13 enero, 2008

LA VOZ DE ASTURIAS 13-01-08 Sin miedo a los retos


P.A. RUBIO. Oviedo
Mirta Aces es un ejemplo de la im­portancia que tienen los emprende­dores para cualquier tejido indus­trial y económico de cualquier re­gión. Esta empresaria, natural del pueblo de La Peral (Salas) sabe por experiencia propia lo que es tener inquietudes y también el valor para ponerlas en práctica, independiente­mente del sector o campo que abar­quen.
Tradicionalmente, Mirta siempre se ha dedicado al comercio y quizás sea a través del comercio Bringas como más se le conozca, al menos en Oviedo. Se trata de una tienda de bordados y elementos para la casa que se ha convertido en un clásico del pequeño comercio ovetense. Pero la historia de Mirta se remonta años antes de la puesta en marcha de Bringas en 1983, primero en la calle Covadonga y luego, tres años más tarde en las galería de la anti­gua estación de ALSA.
Con 17 años Mirta se fue a Gijón para trabajar en el local de máqui­nas de coser Refrey donde daba cla­ses de bordado. Estamos hablando de los años 70 y desde la ciudad gijonesa, Mirta Aces se trasladó a Pravia donde abrió su primer negocio de «bordado y cosas de casa» como ella misma lo denomina. La tienda de Pravia se abrió en 1972 y el traslado a la capital de la región se produjo en 1983.
El punto de inflexión en la carre­ra profesional de esta emprendedo­ra fue el cierre hace cuatro años de la estación de autobuses de la plaza Primo de Rivera de Oviedo para tras­ladar todo el flujo de pasajeros a la nueva terminal anexa a la antigua cárcel. «El traslado dejó muerta la zona, las galerías comerciales y fue en ese momento cuando me surgió la idea de trasladarme a otro lugar de la ciudad y dedicarme al turismo», explicó Mirta. Y ahí justamente es cuando entra en acción su otra línea de negocio: el turismo rural merced a los apartamentos con los que cuenta en su pueblo natal, La Peral.
APARTAMENTOS // La intención de abrir un comercio en otro lugar de Oviedo, local donde se venderían productos asturianos de todo tipo y al que podrían acudir aquellos in­quilinos de los apartamentos rurales que están interesados en recorrer la capital asturiana y llevarse este tipo de recuerdos. «Aún falta por definir el lugar, pero será en un enclave simbólico de la ciudad», añadió.
La idea de poner en marcha los apartamentos en Salas surgió en el 2001 ya que «tenía una antigua casa y un viejo pajar que rehabilitamos. Con el empuje de mi marido y tres grandes amigos puso en marcha el negocio, eso sí, con mucho sacrificio y trabajo».
Mirta sabe vender muy bien su producto. «La Peral, en Salas, se en­cuentra perfectamente situado. Co­mo está en el linde con Pravia estamos a solo 20 minutos de la playa, a 45 kilómetros de Oviedo y a 11 de Pravia», explica esta empresaria.
El enclave turístico salió adelante, además de con la ayuda familiar, con subvenciones del plan Leader proveniente de la Unión Europea (UE). «Y sobre todo del banco, que si él hubiera sido imposible», dice.
POLÍTICA TURÍSTICA // Aces cree que la política turística que se desempeña en la región y en los distintos conce­jos debería variar sustancialmente. Mirta estima que existen una serie de necesidades imperiosas para el sector como puede ser la puesta en marcha de una central de reservas, como con la que cuentan en Galicia. Mirta estima que existen una serie de necesidades imperiosas para el sector como buena señalización pa­ra poder llegar, una central de reser­vas donde la gente pueda dirigirse y un mayor control de los alojamien­tos que no están autorizados por el Principado.
Aces también indica que los ayun­tamientos debería ayudar más a em­prendedoras que ponen en marcha instalaciones de turismo rural. «Luché muchísimo para que La Peral tuviese alumbrado y un acceso dig­no. La señalización la tuve que po­ner yo y pagarla de mi bolsillo. Aquí es donde yo pediría más ayuda insti­tucional», remarca Mirta Aces.