LA NUEVA ESPAÑA 29-01-13 Inocentes descuidos
Celsa Díaz
Cuando el Tribunal de Cuentas de Asturias cae en el ídem de que a ciertos ayuntamientos se les había olvidado presentar sus balances económicos desde 2009 (¡uy!, qué despiste, en qué estaríamos pensando estos tres últimos años), aparece, como en el municipio de Salas, una deuda que sólo la generosa donación suiza de un tesorero o un duque de chiste de Jaimito podría salvar de la quiebra. Pero oiga, argumentan unos, es el programa informático (¡carajo, tres añitos y todavía no hemos subsanado esos pequeños fallos!). Desidia y dejadez de los munícipes contraatacan los que se rasgan las vestiduras con este desmadre y que durante lustros no se preocuparon ni un tantito de crear los mecanismos que regulasen y obligasen a los que ahora son objeto de su desconfianza. ¿Hemos tenido que llegar a la asfixia para que el asunto saliera a la luz? Cuánta hipocresía. Y yo, mientras tanto, aguantando el cachondeo gallináceo lo más dignamente que puedo. No hay derecho.
http://www.lne.es/occidente/2013/01/29/inocentes-descuidos/1360665.html
Cuando el Tribunal de Cuentas de Asturias cae en el ídem de que a ciertos ayuntamientos se les había olvidado presentar sus balances económicos desde 2009 (¡uy!, qué despiste, en qué estaríamos pensando estos tres últimos años), aparece, como en el municipio de Salas, una deuda que sólo la generosa donación suiza de un tesorero o un duque de chiste de Jaimito podría salvar de la quiebra. Pero oiga, argumentan unos, es el programa informático (¡carajo, tres añitos y todavía no hemos subsanado esos pequeños fallos!). Desidia y dejadez de los munícipes contraatacan los que se rasgan las vestiduras con este desmadre y que durante lustros no se preocuparon ni un tantito de crear los mecanismos que regulasen y obligasen a los que ahora son objeto de su desconfianza. ¿Hemos tenido que llegar a la asfixia para que el asunto saliera a la luz? Cuánta hipocresía. Y yo, mientras tanto, aguantando el cachondeo gallináceo lo más dignamente que puedo. No hay derecho.
http://www.lne.es/occidente/2013/01/29/inocentes-descuidos/1360665.html