12 noviembre, 2006

LA NUEVA ESPAÑA 12-11-06 Amigos del Paisaje de Salas propone un pacto de mayor participación ciudadana

Usuarios de la carretera Piedrafita-Cornellana exigen su reparación

Salas, E. P.
Usuarios de la carretera SL-7, que une el alto de Piedrafita y Cornellana, han presentado en el Ayuntamiento de Salas 400 firmas reclamando el arreglo de la vía. Esta carretera da servicio a una decena de pueblos, cuyos vecinos solicitan al gobierno local que respalde su petición ante el Principado, dado que es de titularidad autonómica.
Junto con el ensanche de varios tramos y el recorte de curvas, reclaman un enlace de la carretera desde Sobrerriba con los tramos que darán acceso desde Cornellana a la nueva autovía Oviedo-La Espina.
Por otra parte, la asociación Amigos del Paisaje de Salas presentó el pasado viernes un «Pacto por la transparencia en los asuntos públicos a los partidos políticos, a las asociaciones y a los ciudadanos en general». El colectivo, presidido por Juan Menéndez Arango, dirige en dicho documento propuestas a todos los partidos políticos que se presentarán a los comicios municipales y a asociaciones y ciudadanos. A las formaciones políticas les solicita que manifiesten su voluntad de someter a debate público todas las cuestiones que afecten a aspectos estratégicos del territorio, que busquen para estas actuaciones los consensos «más amplios posibles» entre partidos, asociaciones y vecinos, y que sometan a debate la necesidad de establecer «mecanismos de visualización y control» a disposición de la ciudadanía de las decisiones, entre ellas las relativas al origen y a la aplicación de recursos financieros.
Todas estas propuestas serán trasladadas por Amigos del Paisaje de Salas a los partidos políticos. También se dirigirán a las asociaciones que pretenden reunir en esta petición a las formaciones políticas. Alude el colectivo a que el principio de subsidiariedad, que establece que los problemas deben ser abordados en el plano político y administrativo más cercano a los vecinos, puede quedar bloqueado «si no existe voluntad política» de los gobiernos locales o no hay procedimientos para la participación de los ciudadanos.

EL COMERCIO 12-11-06 Gold Mines invierte siete millones en la restauración de la mina de Boinás

La compañía inicia la clausura de la balsa de decantación de lodos, que estará completamente sellada en dos años El último lingote de oro se fundirá a finales del mes de diciembre

DANIEL FERNÁNDEZ/BOINÁS

1998. A la izquierda, la balsa de lodos. Inicio de las tres cortas. / E. C.

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Siete millones de euros. O lo que es lo mismo, entre 20.000 y 30.000 euros por hectárea. Ese es el dinero que la empresa Río Narcea Gold Mines destina para la restauración de las minas de oro de El Valle-Boinás, en el concejo de Belmonte.
A poco más de un mes para el cierre de estas explotaciones -está previsto el cese de la actividad para mediados de diciembre-, la compañía ya lleva invertidos en estos últimos años un total de 6 millones de euros para la recuperación de la zona. La inversión se empleó en la cubrición con tierra vegetal y la revegetación de las cortas a cielo abierto que se explotaron entre 1997 y 2001, así como las escombreras.
Ahora, Gold Mines lleva a cabo los trabajos de clausura de una de sus instalaciones que fueron objeto de mayor polémica: la balsa de decantación de lodos -ubicada al Sur de la mina- en la que se acumulan las 4,6 millones de toneladas de residuos generados como consecuencia del proceso de extracción del oro durante los últimos diez años. Con estas labores, la mina comienza a apagar su voz.
El sistema que empleará la compañía minera para sellar este depósito es fácil, pero, a la vez, complejo. Según explica Ruíz Allén, responsable del laboratorio y del área de medio ambiente de Río Narcea Gold Mines, los trabajos se prolongarán durante dos años y serán acometidos por entre 12 y 20 operarios.
En primer lugar, sobre los lodos se deposita una capa de estériles -tierra y piedra- sobre la que se instalará arcilla y un plástico para, como si se tratase de una gigantesca bolsa, impermeabilizar la zona y evitar así cualquier vertido provocado por las filtraciones del agua de lluvia.
Una vez finalicen estos trabajos, añade Ruíz Allén, se procederá al sellado completo de la balsa. Posteriormente, se revegetará la zona para convertirla en una pradería. «La superficie no quedará plana, sino que será irregular. Para ello, crearemos unos pequeños montículos cubiertos con vegetación arbustiva», explica.
Un lago en la balsa nueva
Además de esta balsa, que se construyó a la vez que comenzó la actividad minera en El Valle-Boinás, en la explotación existe un segundo depósito de lodos, que hasta el momento no ha sido utilizado. Se trata de un inmenso agujero ubicado en la antigua corta de Boinás. El futuro de esta balsa aún está en el aire. Se decidirá antes de dos años, aunque la primera hipótesis que se baraja es que la zona sea inundada de agua para crear un lago.
Después de más de un año de espera, el Principado concedió la autorización a Gold Mines para la construcción y utilización de esta balsa este mismo año, pocas semanas después de que la empresa anunciara su decisión de cerrar las minas Belmonte.
Aunque la balsa está ya equipada, aún no ha sido utilizada por la empresa, ya que hasta el momento ha ido acumulando sus lodos en el antiguo depósito Sur.
Desde la compañía se explica que el proyecto original incluía la habilitación de un lago una vez cesara la actividad. No obstante, añaden, «todo depende de si utiliza o no y hasta donde se utiliza». Cabe recordar que aunque la mina cerrará este mismo año, la empresa seguirá radicada en Asturias y, como ya publicó EL COMERCIO el pasado 10 de marzo, Gold Mines no descarta reabrir en el futuro el yacimiento. Ahora bien, el retorno de la actividad «dependerá de que las condiciones económicas cambien y permitan que la extracción del oro sea rentable». Precisamente la baja rentabilidad del mineral acumulado en Belmonte, unido a la prohibición del Principado de que la compañía explotase el yacimiento de Salave (Tapia de Casariego) fueron los motivos esgrimidos por Río Narcea para decidir el cierre de las minas de El Valle-Boinás y Carlés (Salas).
Cierre definitivo
Mientras tanto, la mina de oro se va apagando poco a poco. El plan de regulación de empleo comenzó el pasado día dos y de los 254 empleados en plantilla, en la actualidad sólo quedan 150. Tan sólo funciona a pleno rendimiento la planta de tratamiento, ya que la pasada semana llegaron a Belmonte 33.220 toneladas de mineral extraídos en Groenlandia. La mina echará el cierre definitivo a mediados del próximo mes. Dos mil años después de que los romanos iniciasen la extracción de oro en Belmonte, la última semana de diciembre, se fundirá el último lingote en Belmonte.