Ángel de la Fuente Martínez
La inauguración de uno de los congresos que, sobre desarrollo sostenible, organiza el Ayuntamiento salense me brindó la oportunidad de escuchar al decano de la Facultad de Geografía e Historia y en su intervención manifestó que la gran historia se construye a partir de pequeñas historias. Eso mismo se puede decir con respecto a la política; la macropolítica es la consecuencia de la micropolítica. ¿Quién, dónde, cómo, cuándo se hace realidad ésta? El ejemplo es claro y evidente. La labor realizada por el Consistorio a cuyo frente está José Manuel Menéndez es la respuesta en el asunto que nos concierne. Todos los asturianos recordaremos el 16 de junio de 2010 porque fue un día aciago para nuestra comunidad autónoma. Salas no pudo escapar al temporal con el consiguiente corte de la N-634 a su paso por Villazón y las graves consecuencias que generaba en el tejido productivo del municipio. En seguida unas declaraciones del Alcalde nos tranquilizaban pues en un plazo de cinco semanas el problema estaría solucionado, mientras que a la par buscaba y ponía en funcionamiento alternativas entre las que se encuentran el desbroce de la carretera a Soto de los Infantes o de la carretera que desde Cornellana por Cermoño llegaba a Salas para facilitar la circulación en unas condiciones lo más seguras posibles, sin dejar de mencionar la habilitación del camino por la vega del Nonaya en Villazón. No fueron cinco semanas, sino mucho menos, porque desde la tarde del 20 de julio de 2010 los salenses y aquellos que estamos ligados por razón de la profesión a este concejo hemos visto hacerse realidad la recuperación de la comunicación con Salas y con el resto del Suroccidente. Esta actuación fruto de la eficacia y de la eficiencia del Alcalde y del concejal delegado de Obras es digna de elogio y reconocimiento porque muy pocos saben las gestiones realizadas con nada más ni nada menos que veintidós propietarios de fincas para llevar a cabo una reparación en un tiempo récord tan necesaria como urgente. Es aquí donde se siente y percibe la pequeña política, la que presta el servicio directo al ciudadano y por tanto hay que valorarla en su justa medida. Es posible que algunos simplemente se limiten a manifestar expresiones del tipo es su obligación, su deber, su compromiso con el pueblo que lo ha elegido, para eso está, pero no es menos cierto que si la obra se demorase en el tiempo esos mismos harían una crítica dura porque vivimos en un país en el que siempre pesa más el defecto que el acierto y por eso mi empeño en valorar lo que se hace bien. Asimismo, es de alabar la coordinación de las administraciones regional y nacional arrinconando los trámites burocráticos pero a quienes no debemos dejar de agradecer su aportación es a la veintena de propietarios que una vez más han dado un ejemplo claro y manifiesto del altruismo, la solidaridad, la cooperación inherente al concejo de Salas que lo hace una vez más ser un referente en el Principado de Asturias.
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