LA NUEVA ESPAÑA 10-08-06 Hay una línea trazada (Comarca vaqueira)
JOSÉ MANUEL FEITO
En todos los mapas, folletos, y demás propaganda de la denominada Comarca Vaqueira, no solo se marginan sino que ni se citan en parte alguna tanto el concejo de Belmonte como el de Somiedo. Sin duda que debe de haber razones poderosas que escapan a los ojos del ciudadano medianamente versado en este tema.
Es digno de elogio y envidiable que cada zona o comarca promocione sus valores, cultive sus tradiciones, las conserve y venda lo mejor posible. No se trata de eso sino de respetar las fronteras de lo secularmente tradicional como es la raíz vaqueira de estos dos concejos que deben aparecer en cualquier mapa asturiano etnográfico que se precie de riguroso, y bajo cualquier punto de vista, entre los primeros, y si me apuran un poco diría que como prototipo del mundo vaqueiro.
Testimonios
Además de los estudios de Jovellanos y Acevedo, o de eminentes antropólogos, folkloristas, musicólogos, etc., cuyos nombres están en la mente de todos, han recalado una y otra vez en Somiedo y en sus brañas en busca de información vaqueira de primera mano. Por citar alguno pensemos en Luis Menéndez Pidal, Aurelio de Llano, Constantino Cabal, Juan Uría el cual no sólo recoge y estudia la idiosincrasia de estas gentes sino que pinta sus brañas e interpreta su música. Novelistas como Juan A. Cabezas en "La montaña Rebelde", José María G. Aznar en "Confinado", estudios de la lengua como los de Ana Cano, estudios de antropología como los de Adolfo García, R. Baragaño, etc. ¿habrá que olvidarlos o considerarlos como ajenos al mundo de las brañas de alzada?
Entonces ¿por qué se han excluido estos dos concejos de la llamada Comarca Vaqueira? Es la pregunta que nos hacemos muchos somedanos y belmontinos, en nombre de los cuales me atrevo a levantar la voz.
Incluso aunque hubiese intereses de índole económico, al menos en la propaganda que sirve de información y orientación al gran público tendrían que aparecer de alguna forma. Si se excluyen se está mutilando una cultura ancestral y dando una imagen falsa y recortada al visitante de lo que es el mundo vaqueiro. Cosas así desorientan al personal y causan un serio perjuicio no solo a los citados concejos sino a todo el Principado y a su geografía.
¿Por qué?
Pudiera alguno pensar que todo ello se hizo así porque cuantos menos entren en el reparto de la tarta tocarán a más. Para ellos pudiera ser válido si prescinden del aspecto cultural o sólo miran el económico. Pero ¿por qué el Principado y quienes velan o deben velar por la integridad de nuestro patrimonio etnográfico y tradicional no solo permiten sino que incluso financian, según aparece en los folletos, semejante disparate? Es otro "por qué" que no alcanzamos a entender.
De particiones
Temprano comenzamos a trazar fronteras, marcas o co-marcas, en nuestra tierra y esto ya sabemos lo peligroso que siempre ha sido. En una familia en cuanto empiezan las particiones empiezan los problemas, como empezarán cualquier día cuando cada autonomía o grupo social que se sienta libre e independiente reivindique sus derechos, fronteras y cultura sin tener en cuenta los derechos y reivindicaciones del vecino. Las fronteras, según se dijo, son las cicatrices de la historia. En ellas se libraron y se siguen librando las más sangrientas batallas. No abramos pues más heridas. Porque aquí por lo visto también hay una línea trazada: Hasta aquí llegan "los vaqueiros". De aquí no pase ningún otro. Lo de siempre, con distinto significado pero con parecidas intenciones.
Dos ejemplos «típicos»
Y para terminar por citar sólo un par de ejemplos más, teniendo a la vista los folletos "orientativos" que llevan tiempo por ahí, nos presentan tejados de pizarra pero ni un solo teito. ¿No les suena La Pornacal, por ejemplo? Pues hasta en Internet se han barrido en este campo, de alguna forma, los nombres de Somiedo y de Belmonte, no sabemos con qué oscuro propósito. En cambio se muestran como lugares típicos vaqueiros las playas de Otur, La Ribera, La Concha de Artedo, etc., pero ni una de nuestras brañas tradicionales. No creo que sea precisamente una imagen típica ver a un vaqueiro en traje de baño o a una vaqueira en bikini paseando orillas del mar. Esto daría materia más que sobrada para que mi buen amigo y somedano el cronista de Bildeo sacara sabrosas conclusiones.
Una línea más
Termino diciendo que hacen bien en promocionar su tierra y su paisaje y sus costumbres, faltaría más, pero no adueñarse de algo que en parte no es del todo suyo. Y a la hora de formular conceptos que nos pertenecen a todos y definir lo característico de una etnia por llamarla de algún modo y de su hábitat, vendiendo así una cultura ancestral y de algún modo enriquecedora de nuestro patrimonio "principal", por favor, hay que contar con todos, aunque existan razones de tipo económico o político o de lo que sea, que traten de impedirlo.¿Hay una línea trazada, la de siempre...? Creo que sí. ¿Entenderá este lío el visitante extranjero que estudió en sus fuentes más prístinas el mundo vaqueiro? Me imagino que no, y que a la vista de esa propaganda se le harán los ojos chiribitas. La verdad y la razón deben prevalecer siempre y por encima de cualquier otro interés.