que "los reiterados vertidos tóxicos al medio hídrico, el volumen de tierra desalojado y la existencia de balsas que acumulan millones de toneladas de residuos mineros contaminantes suponen una grave amenaza para el futuro"
La organización ecologista ya denunció el pasado mes de diciembre "los vertidos al río Narcea por parte de la empresa a su paso por Carlés", en el concejo de Salas. También criticaron desde Greenpeace la existencia de balsas mineras como la que la compañía desarrolló en Belmonte por dejar "un legado inasumible para el futuro de la zona".
Greenpeace ha reclamado a la empresa Río Narcea Gold Mines la recuperación de todas las zonas que la compañía ha explotado en Asturias. La organización ecologista ha remitido un comunicado donde también pide responsabilidades al gobierno autonómico al opinar que el Principado "no puede permitir que se repitan casos como los de Aznalcóllar, donde la rotura de una balsa supuso un desastre ecológico". Los ecologistas quieren que sea la propia empresa quien se encargue de poner en marcha las medidas necesarias "para paliar los daños ambientales producidos por su actividad" y que la administración asturiana, por su parte, "controle y supervise la correcta aplicación las actuaciones encaminadas a evitar daños causados por Río Narcea".
Greenpeace valoró como una "buena noticia para el medio ambiente" el anuncio realizado por la compañía minera respecto al cese de su actividad en la región. Aún así, reprochó que "los reiterados vertidos tóxicos al medio hídrico, el volumen de tierra desalojado y la existencia de balsas que acumulan millones de toneladas de residuos mineros contaminantes suponen una grave amenaza para el futuro"
La organización ecologista ya denunció el pasado mes de diciembre "los vertidos al río Narcea por parte de la empresa a su paso por Carlés", en el concejo de Salas. También criticaron desde Greenpeace la existencia de balsas mineras como la que la compañía desarrolló en Belmonte por dejar "un legado inasumible para el futuro de la zona".