02 junio, 2008

LA NUEVA ESPAÑA 30-05-08 REVELACIÓN ARTÍSTICA


Hace horas que Elvira está reconcentrada con un libro entre las alas. Ni siquiera hizo caso a la abundante cantidad de berzas con las que obsequié al gallinero como extra primaveral, siendo su costumbre abalanzarse sobre este manjar, arrollando incluso a la pobre Etelvina cuando intenta acercarse a todo lo que da su única patita sana.
-¡Y con la de caracoles que venían incluidos en el menú! ¡Increíble!
- Para mí que tiene algo grave. Tampoco ha protestado por nada esta mañana, y mira que no es por falta de motivos ¿Os habéis enterado de lo de nuestras amigas de Cangas del Narcea?
-Por eso hacía tanto que no sabíamos nada de ellas ¡Muertas de hambre y alopécicas! ¡Salvajes!
-¡Chicas, chicas! -llega corriendo Renata agitada-¡El urogallo Mansín ha prometido hacernos una visita! Ha oído hablar tan bien de Paraxes, incluida la belleza de algunas de sus gallinas, no hace falta que os diga que especialmente de mi humilde persona, que no se resiste. Dice que en cuanto deje el pabellón bien alto en Tarna viene hacia aquí.
-¡Y yo con estas plumas!-se oye como grito unánime.
De repente el gallinero exterior queda vacío de féminas, que corren a atusarse ante el espejo. Mientras, los gallos, con gesto de desprecio, critican al engreído visitante.“Quien se habrá creído, venir a Paraxes con esos humos” o “Que chasco se van a llevar las pobres” son comentarios que pasan de pico en pico. Solo Elvira permanece totalmente indiferente al revuelo montado. Remedios, insensible a los cacareados encantos del exótico visitante, se acerca curiosa a ver que es lo que mantiene a su amiga tan ajena al mundo exterior.
-¿Qué lees con tanta atención?
-Mi prima Mª Xexuxiña ha ido a Madrid a ver la exposición de Goya, y me ha regalado el catálogo ¡Ahora lo entiendo todo!
-¿A Goya? Te creía más informada
- ¡No, mujer! Me refiero al nuevo book de Fermín!
-La verdad, no encuentro relación.
- Verás. Viendo las obras de uno de los mejores artistas de todos los tiempos, he comprendido el espíritu que imbuye las publicaciones en las que nosotros creíamos que Fermín se gastaba el erario público para darse bombo y platillo. Si bien todo ello es cierto, he visto nuevos enfoques. Observa el retrato ecuestre del Duque de Wellington, y ahora contempla la foto del dumper adquirido por el gobierno de Paraxes e incluido en la publicación ferminesca ¿No lo ves?
-¿Qué tengo que ver?
-¡Compara, compara! Esa fuerza que emana de ambas imágenes. Ese poder imperativo que a su vez se resuelve en suaves curvas. Los intensos colores que en ambos dominan sobre un paisaje cuyo significado va más allá de un mero telón de fondo de la figura principal ¡Eso es la vida!
-¿¿??
-¿Y qué me dices del retrato de la Condesa de Chinchón? ¿No es comparable la tersura de su piel a la suavidad del asfalto de las carreteras parajeñas que reflejan las fotografías? Y aun más ¿No es semejante por su magnificencia la foto final del equipo de Fermín y oposición a “La familia de Carlos IV”? La introspección de los personajes, los juegos de luces y sombras… Querida, he hecho todo un descubrimiento.
-¡Atiza!