Antiguos alumnos y maestros de Brañasivil quieren salvar su escuela
JOSÉ DE ARANGO
Es una autentica delicia bajar la Espina en dirección a Canero un sábado
a mediodía con abundante arboleda y el sol pegando fuerte porque la
ruta está desierta ya que el éxodo hacia las playas se hace por la
costa. En el Parador de Castañedo no hay parroquianos y el periódico
está libre. Confirmas que "desde hace ya tiempo por aquí no pasan más
que los viajeros que van a los pueblos". Justo unos metros antes de este
restaurante, a la derecha según se baja, sale la carretera que conduce a
Lavio y Socolina, y que es la última que ha ensanchado y acondicionado
el Principado antes de la crisis económico y política. Teniendo en
cuenta el escaso tráfico local hoy los políticos argumentarían que la
obra no es rentable.
Desde Lavio hacia arriba la ruta a
Pende, Brañasivil y Faedo ya presenta un aspecto mas incómodo. Hay que
ir con sumo cuidado por si aparece un vehículo en sentido contrario ya
que el cruzarse resulta problemático. En Casa Fernando, un bar rural
donde hay de todo, medio centenar de antiguos alumnos y maestros de la
escuela comunitaria de tres pueblos se han dado cita para
reencontrarse, visitar el aula donde aprendieron a leer y a escribir y
comer una suculenta parrillada preparada por Fernando en el horno de
leña que él mismo ha construido. Virtudes, la mujer de Fernando, remata
la faena gastronómica con un arroz con leche de esos que es imposible
olvidar.
Los antiguos escolinos y sus educadores dejaron
los coches en los aledaños de Casa Fernando y se fueron andando,
precedidos de la gaita, hasta la antigua escuela de Brañasivil que está
en peligro de perderse porque abundan las goteras y en cualquier
edificio que se precie el deterioro comienza por el tejado. Vecinos que
nacieron en estos pueblos y que se marcharon en busca de eso que se
llama horizontes lejanos, se reencontraron, con abrazos y amistad de la
buena, en Faedo y para acudir a la cita hasta prepararon unas llamativas
camisetas con inscripciones en las que se podía leer la buena
disposición de todos para salvar la que fue su escuela, para algunos
hace ya un montón de años, como nos decía Rosa, que ahora disfruta de su
jubilación viviendo en La Mortera de Valdés pero que nació aquí y el
otro día en Faedo volvía a revivir paisajes y paisanajes de su niñez.
Hubo quien viajó desde Madrid, Cangas de Onís, Oviedo, Gijón y hasta del
País Vasco. .
A la hora del café con las pingaratas llegó el
alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, a quien le improvisaron de inmediato
un concejo abierto para plantearle la necesidad de rehabilitar el tejado
de la escuela de Brañasivil porque eliminando las goteras se puede
conseguir la salvación del viejo edificio de piedra que es el objetivo
de todos los asistentes. Hay en la zona posibles recursos como son las
rentas de los eólicos y la venta de la madera comunal pero para eso,
según afirman, hace falta una reestructuración de la Parroquia Rural
local. De momento el alcalde prometió reparar, este verano, el tejado de
la escuela de Brañasivil. Por algo se empieza.
http://www.lne.es/occidente/2012/06/30/subir-faedo/1263876.html