12 julio, 2007

LA NUEVA ESPAÑA 12-07-07 Tostaderos no, gracias


Al entrar el otro día en el gallinero, encontré a Elvira meditabunda sobre un papel, con una de sus plumas mojada en tinta y sin levantar cabeza. Cuando me acerqué a ella picada por la curiosidad, se sobresaltó y, de muy malos modos, me acusó de haberle cortado la inspiración, de interrumpir siempre en el momento más inoportuno, de demostrar una vez más tener vacío mi armario cerebral y otras lindezas por el estilo. No le di mayor importancia, ya que estoy acostumbrada a esos nefastos días que últimamente agrian su carácter. Traté de tranquilizarla (la producción de huevos se resiente con estos bruscos cambios de humor), y terminó por confesar que había acabado su escrito, y que sólo faltaba la firma. Se trataba de una carta abierta al gallo Fermín que esperaba fuese publicada en el diario «avicoloagrícola» de Paraxes, y que trataba sobre ciertos asuntos que le ponían de muy mal talante.
La convencí para que me dejara leerla, e inmediatamente vi que tantas coincidencias con humanos acontecimientos no podían ser casualidad, así que le pedí permiso para utilizar su carta, que a continuación reproduzco sin añadir absolutamente nada de mi cosecha.
Paraxes julio 2007
Al señor don Fermín, Gallito de la Quintana de la República Independiente de Paraxes.
Estimado señor:
No salgo de mi estupor al saber que sigue usted insistiendo en llenar de tostaderos de maíz una preciosa y ecológicamente rica superficie de Paraxes, cerca de uno de nuestros más importantes bebederos.
¿No cree usted que esto podría hacerse en una zona más degradada y ya ocupada con alguna otra empresa de transformación situada a escasos diez kilómetros del lugar que nos ocupa?
¿Piensa usted que cuando esas magníficas vías de comunicación que unirán Paraxes con el resto del mundo mundial estén en funcionamiento, importará mucho a dichas empresas esta insalvable distancia?
Me argumentará usted que todos los gallineros quieren su trozo del pastel, algo lógico teniendo en cuenta que usted y su equipo no han sido capaces de crear un proyecto colectivo para todo Paraxes, y el gallinero más mindundi se pelea con el de al lado por pequeñas migajas. Pero estamos hablando de un gallinero con un lugar privilegiado, un edificio cuyo atractivo está fuera de toda duda y cuya utilización hasta el momento deja bastante que desear (dos merendolas de grano y berzas al año durante el período estival acompañado de algún cacareo regional, puestos en la feria del meruco bailón y pare usted de contar). Eso sí, proyectos, proyectos y más proyectos con los que se les llena el pico y después, como siempre, la nada absoluta. ¿No es lógico pensar que pueda ser esta la fuente de atractivo para el gallinero que usted quiere «poner en valor» y así dejar en paz el pobre curso de agua, que bien maltratado está ya?
Señor Fermín, sabemos todos de su preocupación por los temas medioambientales. Usted mismo ha dicho que, en este campo, uno de los logros a destacar es la señalización colocada a lo largo de la mencionada corriente. Enhorabuena. No me cabe duda ante tales afirmaciones de su preocupación por estos asuntos, pero al paso que vamos quedarán unas bonitas indicaciones a lo largo de una fétida alcantarilla, ¿o es que su intención real es hacer de Paraxes el vertedero del resto de las Repúblicas Independientes Avícolas porque es la única salida que son capaces de ver usted y su equipo? Si es así, seamos serios. Digan la verdad y afronten las consecuencias de su decisión.
Atentamente,

Elvira.

Tengo esperanzas de que la publicación de este artículo aumente considerablemente el número de huevos diarios en este modesto gallinero.